La medicina cubana y la solidaridad con el pueblo del mundo, es algo que se vive, se disfruta, afirmó hoy el doctor colombiano José Luis Rodríguez, graduado de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.
Y como se vive, se disfruta emocionalmente. Es más el orgullo, la satisfacción, es más lo que uno puede sentir que lo que uno puede decir sobre la solidaridad de la isla con otras naciones, declaró a Prensa Latina.
Es un país que me ha dejado lo mejor. Estuve en Cuba del año 2005 al 2014. Pude hacer una especialización en Medicina General integral. A mí me encanta Cuba, es mi segunda Patria en cuanto al hecho de que siempre quiero ir, cada vez que puedo voy, expresó Rodríguez.
Una de las cosas que caracterizó mi llegada y la de la delegación en la que estuve, fue que no nos dividieron por nacionalidad sino por grupos de estudio. Yo viví con gente de 11 nacionalidades diferentes. Uno podía codearse con todas las personas de América Latina. En ese momento la ELAM tenía pocos estudiantes que no fueran de esta región, apuntó.
Recuerdo de mi formación el hecho de inmiscuirme realmente con las personas que me educaron. Fue una de las cosas que más me marcó. No solo se aprende Medicina, aprendes muchísimas cosas más. La educación está además en el hecho de aprender de la idiosincrasia del cubano, sus costumbres, la alimentación, detalló.
Asimismo, aseguró que todo lo mejor de la ELAM lo lleva en su diario vivir, en lo que trata de demostrar. 'Sería muy bueno que continuara y que otras naciones apoyaran a Cuba pues es un país económicamente limitado y no puede dar tanto, pero lo da. El Gobierno es como su pueblo, dan lo que pueden, lo que tienen y no escatiman', añadió.
Me encantaría volver porque me gustaría ser un médico como los médicos cubanos que yo estoy acostumbrado a ver, que ante cualquier eventualidad o catástrofe siempre están dispuestos, poniendo el pecho y las ganas de trabajar por el bienestar de la gente, que nunca esperan nada a cambio, subrayó.
En mi caso, por ejemplo, trato de devolverle al mundo un poco de lo que Cuba me da. Yo jamás cobro una consulta médica externa al lugar donde yo trabajo y trato de ayudar a las personas en el momento en que lo soliciten. Siempre que se pueda, ahí estaré tratando de demostrar dónde me formé, concluyó Rodríguez.
Casi 500 jóvenes de 84 países recibieron a finales de julio último en La Habana su título como egresados de la ELAM, única en el mundo dedicada a la formación gratuita de médicos extranjeros.
Con esa graduación, la decimoquinta de ese centro, suman 29 mil 600 los galenos de naciones del Tercer Mundo principalmente, que se titulan allí con el propósito de contribuir con los esfuerzos de salud de sus países de origen.
mem/mfb
Y como se vive, se disfruta emocionalmente. Es más el orgullo, la satisfacción, es más lo que uno puede sentir que lo que uno puede decir sobre la solidaridad de la isla con otras naciones, declaró a Prensa Latina.
Es un país que me ha dejado lo mejor. Estuve en Cuba del año 2005 al 2014. Pude hacer una especialización en Medicina General integral. A mí me encanta Cuba, es mi segunda Patria en cuanto al hecho de que siempre quiero ir, cada vez que puedo voy, expresó Rodríguez.
Una de las cosas que caracterizó mi llegada y la de la delegación en la que estuve, fue que no nos dividieron por nacionalidad sino por grupos de estudio. Yo viví con gente de 11 nacionalidades diferentes. Uno podía codearse con todas las personas de América Latina. En ese momento la ELAM tenía pocos estudiantes que no fueran de esta región, apuntó.
Recuerdo de mi formación el hecho de inmiscuirme realmente con las personas que me educaron. Fue una de las cosas que más me marcó. No solo se aprende Medicina, aprendes muchísimas cosas más. La educación está además en el hecho de aprender de la idiosincrasia del cubano, sus costumbres, la alimentación, detalló.
Asimismo, aseguró que todo lo mejor de la ELAM lo lleva en su diario vivir, en lo que trata de demostrar. 'Sería muy bueno que continuara y que otras naciones apoyaran a Cuba pues es un país económicamente limitado y no puede dar tanto, pero lo da. El Gobierno es como su pueblo, dan lo que pueden, lo que tienen y no escatiman', añadió.
Me encantaría volver porque me gustaría ser un médico como los médicos cubanos que yo estoy acostumbrado a ver, que ante cualquier eventualidad o catástrofe siempre están dispuestos, poniendo el pecho y las ganas de trabajar por el bienestar de la gente, que nunca esperan nada a cambio, subrayó.
En mi caso, por ejemplo, trato de devolverle al mundo un poco de lo que Cuba me da. Yo jamás cobro una consulta médica externa al lugar donde yo trabajo y trato de ayudar a las personas en el momento en que lo soliciten. Siempre que se pueda, ahí estaré tratando de demostrar dónde me formé, concluyó Rodríguez.
Casi 500 jóvenes de 84 países recibieron a finales de julio último en La Habana su título como egresados de la ELAM, única en el mundo dedicada a la formación gratuita de médicos extranjeros.
Con esa graduación, la decimoquinta de ese centro, suman 29 mil 600 los galenos de naciones del Tercer Mundo principalmente, que se titulan allí con el propósito de contribuir con los esfuerzos de salud de sus países de origen.
mem/mfb
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