El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció que sectores de derecha han puesto en marcha un golpe de Estado, que habría comenzado con las movilizaciones de rechazo a su eventual triunfo en las recientes elecciones generales.
"He convocado [la conferencia de prensa] para denunciar ante el pueblo boliviano y el mundo entero que está en proceso un golpe de Estado; ya sabíamos anticipadamente que se preparaba la derecha con apoyo internacional para un golpe de Estado", dijo el gobernante desde la Casa Grande del Pueblo, sede presidencial.
Morales acotó que declaró el estado de emergencia, aunque no precisó su alcance, a la vez llamó a la sociedad a responder pacíficamente y convocó a la comunidad internacional a defender la democracia boliviana.
"Entiendo la desesperación de la derecha boliviana que no quiere reconocer el triunfo del voto indígena, como en el pasado nunca lo han reconocido", afirmó, confiando en que el cómputo oficial de las elecciones, a punto de concluir, le dará victoria y la reelección en primera vuelta.
La denuncia de Morales se realiza tras dos días de manifestaciones, algunas violentas, de sectores de clase media urbana convocados por el candidato y expresidente Carlos Mesa (2003-2005), quien alegaba haber obtenido los votos suficientes para llegar a una segunda vuelta y denunció un presunto fraude a favor del gobernante.
"Hasta ahora humildemente aguantamos, soportamos con paciencia para evitar la violencia, no hemos entrado en confrontación", aseguró Morales, señalando que tenía la "obligación de defender la democracia (...) que ha costado sangre y luto recuperar".
El gobernante no identificó a los responsables directos del golpe denunciado, que según dijo habría comenzado con acciones de obstrucción al conteo de votos, las quemas de varios edificios del Órgano Electoral y sedes políticas oficialistas, atentados contra candidatos electos y amedrentamiento a los miembros de los tribunales electorales.
"Decir a mis compañeros, hermanos y hermanas, que hay que organizarse, prepararse; vamos a defender la democracia", dijo y advirtió que la derecha será responsable de eventuales enfrentamientos.
Sobre el cómputo electoral, reiteró que esperaba los resultados oficiales finales que debe publicar el Tribunal Supremo Electoral.
"Estoy casi segurísimo que con los votos de áreas rurales vamos a ganar en primera vuelta", insistió, cuando faltan por registrar poco más del 3% de las actas de sufragio.
Sputnik
"He convocado [la conferencia de prensa] para denunciar ante el pueblo boliviano y el mundo entero que está en proceso un golpe de Estado; ya sabíamos anticipadamente que se preparaba la derecha con apoyo internacional para un golpe de Estado", dijo el gobernante desde la Casa Grande del Pueblo, sede presidencial.
Morales acotó que declaró el estado de emergencia, aunque no precisó su alcance, a la vez llamó a la sociedad a responder pacíficamente y convocó a la comunidad internacional a defender la democracia boliviana.
"Entiendo la desesperación de la derecha boliviana que no quiere reconocer el triunfo del voto indígena, como en el pasado nunca lo han reconocido", afirmó, confiando en que el cómputo oficial de las elecciones, a punto de concluir, le dará victoria y la reelección en primera vuelta.
La denuncia de Morales se realiza tras dos días de manifestaciones, algunas violentas, de sectores de clase media urbana convocados por el candidato y expresidente Carlos Mesa (2003-2005), quien alegaba haber obtenido los votos suficientes para llegar a una segunda vuelta y denunció un presunto fraude a favor del gobernante.
"Hasta ahora humildemente aguantamos, soportamos con paciencia para evitar la violencia, no hemos entrado en confrontación", aseguró Morales, señalando que tenía la "obligación de defender la democracia (...) que ha costado sangre y luto recuperar".
El gobernante no identificó a los responsables directos del golpe denunciado, que según dijo habría comenzado con acciones de obstrucción al conteo de votos, las quemas de varios edificios del Órgano Electoral y sedes políticas oficialistas, atentados contra candidatos electos y amedrentamiento a los miembros de los tribunales electorales.
"Decir a mis compañeros, hermanos y hermanas, que hay que organizarse, prepararse; vamos a defender la democracia", dijo y advirtió que la derecha será responsable de eventuales enfrentamientos.
Sobre el cómputo electoral, reiteró que esperaba los resultados oficiales finales que debe publicar el Tribunal Supremo Electoral.
"Estoy casi segurísimo que con los votos de áreas rurales vamos a ganar en primera vuelta", insistió, cuando faltan por registrar poco más del 3% de las actas de sufragio.
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