Al hablar sobre la violencia existente hoy en el departamento del Cauca (suroeste), uno de los más violentos de Colombia, varias voces apuntan a elementos como la ilegalidad y el abandono estatal.
La violencia que se vive en nuestros territorios data de bastante tiempo y es por varias razones, declaró a Prensa Latina la lideresa social Clemencia Carabalí, miembro de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del norte del Cauca.
El norte del Cauca en general es una zona que brinda unas ventajas comparativas en cuanto a temas de ubicación, explicó Carabalí, quien desde hace casi 30 años ha estado vinculada al trabajo de defensa y reivindicación de los derechos del pueblo negro en este país, con énfasis en los derechos de las mujeres.
Apuntó que la zona tiene una ubicación estratégica porque desde ese corredor del norte del Cauca se tiene acceso al interior de país, pero también a la costa pacífica, a la costa caucana y al sur, lo que permite el tráfico de todo tipo de elementos, legales e ilegales.
De igual manera, señaló, la biodiversidad que alberga, así como la riqueza minera, tanto aurífera como petróleo y carbón, hace que los ojos de muchos inversionistas nacionales y extranjeros estén puestos en esta región.
Por otra parte, opinó, el tema del abandono estatal es cómplice precisamente de todas estas situaciones porque la gente no tiene la capacidad ni el acompañamiento técnico jurídico y económico para hacer una explotación en armonía con el medio ambiente.
La gente, a pesar de que vive en un territorio muy rico no tiene las condiciones para explotarlo racionalmente y en el marco del desarrollo propio, como lo dice la ley para comunidades negras y las leyes para comunidades indígenas, detalló Carabalí.
Por otro lado, enfatizó, las condiciones básicas son altamente insatisfechas, lo que hace que especialmente los jóvenes pierdan el interés por trabajar la tierra, por hacer las cosas que las comunidades tradicionalmente han hecho y que se dejen tentar por economías ilegales que están llegando al territorio con la ilusión del dinero fácil.
A su juicio, otro problema es la falta de cumplimiento de la palabra empeñada con el Acuerdo de Paz entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP (firmado en 2016), pues 'eso se ha convertido en un caldo de cultivo para el deterioro de los derechos de la gente en nuestra región'.
Ante la falta de cumplimiento de los Acuerdos, se ha incrementado la desatención por parte del Estado, se ha generado mucha incertidumbre, rearme de algunos sectores de la guerrilla que se desmovilizó y la presencia de grupos armados, precisó.
La lideresa social remarcó que el tema de la minería ilegal ha hecho muchísimo daño en el territorio, no solo ha dañado la naturaleza sino especialmente la vida de hombres y mujeres porque contamina el aire, el ambiente.
Además, disminuyen las posibilidades de ingreso toda vez que con los químicos que utilizan en los ríos para sacar el oro, la minería tradicional que saben hacer nuestras mujeres, no la pueden hacer, recalcó.
Muchas de esas compañeras que trabajan en la minería no han podido volver a meterse en el río pues cada vez que lo hacen para sacar un gramito de oro y llevar su sustento a la casa, la piel empieza a presentar síntomas de deterioro, puntualizó Carabalí, recientemente distinguido con el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos.
También hemos visto cómo muchas mujeres han tenido a sus hijos con malformaciones por todo el tema del mercurio, el cianuro y todos los químicos que hoy hay a causa de esa minería criminal. Es un tema bastante complejo, aseveró.
mem/mfb
La violencia que se vive en nuestros territorios data de bastante tiempo y es por varias razones, declaró a Prensa Latina la lideresa social Clemencia Carabalí, miembro de la Asociación de Mujeres Afrodescendientes del norte del Cauca.
El norte del Cauca en general es una zona que brinda unas ventajas comparativas en cuanto a temas de ubicación, explicó Carabalí, quien desde hace casi 30 años ha estado vinculada al trabajo de defensa y reivindicación de los derechos del pueblo negro en este país, con énfasis en los derechos de las mujeres.
Apuntó que la zona tiene una ubicación estratégica porque desde ese corredor del norte del Cauca se tiene acceso al interior de país, pero también a la costa pacífica, a la costa caucana y al sur, lo que permite el tráfico de todo tipo de elementos, legales e ilegales.
De igual manera, señaló, la biodiversidad que alberga, así como la riqueza minera, tanto aurífera como petróleo y carbón, hace que los ojos de muchos inversionistas nacionales y extranjeros estén puestos en esta región.
Por otra parte, opinó, el tema del abandono estatal es cómplice precisamente de todas estas situaciones porque la gente no tiene la capacidad ni el acompañamiento técnico jurídico y económico para hacer una explotación en armonía con el medio ambiente.
La gente, a pesar de que vive en un territorio muy rico no tiene las condiciones para explotarlo racionalmente y en el marco del desarrollo propio, como lo dice la ley para comunidades negras y las leyes para comunidades indígenas, detalló Carabalí.
Por otro lado, enfatizó, las condiciones básicas son altamente insatisfechas, lo que hace que especialmente los jóvenes pierdan el interés por trabajar la tierra, por hacer las cosas que las comunidades tradicionalmente han hecho y que se dejen tentar por economías ilegales que están llegando al territorio con la ilusión del dinero fácil.
A su juicio, otro problema es la falta de cumplimiento de la palabra empeñada con el Acuerdo de Paz entre el Estado y la exguerrilla FARC-EP (firmado en 2016), pues 'eso se ha convertido en un caldo de cultivo para el deterioro de los derechos de la gente en nuestra región'.
Ante la falta de cumplimiento de los Acuerdos, se ha incrementado la desatención por parte del Estado, se ha generado mucha incertidumbre, rearme de algunos sectores de la guerrilla que se desmovilizó y la presencia de grupos armados, precisó.
La lideresa social remarcó que el tema de la minería ilegal ha hecho muchísimo daño en el territorio, no solo ha dañado la naturaleza sino especialmente la vida de hombres y mujeres porque contamina el aire, el ambiente.
Además, disminuyen las posibilidades de ingreso toda vez que con los químicos que utilizan en los ríos para sacar el oro, la minería tradicional que saben hacer nuestras mujeres, no la pueden hacer, recalcó.
Muchas de esas compañeras que trabajan en la minería no han podido volver a meterse en el río pues cada vez que lo hacen para sacar un gramito de oro y llevar su sustento a la casa, la piel empieza a presentar síntomas de deterioro, puntualizó Carabalí, recientemente distinguido con el Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos.
También hemos visto cómo muchas mujeres han tenido a sus hijos con malformaciones por todo el tema del mercurio, el cianuro y todos los químicos que hoy hay a causa de esa minería criminal. Es un tema bastante complejo, aseveró.
mem/mfb
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