Por: Pasqualina Curcio
Se trata de un fenómeno raro. No más de 25 casos se han registrado desde inicios del siglo pasado. Se define como la variación de los precios por encima del 50% mensual. El primer episodio de hiperinflación ocurrió en Francia el año 1796: los precios variaron 304% mensual.
Luego de un siglo, en 1923 se observó este fenómeno en la República de Weimar. Los precios aumentaron 1.000.000.000.000% anual, lo que equivale a decir 29.500% mensualmente. La hiperinflación más alta la padeció Hungría en 1946, con 41.900.000.000.000.000% mensual, el equivalente a 207% diario. Zimbabue sigue en la lista con registro de hiperinflación de 79.600.000.000% durante 2008, equivalentes a 98% diario.
La hiperinflación es un arma imperial. Es la más poderosa de todas las armas no convencionales. Su objetivo es derrocar a los gobiernos que no están alineados a los intereses de los grandes capitales, y para ello buscan desmoralizar, desmovilizar y socavar el apoyo popular. Con esta arma, el imperialismo, también pretende dolarizar.
Secuencia del arma. 1) Atacan la moneda mediante la manipulación del tipo de cambio con la complicidad y apoyo de los medios de comunicación; 2) al aumentar el tipo de cambio, aunque este sea ficticio, inciden sobre los precios de los bienes importados; 3) estos aumentos de los precios de los bienes importados, a su vez, impactan los costos de producción; 4) los costos más altos se ven reflejados en el precio final de todos los bienes y servicios de la economía.
Venezuela. Según datos del BCV, estamos en hiperinflación desde noviembre de 2017. En 2018 alcanzó la cifra de 130.060%. Solo en enero de este año, mes con el mayor registro de incrementos de precios, la inflación fue 196,6%. Han atacado al bolívar 29.862.393.456% desde enero de 2012 hasta hoy. En aquel momento el tipo de cambio era 8,69 BsF/US$, hoy debemos dar, según los portales web, alrededor de 2.000.000.000 BsF/US$.
No he conocido economista alguno que hasta la fecha haya logrado explicar, de manera científica y seria, la causa de la supuesta depreciación del bolívar en esa magnitud. Desde la teoría económica no podrán hacerlo. El asunto es político, corrijo es de guerra. Es un ataque criminal al pueblo venezolano.
Para poder comprar dólares se necesitan bolívares. Si se utilizaran todos los bolívares disponibles en la economía para hacerse de todas las reservas internacionales obtendríamos que el tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar no supera los 190 BSS/US$. En otras palabras, se necesitaría 106 veces la cantidad de bolívares que hoy circulan en la economía para comprar, a 20.000 BSS/US$ las divisas disponibles.
Efectos de la hiperinflación. 1) Deterioro del salario: cada vez que de manera veloz, los precios de todos los bienes y servicios suben mientras que los salarios nominales se mantienen o no se ajustan en la misma proporción y rapidez, se desploma el poder adquisitivo. Los que vivimos de un salario mensual, es decir el 95% de la población trabajadora, ya no tendremos para comprar la misma cantidad de alimentos, medicinas, mucho menos para vestido, calzado, recreación.
2) Desfinanciamiento de la administración pública: lo mismo que nos ocurre en los hogares sucede en toda la administración pública: no les alcanza el presupuesto de inversiones y gastos. Al aumentar los precios de todos los bienes y servicios, las metas que presupuestaron a un determinado nivel de precios no podrán cubrirlas, caerán en insuficiencia presupuestaria. La única manera, en hiperinflación, de cubrir dicha insuficiencia y cumplir con las metas planteadas, es aumentando la emisión de dinero, no hay impuestos que cubran, y menos a esa velocidad, el déficit previamente generado por los incrementos de precios.
El afectado, al final, es el pueblo al ver deteriorada la prestación de bienes y servicios de la administración pública. Léase salud, educación, electricidad, agua, transporte, entre otros. Ese cuento de que la hiperinflación es consecuencia de la emisión de dinero por parte del gobierno para cubrir un déficit ocasionado por políticas populistas que buscan gastar más de lo que tiene, es falso. La insuficiencia presupuestaria se genera por la hiperinflación. Dicha inflación es previa a la emisión de dinero, la cual es necesaria para garantizar el cumplimiento de las metas. El asunto es al revés de cómo lo cuentan.
3) Contracción de la economía: la disminución del poder adquisitivo de los hogares y la insuficiencia presupuestaria de la administración pública, ambas consecuencia del incremento de los precios, implicará que las cantidades demandadas de bienes y servicios en toda la economía disminuyan, en ese caso, los productores reducirán su oferta. En Venezuela, la caída del producto interno bruto de los últimos 3 años se ha debido, en 40%, al ataque a la moneda. Estamos en estanflación, fenómeno siempre característico de las hiperinflaciones, es decir, recesión económica con aumento de precios.
4) Escasez de efectivo: si usted pagó la semana pasada la camionetica en 1.000 BsS y esta semana el conductor le pide 2.000, usted necesita el doble de efectivo para transportarse. En hiperinflación se necesita mayor cantidad de dinero para poder realizar todas las transacciones, incluyendo las que se realizan en efectivo. Ni el BCV, ni ningún banco central, tienen la capacidad de imprimir billetes o acuñar monedas a la misma velocidad que la inflación, es por ello que el papel moneda se hace escaso y se convierte en una mercancía más. Usted hará colas en los bancos para conseguirlo y hasta estará dispuesto a pagar más del valor nominal del billete con tal de contar con el efectivo necesario para poderle pagar al chofer de la buseta.
5) Acaparamiento: ante la incertidumbre que genera la hiperinflación, quienes producen y comercian, con su actitud “racional” de maximizar su beneficio, preferirán guardar la mercancía para colocarla a un precio mayor en el mercado al día siguiente. Venderán lo estrictamente necesario para mantener su flujo de caja. A menos que estén en la capacidad de ajustar sus precios en la misma proporción y velocidad con la que incrementan todos los precios de la economía, lo que equivale a decir, ajustarlos al tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar.
Es un asunto de rapidez. Hoy vemos cómo son más veloces que hace dos años. En tiempo real chequean el portal web que indica el tipo de cambio manipulado e inmediatamente, al momento de la transacción, fijan los precios. Por eso la importancia de los habladores en los comercios y el marcaje de los precios troquelados en los empaques de los bienes al momento de la fabricación.
6) Transacciones en dólares: al no haber suficiente bolívares circulando en la economía, entre otras razones porque el BCV, entrampado en un discurso monetarista y neoliberal (disculpen la redundancia) no los emite, quienes tienen divisas y desean comprar bienes y servicios se encuentran con mayor dificultad para cambiarlas en bolívares, por lo que se ahorran el trámite y pagan directamente en moneda extranjera. En esta guerra no convencional, nuestro principal enemigo, nos ha estado invadiendo a través del dólar. Ha ocupado territorio venezolano.
El ataque a las monedas que deriva en hiperinflación y con ella en desestabilización, desmoralización y desmovilización de los pueblos es la principal y más potente de las armas del imperialismo en las guerras no convencionales, incluso más que los bloqueos financieros y comerciales.
Develar y denunciar ante el mundo esta arma masiva y letal es tarea obligatoria de los pueblos soberanos.
Se trata de un fenómeno raro. No más de 25 casos se han registrado desde inicios del siglo pasado. Se define como la variación de los precios por encima del 50% mensual. El primer episodio de hiperinflación ocurrió en Francia el año 1796: los precios variaron 304% mensual.
Luego de un siglo, en 1923 se observó este fenómeno en la República de Weimar. Los precios aumentaron 1.000.000.000.000% anual, lo que equivale a decir 29.500% mensualmente. La hiperinflación más alta la padeció Hungría en 1946, con 41.900.000.000.000.000% mensual, el equivalente a 207% diario. Zimbabue sigue en la lista con registro de hiperinflación de 79.600.000.000% durante 2008, equivalentes a 98% diario.
La hiperinflación es un arma imperial. Es la más poderosa de todas las armas no convencionales. Su objetivo es derrocar a los gobiernos que no están alineados a los intereses de los grandes capitales, y para ello buscan desmoralizar, desmovilizar y socavar el apoyo popular. Con esta arma, el imperialismo, también pretende dolarizar.
Secuencia del arma. 1) Atacan la moneda mediante la manipulación del tipo de cambio con la complicidad y apoyo de los medios de comunicación; 2) al aumentar el tipo de cambio, aunque este sea ficticio, inciden sobre los precios de los bienes importados; 3) estos aumentos de los precios de los bienes importados, a su vez, impactan los costos de producción; 4) los costos más altos se ven reflejados en el precio final de todos los bienes y servicios de la economía.
Venezuela. Según datos del BCV, estamos en hiperinflación desde noviembre de 2017. En 2018 alcanzó la cifra de 130.060%. Solo en enero de este año, mes con el mayor registro de incrementos de precios, la inflación fue 196,6%. Han atacado al bolívar 29.862.393.456% desde enero de 2012 hasta hoy. En aquel momento el tipo de cambio era 8,69 BsF/US$, hoy debemos dar, según los portales web, alrededor de 2.000.000.000 BsF/US$.
No he conocido economista alguno que hasta la fecha haya logrado explicar, de manera científica y seria, la causa de la supuesta depreciación del bolívar en esa magnitud. Desde la teoría económica no podrán hacerlo. El asunto es político, corrijo es de guerra. Es un ataque criminal al pueblo venezolano.
Para poder comprar dólares se necesitan bolívares. Si se utilizaran todos los bolívares disponibles en la economía para hacerse de todas las reservas internacionales obtendríamos que el tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar no supera los 190 BSS/US$. En otras palabras, se necesitaría 106 veces la cantidad de bolívares que hoy circulan en la economía para comprar, a 20.000 BSS/US$ las divisas disponibles.
Efectos de la hiperinflación. 1) Deterioro del salario: cada vez que de manera veloz, los precios de todos los bienes y servicios suben mientras que los salarios nominales se mantienen o no se ajustan en la misma proporción y rapidez, se desploma el poder adquisitivo. Los que vivimos de un salario mensual, es decir el 95% de la población trabajadora, ya no tendremos para comprar la misma cantidad de alimentos, medicinas, mucho menos para vestido, calzado, recreación.
2) Desfinanciamiento de la administración pública: lo mismo que nos ocurre en los hogares sucede en toda la administración pública: no les alcanza el presupuesto de inversiones y gastos. Al aumentar los precios de todos los bienes y servicios, las metas que presupuestaron a un determinado nivel de precios no podrán cubrirlas, caerán en insuficiencia presupuestaria. La única manera, en hiperinflación, de cubrir dicha insuficiencia y cumplir con las metas planteadas, es aumentando la emisión de dinero, no hay impuestos que cubran, y menos a esa velocidad, el déficit previamente generado por los incrementos de precios.
El afectado, al final, es el pueblo al ver deteriorada la prestación de bienes y servicios de la administración pública. Léase salud, educación, electricidad, agua, transporte, entre otros. Ese cuento de que la hiperinflación es consecuencia de la emisión de dinero por parte del gobierno para cubrir un déficit ocasionado por políticas populistas que buscan gastar más de lo que tiene, es falso. La insuficiencia presupuestaria se genera por la hiperinflación. Dicha inflación es previa a la emisión de dinero, la cual es necesaria para garantizar el cumplimiento de las metas. El asunto es al revés de cómo lo cuentan.
3) Contracción de la economía: la disminución del poder adquisitivo de los hogares y la insuficiencia presupuestaria de la administración pública, ambas consecuencia del incremento de los precios, implicará que las cantidades demandadas de bienes y servicios en toda la economía disminuyan, en ese caso, los productores reducirán su oferta. En Venezuela, la caída del producto interno bruto de los últimos 3 años se ha debido, en 40%, al ataque a la moneda. Estamos en estanflación, fenómeno siempre característico de las hiperinflaciones, es decir, recesión económica con aumento de precios.
4) Escasez de efectivo: si usted pagó la semana pasada la camionetica en 1.000 BsS y esta semana el conductor le pide 2.000, usted necesita el doble de efectivo para transportarse. En hiperinflación se necesita mayor cantidad de dinero para poder realizar todas las transacciones, incluyendo las que se realizan en efectivo. Ni el BCV, ni ningún banco central, tienen la capacidad de imprimir billetes o acuñar monedas a la misma velocidad que la inflación, es por ello que el papel moneda se hace escaso y se convierte en una mercancía más. Usted hará colas en los bancos para conseguirlo y hasta estará dispuesto a pagar más del valor nominal del billete con tal de contar con el efectivo necesario para poderle pagar al chofer de la buseta.
5) Acaparamiento: ante la incertidumbre que genera la hiperinflación, quienes producen y comercian, con su actitud “racional” de maximizar su beneficio, preferirán guardar la mercancía para colocarla a un precio mayor en el mercado al día siguiente. Venderán lo estrictamente necesario para mantener su flujo de caja. A menos que estén en la capacidad de ajustar sus precios en la misma proporción y velocidad con la que incrementan todos los precios de la economía, lo que equivale a decir, ajustarlos al tipo de cambio del bolívar con respecto al dólar.
Es un asunto de rapidez. Hoy vemos cómo son más veloces que hace dos años. En tiempo real chequean el portal web que indica el tipo de cambio manipulado e inmediatamente, al momento de la transacción, fijan los precios. Por eso la importancia de los habladores en los comercios y el marcaje de los precios troquelados en los empaques de los bienes al momento de la fabricación.
6) Transacciones en dólares: al no haber suficiente bolívares circulando en la economía, entre otras razones porque el BCV, entrampado en un discurso monetarista y neoliberal (disculpen la redundancia) no los emite, quienes tienen divisas y desean comprar bienes y servicios se encuentran con mayor dificultad para cambiarlas en bolívares, por lo que se ahorran el trámite y pagan directamente en moneda extranjera. En esta guerra no convencional, nuestro principal enemigo, nos ha estado invadiendo a través del dólar. Ha ocupado territorio venezolano.
El ataque a las monedas que deriva en hiperinflación y con ella en desestabilización, desmoralización y desmovilización de los pueblos es la principal y más potente de las armas del imperialismo en las guerras no convencionales, incluso más que los bloqueos financieros y comerciales.
Develar y denunciar ante el mundo esta arma masiva y letal es tarea obligatoria de los pueblos soberanos.
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