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19 noviembre 2019

Alí Rodríguez Araque: “Cuando se es revolucionario se vive siempre en zafarrancho de combate”

«Hace un año despedí con profundo dolor a un maestro y padre en mi vida, Alí Rodríguez Araque. 

Su ética y el compromiso por estar a la altura de cada batalla que enfrentó por la Patria, es un digno ejemplo. En la lucha de nuestra Revolución, seguirá presente su huella y doctrina», recordó este martes el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros.

Conocido como el Comandante Fausto,  seudónimo utilizado en sus tiempos de guerrillero cuando combatía en las montañas al régimen puntofijista, Alí Rodríguez Araque fue un abogado, político y diplomático venezolano que ocupó la presidencia de la Conferencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y fue secretario general del organismo. Igualmente,  presidió la petrolera estatal Pdvsa y ejerció como ministro de Relaciones Exteriores, entre otros cargos desempeñados.

La muerte de Rodríguez Araque fue recibida con bastante pesar por quienes en las filas de la Revolución Bolivariana conocieron la entrega de este hombre a la causa de los pobres y la fibra de que estaba hecho como ser humano. La mayoría lo recordó como el “Comandante Fausto”, seudónimo utilizado en sus tiempos de guerrillero cuando combatía en las montañas al régimen puntofijista.
Reseña sobre Ali Rodriguez Araque

Como un luchador incansable, de esos que son imprescindible en la Revolución, definió el presidente Nicolás Maduro a Alí Rodríguez Araque al conocer la noticia de su fallecimiento el pasado lunes en la ciudad de La Habana, donde se desempeñaba como embajador venezolano en Cuba desde 2014. Maduro confesó haber recibido la noticia con tristeza y destacó el carácter revolucionario de Araque y la lucha que impulsó en defensa del proyecto socialista del comandante Chávez.

“Su experiencia y honestidad fueron una escuela para todos nosotros”, escribió el Presidente en su cuenta de Twitter, luego de extender palabras de aliento para la familia de Alí Rodríguez Araque.

La muerte de Rodríguez Araque fue recibida con bastante pesar por quienes en las filas de la Revolución Bolivariana conocieron la entrega de este hombre a la causa de los pobres y la fibra de que estaba hecho como ser humano. La mayoría lo recordó como el “Comandante Fausto”, seudónimo utilizado en sus tiempos de guerrillero cuando combatía en las montañas al régimen puntofijista.

Los tuits y mensajes emitidos por quienes le conocieron y compartieron responsabilidades de gobierno, permiten formarse una idea de las cualidades que acompañaron a Alí Rodríguez Araque, un hombre cuya vida se ajusta a aquella definición que una vez Hugo Chávez usó para describir a los seres intachables e irreductibles: un punto, otro punto, y entre ellos, una línea recta.

“Un privilegio haber entrecruzado caminos con este revolucionario íntegro, estudioso y soñador”, escribió en su cuenta de Twitter el ministro del Poder Popular para la Cultura, Ernesto Villegas. “Paz, honor y gloria al talento, compromiso y patriotismo del camarada Alí Rodríguez Araque, digno ejemplo de la militancia por una Patria Grande. ¡Comandante Fausto, hasta la victoria siempre!”, señaló Ramón Lobo, expresidente del Banco Central de Venezuela

El ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino López, expuso: “Extiendo mis condolencias a los familiares del Dr. Alí Rodríguez Araque, luchador valiente e incansable. La lealtad al proyecto bolivariano en búsqueda de justicia social fue una norma de conducta en su vida. Los patriotas, los leales a Chávez, sentimos tu partida!”, indicó.

Por su parte el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, refirió: “Nos deja un gran revolucionario, un extraordinario ser humano, un guerrero de cualquier batalla, un caballero, un hombre que supo defender sus convicciones y sus posiciones, buen viaje querido camarada Alí Rodríguez, Hasta la victoria siempre. A su familia un abrazo grande!!”.

Igualmente, el canciller Jorge Arreaza destacó la humildad, honestidad y lealtad como las principales cualidades y ejemplo del luchador revolucionario. “Muchas son las lecciones de vida del inolvidable compañero Ali Rodríguez: política energética, política exterior, economía, lucha social sin descanso. Sin embargo, su humildad, honestidad y lealtad constituyen su principal ejemplo y legado. ¡Gracias Ali! !Siempre venceremos!”, resaltó.

Y la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, destacó parte de la extensa trayectoria de Alí Rodríguez Araque. “Parte a la inmortalidad nuestro Alí, canciller de la Revolución Bolivariana, secretario de la OPEP, secretario gral Unasur, un luchador de todas las batallas por la dignidad de Venezuela. Nos deja su ejemplo por siempre en la defensa de nuestro pueblo y de la Patria Grande!”.

Ayer la Asamblea Nacional Constituyente le rindió un homenaje. Fernando Soto Rojas, con sentidas palabras, se refirió a la vida y obra del “Comandante Fausto”, un hombre que nunca sucumbió ante la tristeza.

En el documento aprobado por la ANC se le menciona como “guerrero de todas las batallas”.

Trayectoria

La síntesis biográfica de Alí Rodríguez Araque lo detalla como nacido en la localidad de Ejido, estado Mérida, el 9 de septiembre de 1937. En 1961 se graduó de abogado en la UCV como miembro de la promoción Fidel Castro.

Como abogado, en aquellos años iniciales, funge como asesor de sindicatos y defensor de los trabajadores.

“Durante la década de los años 60 y los años 70, era un activo guerrillero de los grupos armados de izquierda que luchaban contra los gobiernos del llamado Pacto de Punto Fijo, que conformaba la alternancia exclusiva del bipartidismo, Copei y AD. Adoptó el seudónimo «Comandante Fausto», lideró frentes guerrilleros y destacó como experto en explosivos. Ingresó en 1966 al Partido de la Revolución Venezolana (PRV), de tendencia marxista, donde colaboró activamente con el líder guerrillero Douglas Bravo”, señalan escritos biográficos.

Sometido a persecución política, permanece en la clandestinidad hasta 1979. En 1983 abandona la lucha armada y es electo diputado suplente en el Congreso. En 1993 es elegido como diputado principal por las Causa R. Es designado presidente de la Comisión de Energía y Minas del Parlamento Nacional en 1994. En ese mismo año es designado vicepresidente de la Comisión de Energía Conjunta del Congreso, y se opone decididamente a los llamados contratos de la Apertura Petrolera, cuya nulidad demanda ante la Corte Suprema de Justicia, junto a otras personalidades. Entre 1994 y 1997 participa regularmente como invitado del US Energy Council como analista petrolero, y entre 1993 y 1999 es miembro del Consejo Nacional de la Energía y de la Comisión de Energía y Minas del Parlamento Latinoamericano. En 1998 integra la Comisión Programática del candidato presidencial Hugo Chávez Frías. En los comicios nacionales del propio año fue electo senador al Congreso de la República por el estado Bolívar.

Como ministro del comandante Chávez, Alí Rodríguez Araque lo acompañó en los años difíciles de conjuras, intentonas golpistas, guarimbas y paros petroleros lanzados por la oligarquía criolla contra la Revolución Bolivariana. Estuvo al frente de Pdvsa durante el paro petrolero con el que se intentó tumbar a Hugo Chávez entre diciembre de 2002 y los primeros meses de 2003.

Como canciller emprendió una tenaz defensa del Gobierno de Chávez en organismos internacionales como la ONU y la OEA ante las presiones diplomáticas de Estados Unidos.

Araque se opuso firmemente a la implantación del tratado de comercio ALCA, promovió el acuerdo de comercio ALBA entre Venezuela, Cuba y Bolivia. Durante su ejercicio como canciller, Venezuela accedió como miembro de pleno derecho a Mercosur. El 1 de septiembre de 2006 fue designado embajador de Venezuela en La Habana, Cuba. En junio de 2008 cesó en el cargo de embajador y regresó al gabinete ministerial del presidente Chávez como ministro de Economía y Finanzas. Posteriormente fue nombrado ministro de Energía Eléctrica. En 2012 ocupa la Secretaría General de Unasur hasta 2014, cuando se encarga de la embajada venezolana en La Habana.

El eterno zafarrancho

En una entrevista realizada en La Habana por Rosa Miriam Elizalde, Alí Rodríguez Araque, refiriéndose al periodo de turbulencia atizada por la oposición política criolla en 2017, afirmó: “Toda revolución, si es una verdadera revolución, vive en permanente zafarrancho de combate, y ustedes los cubanos tienen una riquísima experiencia en esos procesos”. “Nosotros no debemos ceder nunca la calle a estos sectores imperiales y oligárquicos”, enfatizó, y comentó las pretensiones de los grupos opositores de marchar hacia Caracas.

Rosa Miriam Elizalde es autora del libro Antes de que se me olvide, con prólogo de Hugo Chávez, en el que Alí Rodríguez Araque habla de su vida.

En la entrevista con la periodista cubana, donde aborda el periodo de violencia de estos años, se refiere al plan imperial para aniquilar las fuerzas progresistas del continente.

“Después de muchos años de avances democráticos y populares en nuestra América, hay una contraofensiva imperial y oligárquica, que ha tenido victorias importantes en Argentina y en Brasil, país que ayer vivió la experiencia de que 61 individuos en el Senado echaran por tierra 54 millones de electores brasileños que reeligieron en el 2014 a la presidenta Dilma Rousseff”. “Hay una contraofensiva general”, advirtió.

En cuanto a Venezuela señaló que existen dos grandes vertientes en la ofensiva. La primera está orientada a aislar a Venezuela y utiliza todos los medios a su alcance para presentar al Gobierno como una dictadura, violador de los derechos humanos, de la libertad de prensa. “Resulta que eso mismo que ellos dicen es publicado en los medios venezolanos”, un “absurdo total”. La segunda vertiente intenta desestabilizar al país. “Han fracasado”, recalcó.

Ilustró los vaivenes que ha vivido la economía venezolana, con un auge de precios que coincidió con el Gobierno de Hugo Chávez, y luego una caída brutal durante la gestión del presidente Maduro, que “le ha tocado lidiar con un problema severo y aun así no ha renunciado al mejoramiento de las condiciones sociales de la población, aunque son inevitables ciertos impactos en la capacidad de importación, por ejemplo”.

“Hasta ahora se mostrado una gran conciencia del pueblo venezolano, que tiene que ver con la gigantesca labor pedagógica del presidente Chávez… También el pueblo ha mostrado comprensión hacia esta realidad y reconocimiento a la labor del Gobierno en la solución de problemas sociales”, y puso como ejemplo la construcción de más de 1.100.000 viviendas (cifras de 2016).

“Es una batalla campal la que estamos viviendo, pero pese a todos los pesares, vamos avanzando, vamos venciendo”, concluyó.

Antes de que se me olvide

Hugo Chávez, en su prólogo al libro de Rosa Miriam Elizalde, que recoge las confesiones de Rodríguez Araque, deja escrita una semblanza conmovedora acerca de quien fuera uno de sus principales colaboradores.

“Hay vidas que al volver a ellas nos van iluminando una época, nos revelan una historia al punto que la persona que la vivió, sin proponérselo, acaba siendo el testigo de una conciencia vigilante, de un pulso existencial que impulsa y esclarece. Tal es el caso de Alí Rodríguez Araque, quien, al desnudar su memoria y dar cuenta de lo que en ella conserva, nos la convierte en una experiencia – como la consideraba el poeta Rainer María Rilke – que ya no es solo suya: una experiencia que sirve para reconocemos y reconocer a la Venezuela de nuestros desvelos; la Venezuela bolivariana que tiene en este hombre a uno de sus hijos más ilustres y abnegados”, señala el Comandante.

“Y puedo dar fe, igualmente, de su condición de cultor de la amistad: el más diáfano afecto y la más plena identificación nacieron entre Alí y este servidor desde que nos conocimos allá por el año 1988. (Siempre rememoro con emoción aquel primer encuentro entre el curtido guerrillero y el joven militar revolucionario). Nos ha tocado enfrentar toda clase de vicisitudes, nos ha tocado batallar incesantemente, y nuestra amistad no ha tenido ni una sombra, ni una grieta. Me honra sentir y saber que este hombre, tan valiente como lúcido, es uno de mis seres más cercanos”.

“Voy a culminar este prólogo citando unas palabras de Alí que me conmueven profundamente. Haciendo un balance puntual de su vida como revolucionario, nos dice: «Lo mejor es lo que he hecho, actuar en cada momento de acuerdo con mi conciencia, de acuerdo con mis principios y de acuerdo con mis convicciones, que han guiado las decisiones de mi vida, tratando siempre dé hacerlo con la mayor humildad, y siempre pensando en la suerte de la gran mayoría de nuestra gente, un pueblo que en el pasado apenas si recibía migajas de la gran riqueza extraída de las entrañas de su propia tierra. Aún hoy, con todo lo que se ha mejorado, es duro y empinado el trayecto que falta por recorrer. Hablar de lo que habría hecho mejor sería especular, pues hoy tengo mucha mayor experiencia y sentido de la realidad, sin renunciar a los sueños, que siguen siendo los mismo”.

T/ Manuel Abrizo
F/ Archivo CO

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