Por: Ricardo Abud.
La Asamblea Nacional
Constituyente deroga la Ley de Ilícitos Cambiarios en agosto del 2018, ante las
contradicciones de los economistas de la izquierda venezolana y de los asesores
económicos externos.
Algunos planteaban
recomendaciones para atender la coyuntura económica y otros simplemente proyectaban
la necesidad de derogar la ley, porque
la misma ya había cumplido un ciclo dentro del plano económico del país.
Algunos contrarios a los que planteaban derogar la ley, argumentaban
que era necesario mantenerla y reforzar sus medidas de control, mientras lo que
estaban a favor, esgrimían que, de mantenerse, la especulación aumentaría y con ello se
acentuaría la crisis económica en el país así como la despiadada especulación
del dólar paralelo, contribuyendo a elevar aún más los indicies de
inflación.
Hoy el análisis a esas dos formas
de ver la Ley de Ilícitos Cambiarios, no la hacen ni propios ni extraños,
simplemente no les interesa, pretenden una erudición inexistente, son unos
esclavos de la lógica, sobre todo aquellos que consiguieron que se derogara la
ley. Muchas cosas han callado con el
secretismo insular aprendido, o, simplemente, las medias verdades dominan la palestra
del análisis, subestimando a un pueblo, que más allá de la lógica, genera
respuestas distintas y más cercanas al entramado que vive la economía venezolana.
Muchos intelectuales de izquierda
y de derecha, aplican doctrinariamente patrones de cálculos económicos lógicos
y eficientes de acuerdo a su enfoque del problema, en dependencia de sus intereses, en menoscabo
del análisis espontáneo y natural, por ello se infiere que, uno es predictivo
el otro no. Siendo Venezuela uno de los
ensayos políticos más grande en materia económica, debemos utilizar escenarios
predictivos y no predictivos, ambos como resultado la evaluación, procesamiento, valoración, análisis de los
mercados y los movimientos económicos que se generen en él, de los cuales deriva
la probabilidad, antelación y eficiencia como factores necesarios y
esenciales para enfrentar la crisis
económica que vive el país.
En este orden ha sido el criterio
de algunos compañeros de izquierda, quienes al explicar el problema actual del
país, sostienen que parte del desequilibrio económico entre la oferta y la
demanda de divisas, es el resultado del colapso de la industria petrolera, la
reducción en la producción y por consiguiente la caída de ingresos fiscales (divisas).
La derogación de la Ley de
Ilícitos Cambiarios arrojó como consecuencia la eventual apertura del mercado
cambiario y depende de las que condiciones que estimulan la oferta de divisas
por parte de actores no estatales; hoy, gracias a la derogación de esa ley y la
aplicación de malas políticas económicas y de control, el país se ha dolarizado
de manera legal. La oferta se presenta en dólares con una demanda escasa y
propensa a un proceso de desestabilización.
No obstante en la actualidad
existe un hermetismo total cuando se trata el tema económico, y solo se genera
una matriz mediática: Guerra Económica, Bloqueo Criminal, no hay mención a la
contrición necesaria de que hemos fallado en materia económica.
Lo que no entienden estos
compañeros intelectuales de izquierda, es que en la Venezuela de hoy, lo
espontaneo y natural es lo que rige a la economía venezolana. Los precios de
mercado gravitan en torno a magnitudes subjetivas, hecho que se hace notorio
todos los días. La actividad laboral se
ha reducido en su jornada, producto de las variantes económicas existentes, que
imposibilitan el buen funcionamiento del aparato productivo de país y las
empresas en manos del Estado venezolano, domina el caos, anarquía y surgen
políticas populistas. La cura es peor que la enfermedad.
El haber derogado la ley no fue suficiente, sino que se propuso la
modificación la Ley de Precios Justos y se eliminó el límite de ganancia para
todos los eslabones de la estructura de costos, desde el productor primario
hasta el comerciante, que había sido fijado en 30%, lo que no se logró prever es que con la
derogación y modificación de estas dos leyes, llevarían al pueblo a una crisis
profunda en lo económico, al no existir leyes que ataquen la raíz del problema,
se eliminan los preceptos que en ellas se establecían, ergo, las sanciones que
se contemplaban.
El dólar se impone como moneda de
curso legal dentro del país, sin importar que el gobierno fije el precio del
petróleo en Yuanes, ya que todos los servicios se cobran en la moneda
norteamericana, incluso ya la mayoría de tiendas en nuestro país tienen los
habladores en dólares, y no hay manera de regular sus ganancias ni los
impuestos a declarar. Por ejemplo hay una cadena de tiendas muy grande en el
país, he sido testigo de que muchos de sus compradores, pagan con la divisa norteamericana,
al no poder facturar y generar una factura fiscal en divisa, los comercios
utilizan tarjetas de débito y de crédito venezolanas en bolívares, para ellos
mismos realizar las compras y no hay declaración de divisas, el ingreso fiscal
es poco y el comprador recibe una
factura en Bolívares. ¿Qué dirán hoy aquellos que lucharon y consiguieron LA DEROGACIÓN DE LA LEY DE ILÍCITOS
CAMBIARIOS Y LA MODIFICACIÓN DE LA LEY DE PRECIOS JUSTOS? Lo cierto es que
hoy en el territorio venezolano existe
una guerra económica y un bloqueo criminal, de eso no cabe dudas, pero
no son las únicas razones de la crisis que vive el país, lo malo es que lo
callan.
Estas leyes, derogada una y la
otra modificada, han generado impunidad, anarquía y perdón hacia los capitales ilícitos,
hoy legales después del blanqueo de los mismos. No somos más felices, seguimos
dependiendo de los ingresos fiscales, el dólar se ha posicionado como moneda
nacional, la especulación sigue a pasos de vencedores, hoy carecemos más de
valores morales, hemos dejado de ser íntegros e incluso honestos, nadie quiere
trabajar en la administración pública y vemos cantidades de profesionales
dedicados a otros oficios que puedan generarles mayores ingresos y en dólares,
NADIE pide pago en Yuanes, Rupias o Rublos, de que sirve estudiar si puedes
cobrar entre 25 a 30 dólares por pegarle el papel ahumado a cualquier vehículo?
Las consecuencias han sido
devastadoras, la hiperinflación y la dolarización de la económica ha modificado
el carácter social de la Revolución Bolivariana, atenta contra los principios
de solidaridad, es un impuesto tácito que pagan las inmensas mayorías de
escasos recursos a las minorías, deshumaniza la esencia del trabajo el cual no
está alineado al bien común. La dolarización de la economía, no ayuda a la
preservación de los precios ni a la estabilidad social, ha contribuido a
desmontar el sueño implícito del Plan de la Patria, legado único del Comándate Hugo
Chávez y con un rompimiento flagrante de la Constitución de La República Bolivariana
de Venezuela, la cual establece de manera taxativa: “Artículo 320. El Estado debe promover y defender la
estabilidad económica, evitar la vulnerabilidad de la economía y velar por la
estabilidad monetaria y de precios, para asegurar el bienestar social (…)”.
Ante esta grave violación
constitucional debemos levantar nuestras voces y hacerle entender al Estado que
debe rectificar y enderezar el rumbo económico del país, no contribuir con la
anarquía que comienza a tomar cuerpo como un Tsunami Económico que socavara los
cimientos sociales de la República.
Ante la situación tan grave que
vive la patria, las políticas sociales (caja CLAP, Bonos) y las remesas (Remesa
o lavado, tema para análisis) producto de la migración de venezolanos, han sido
la válvula de escape del vapor que podría encender el país y sumergirlo en el
caos que tanto ha preservado y evitado el gobierno nacional. El costo de esta
crisis lo paga el más pobre, quien es hoy más pobre, los ricos se están
haciendo más ricos. Políticas sociales que ayudan a permear la crisis, sin
detallar el contenido de las mismas.
Por otro lado, la especulación
que marcha sin frenos día a día hace imposible la adquisición de alimentos o
medicinas, sin mencionar el elitesco panorama
que representa la atención
médica, DOLORIZADA, se viola el artículo 83 del Texto Fundamental, el cual
establece: “Artículo 83. La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado,
que lo garantizará como parte del derecho a la vida (…)”.
Al estar dolarizada la economía (no
el salario) la misma representa un espejismo del bolívar, el cual es
inexistente y despreciado como moneda, lo que desdice el carácter y apego
constitucional del Estado a la disposición contenida en el artículo 320 de
nuestra Constitución –antes citado- y a lo previsto en el Artículo 114, el
cual establece: “El ilícito económico,
la especulación, el acaparamiento, la usura, la cartelización y otros delitos
conexos, serán penados severamente de acuerdo con la ley”.
Ahora bien, anteriormente habíamos
indicado que no se puede seguir una lógica secuencial al problema económico del
país, se han roto todo tipo de
parámetros conceptuales, de contexto, teorías y principios, hoy los empresarios
y especuladores no se han conformado con desaparecer el Bolívar, sino que poco
a poco vienen trabajando en lo que
representa la devaluación del dólar, algo tan absurdo pensarlo en el propio
país emisor de la moneda. Es así como
los venezolanos recibimos menos de 7 dólares de salario mínimo, y lo que nos
costaba ayer 10 dólares mañana nos cuesta 12 dólares, es inaudito.
La economía socialista, por el contrario, dispone
de información mucho más completa (coeficientes técnicos, existencias totales
de cada recurso, conocimiento de los principales planes de inversión, planificación)
que están disponible y es transparente. Existe un nivel de planificación óptimo
en el desarrollo del modelo económico, la URSS es una clara muestra de ello,
tal cual como reseñaba Henry Rowen, Presidente del Consejo Nacional de la CIA
en 1982, cuando sostuvo que: “(…)
la economía soviética es altamente
autosuficiente y está lejos de experimentar un colapso (…)”, al hacer referencia en su informe
sobre el modelo económico soviético, y aseguraba además que: “(…)
la URSS experimentó un crecimiento económico
continuo y una mejoría en el nivel de vida de su población durante los últimos
treinta años(…)”; así mismo,
destacaba la habilidad en su modelo económico para mantener su viabilidad ante
la ausencia de importaciones. Por tanto los factores que colapsan la caída de
la URRS son otros, no el económico ni su modelo de economía planificada. Es
precisamente el éxito de su modelo económico lo que posibilita la caída de la
URSS, tracciones internas, factores externo ante la posibilidad cierta de que
el mundo entendiera que si es posible el desarrollo económico, tal cual como
estaba orientado en el Bloque Socialista, la falta de comprensión entre lo Material
y Espiritual como categoría Dialéctica del desarrollo (Algo que entendió muy
bien el Comandante Hugo Chávez) y la no comprensión de la trasformación Dialéctica
de la Unida y Lucha de los Contrarios, se mantuvo estática, sin cambios.
Es necesario recordar (caminamos
siempre a olvidar, sin memoria histórica) cuando GORBACHOV confesó durante un discurso en la Universidad norteamericana
de Turquía que: “El objetivo de mi vida fue la aniquilación del comunismo […] mi esposa
me apoyó plenamente y lo entendió incluso antes que yo […] para lograrlo logré
encontrar compañeros de lucha, entre ellos A.N. Yakovlev y Shevardnadze”. (http://razonesdecuba.cubadebate.cu/articulos/gorbachov-se-confiesa-el-objetivo-de-mi-vida-fue-la-aniquilacion-del-comunismo/)
En Venezuela no manejamos un
modelo de desarrollo económico sustentable que apunte a esa dirección o en este
proceso de transición hacia el socialismo, pero queda plasmado en el Plan de la
Patria y ha estado vinculado ese desarrollo a todos los Planes de desarrollo
planificados por el Gobierno Nacional.
No cabe duda de la genialidad
política del Gobierno Bolivariano, pero de qué sirve el control político sino
se ejerce con la autoridad que corresponde, para que no se siga violentando la letra constitucional. El
Plan de la Patria presentado por el Comandante Chávez sin lugar a dudas
representó y representa hoy la transición al Socialismo, para muchos
reformistas hoy es letra muerta, nunca concibieron el pensamiento político y
económico de Chávez a pesar de estar tan cerca de él. Tuvieron la mayor escuela
política del siglo y lamentablemente no pudieron ni entenderlo ni comprenderlo.
Venezuela sigue siendo un país
propenso a la implosión social, la desigualdad está muy bien marcada por la
mala praxis de la economía, lo que ha generado la aporofobia en el país,
desmontando los esfuerzos de inclusión social. La no asertividad ante la raíz y esencia de lo que sucede en
nuestro país contribuye a la insatisfacción social de los ciudadanos.
El dólar sigue como medio
desestabilizador, está consiguiendo lo que políticamente la oposición no ha
logrado, el dólar pierde hoy valor adquisitivo en nuestro país. Al no existir controles,
la anarquía se ha apoderado del mercado, de la sociedad, lo que impide sincerar
el precio de los servicios, más
importante aún, en el precio del combustible.
La especulación con la moneda
extrajera es abierta, los actores económicos están ajustando más rápido los
precios y trasladando los cambios en el mercado paralelo, lo que esta
empobreciendo día a día más al venezolano, que ya carece de poder adquisitivo,
ya no se ahorra en nuestro país. El consumidor está sujeto a fuertes
restricciones presupuestarias, por lo que consume mucho menos, con el alza
indiscriminada de esta semana del dólar se disminuirá más nuestro poder
adquisitivo, sin ser adivino, el dólar antes del 24 de diciembre del presente
año, llegara a precios inimaginables.
En nuestro país hoy ante la
crisis que vivimos, se han popularizado los llamados Bodegones, que solo venden
artículos importados e incluso nacionales en dólares, a precios extremadamente
costosos, son un reflejo de las coimas que deben pagar los importadores en
aduanas y del margen de ganancia que obtienen estos comercios al venderle a una
capa social de la población, que tiene alto ingreso de la divisa extranjera en el
país, mientras que la mayoría de los venezolanos debemos aguantar los estragos
de la crisis. Hay un síntoma de empobrecimiento
automático y nadie habla del tema.
En lo particular, considero que
no ha sido la mejor medida adoptada por la Asamblea Nacional Constituyente, ha
respondido a intereses contrarios al bien común, me encuentro convencido que la
falta de leyes que sancionen a los infractores posibilita el caos y la anarquía reinante en
el país, hay mayor desigualdad y muchos de los logros alcanzados se han
evaporado, se pierde el legado de Chávez, se profundiza la aporofobia, la
dolarización en Venezuela ha exacerbado la desigualdad social, no creo en las
remesas ya que las mismas no representan un indicador de desarrollo del país, y
las mismas no son representativas en la dinámica económica que nos lleve en la
dirección correcta hacia el socialismo. No creo en medidas que contribuyen a
salvaguardar el poder político sino se utiliza para favorecer a las grandes
mayorías, estamos nuevamente en un país donde los privilegios son hoy para los
que poseen dólares, moneda que tanto ataca el gobierno revolucionario pero no
toma medidas ante la dolarización del país, sea tanto para la salud, alimentos,
como para la adquisición de bienes y servicios. Por lo menos en Cuba disfrazaron la dolarización y la vistieron
como pesos convertibles, algo así como anestesia intelectual, semántica del socialismo. Somos un país que en
el mes de octubre el salario mínimo subió en 375% y seguimos empobrecidos.
En este sentido, se hace
necesario considerar que, el Gobierno Revolucionario debe aplicar medidas de
control y castigar a los infractores con cárcel, no con multas, desplegar o
empoderar al pueblo de poder para que salga a las calles a supervisar la
actividad económica de manera conjunta con las autoridades, fijar márgenes de ganancias
y librar las calles de tantos especuladores, organizar al país en los modelos y
planes de nación ya desarrollados, con la debida supervisión en la ejecución de
los mismos, todo está bajo el papel, las soluciones están desarrolladas, solo
falta voluntad política para llevarlas hacia adelante y materializarlas, vivo
ejemplo de ello es el Plan de la Patria.
En el proceso de transición al Socialismo
debemos sancionar a la aporofobia con toda la rigurosidad que la ley lo
permita, no podemos seguir alentando más la desigualdad social, con la
aplicación de políticas económicas erradas. El Socialismo es la única vía para
salvar a Venezuela y a la humanidad, no podemos permitir que la esperanza se
desvanezca por el hombre, es necesario que el hombre corrija y luche por
conseguir la libertad tanto espiritual como material.
NO HAY NADA MÁS EXCLUYENTE QUE SER POBRE.
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