La paralización del más importante sector económico peruano es conducida por la Federación de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Siderúrgicos del Perú, cuyo secretario general, Jorge Juárez, dijo que que la medida responde a la negativa de las empresas del rubro a negociar con esa organización un pliego único de reclamos.
Añadió que el Tribunal Constitucional reconoció hace más de una década el derecho de los trabajadores a negociar en bloque sus demandas, algo que eliminó la arremetida neoliberal de la década de 1990.
Calificó como ilegítima la posición de los empleadores y denunció que estos son apoyados por la burocracia del Ministerio del Trabajo, de enfoque pro-empresarial.
Señaló que la negociación de demandas laborales por ramas económicas funciona desde hace unos años en el sector de la construcción.
'Lo único que pedimos es un trato justo, igualitario y digno para los trabajadores mineros', puntualizó la federación minera en una carta enviada el mes pasado al presidente Martín Vizcarra, pidiéndole diálogo.
Juárez añadió que la huelga reclama igualmente la reactivación del diálogo de su federación sindical con el Ministerio de Trabajo, que no responde a los pedidos laborales de conversar.
También manifestó el rechazo de los trabajadores mineros a un decreto que establece la nueva Política Nacional de Competitividad y Productividad, que según el movimiento sindical, recorta derechos laborales. El presidente Vizcarra la ensalzó en un foro empresarial.
Según el líder sindical, las empresas mineras han aumentado sus ganancias en 50 por ciento y tienen utilidades que llegan anualmente al 160 por ciento y a un monto global de 29 mil millones de soles (cerca de siete mil milones de dólares anuales).
'Mientras tanto, los trabajadores solo reciben un aumento salarial de dos por ciento anual', dijo.
oda/mrs
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