Por: Alexandra Bondarenko
El precio del oro alcanza sus niveles más altos en casi seis años en un contexto de tensión política y comercial, lo que contribuye a un aumento de la demanda de valores refugio. Algunos economistas recuerdan que España se deshizo de un 32% de sus reservas de oro en el 2007, justamente cuando la crisis ya estaba a las puertas.
Ante el Pleno del Senado en 2007, el entonces ministro de economía del Gobierno socialista, Pedro Solbes, aseguraba que el oro ya no era una inversión rentable, y enfatizaba que España ya no presentaba las mismas necesidades de divisas que en el pasado dada la fortaleza del euro. Algunos analistas luego han reconocido que aquella idea le ha salido cara a España. Los medios españoles no han parado de repetir estos días que Solbes erró estrepitosamente en su análisis. Quizá lo peor de todo fue la miopía a la hora de reconocer la existencia de una crisis económica en Estados Unidos a cuenta de los créditos hipotecarios y el efecto arrastre que eso podía tener sobre el país europeo.
"Yo creo que fue la tradicional equivocación por parte del Gobierno y del Banco Central: pensar que no había riesgo de desaceleración y que tampoco había desequilibrios. En mi opinión es el factor de equivocación más típico", asegura Daniel Lacalle, doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas y gestor de fondos de inversión.
"Pensaban que nos encontrábamos en una desaceleración moderada, que no había ninguna razón para preocuparse, que no había desequilibrios monetarios. Eso planteó la idea de que el oro es una reserva de poco valor", arguyó.
Así, los meses de marzo y abril del 2007, el Banco de España se desprendió de 3,5 millones de onzas de oro, reduciendo sus reservas de 13,4 a 9,9 millones de onzas, lo que equivalía al 26%. Y posteriormente, en el mes de julio, justo antes del estallido de la crisis, el Banco de España volvió a recortar de nuevo sus reservas de 9,9 a 9,1 millones —otro 8%—. Ahora los economistas estiman que este oro valdría un 131% más, y, lo más importante, permitiría a España, si no evitar, al menos sí atemperar los duros golpes de la crisis mundial. Hay que recordar que aquella crisis, la peor en la historia reciente del país, la desencadenó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que luego derivó en crisis bancaria y disparó el brutal aumento del desempleo en España.
"No había ninguna necesidad de vender ese oro, era una decisión política. Generó un efecto rápido de aumento de reserva, es decir, se vende el oro, se genera una plusvalía, esa plusvalía aparece como una mayor reserva en euros", afirma Lacalle.
"Es como si una familia tiene una vivienda y sube el precio de la vivienda. Entonces se da una situación rápida de riqueza por haberla vendido y tiene más dinero disponible, pero luego vuelve a ver que sus gastos suben y resulta que fue una decisión equivocada", ejemplifica.
Los medios recogen que, desde octubre del 2018, los precios del oro han subido un 25% y eso debido a la escalada del conflicto comercial entre Estados Unidos y China y a las protestas en Hong Kong. Solo en los primeros seis meses del 2019, los bancos centrales de todo el mundo han comprado en total unas 374 toneladas de oro, un 57% más que en el mismo período del año anterior. Según el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), los bancos centrales compraron una sexta parte de la demanda mundial. Las compras se distribuyeron entre muchos países, y los mayores adquirientes fueron Polonia, China y Rusia. Polonia compró sobre todo oro, unas 100 toneladas, en el segundo trimestre.
"La razón por la que los Bancos Centrales compran oro, por ejemplo ahora el Banco Central de Rusia y el Banco Central de China, entre otros, es simplemente porque está probado históricamente que el oro es una reserva de valor con la capacidad de estabilizar las reservas de un país. Por lo tanto, la decisión de tener oro no debe estar basada en cuánto vale ese metal en los mercados en el momento", subraya el economista. Lacalle, que ha sido asesor económico del Partido Popular de Pablo Casado antes de las últimas elecciones generales y que obtuvo su escaño en el Congreso de los Diputados, pese a que luego renunció a él, añade que, "en una situación de desaceleración, los bancos centrales tienden precisamente a tener estos colchones, toman la decisión de diversificar las reservas y tener una cantidad de oro razonable para encontrarse con menores shocks a la hora de afrontar una crisis".
El precio del oro alcanza sus niveles más altos en casi seis años en un contexto de tensión política y comercial, lo que contribuye a un aumento de la demanda de valores refugio. Algunos economistas recuerdan que España se deshizo de un 32% de sus reservas de oro en el 2007, justamente cuando la crisis ya estaba a las puertas.
Ante el Pleno del Senado en 2007, el entonces ministro de economía del Gobierno socialista, Pedro Solbes, aseguraba que el oro ya no era una inversión rentable, y enfatizaba que España ya no presentaba las mismas necesidades de divisas que en el pasado dada la fortaleza del euro. Algunos analistas luego han reconocido que aquella idea le ha salido cara a España. Los medios españoles no han parado de repetir estos días que Solbes erró estrepitosamente en su análisis. Quizá lo peor de todo fue la miopía a la hora de reconocer la existencia de una crisis económica en Estados Unidos a cuenta de los créditos hipotecarios y el efecto arrastre que eso podía tener sobre el país europeo.
"Yo creo que fue la tradicional equivocación por parte del Gobierno y del Banco Central: pensar que no había riesgo de desaceleración y que tampoco había desequilibrios. En mi opinión es el factor de equivocación más típico", asegura Daniel Lacalle, doctor en Economía, profesor de Economía Global y Finanzas y gestor de fondos de inversión.
"Pensaban que nos encontrábamos en una desaceleración moderada, que no había ninguna razón para preocuparse, que no había desequilibrios monetarios. Eso planteó la idea de que el oro es una reserva de poco valor", arguyó.
Así, los meses de marzo y abril del 2007, el Banco de España se desprendió de 3,5 millones de onzas de oro, reduciendo sus reservas de 13,4 a 9,9 millones de onzas, lo que equivalía al 26%. Y posteriormente, en el mes de julio, justo antes del estallido de la crisis, el Banco de España volvió a recortar de nuevo sus reservas de 9,9 a 9,1 millones —otro 8%—. Ahora los economistas estiman que este oro valdría un 131% más, y, lo más importante, permitiría a España, si no evitar, al menos sí atemperar los duros golpes de la crisis mundial. Hay que recordar que aquella crisis, la peor en la historia reciente del país, la desencadenó el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que luego derivó en crisis bancaria y disparó el brutal aumento del desempleo en España.
"No había ninguna necesidad de vender ese oro, era una decisión política. Generó un efecto rápido de aumento de reserva, es decir, se vende el oro, se genera una plusvalía, esa plusvalía aparece como una mayor reserva en euros", afirma Lacalle.
"Es como si una familia tiene una vivienda y sube el precio de la vivienda. Entonces se da una situación rápida de riqueza por haberla vendido y tiene más dinero disponible, pero luego vuelve a ver que sus gastos suben y resulta que fue una decisión equivocada", ejemplifica.
Los medios recogen que, desde octubre del 2018, los precios del oro han subido un 25% y eso debido a la escalada del conflicto comercial entre Estados Unidos y China y a las protestas en Hong Kong. Solo en los primeros seis meses del 2019, los bancos centrales de todo el mundo han comprado en total unas 374 toneladas de oro, un 57% más que en el mismo período del año anterior. Según el Consejo Mundial del Oro (World Gold Council), los bancos centrales compraron una sexta parte de la demanda mundial. Las compras se distribuyeron entre muchos países, y los mayores adquirientes fueron Polonia, China y Rusia. Polonia compró sobre todo oro, unas 100 toneladas, en el segundo trimestre.
"La razón por la que los Bancos Centrales compran oro, por ejemplo ahora el Banco Central de Rusia y el Banco Central de China, entre otros, es simplemente porque está probado históricamente que el oro es una reserva de valor con la capacidad de estabilizar las reservas de un país. Por lo tanto, la decisión de tener oro no debe estar basada en cuánto vale ese metal en los mercados en el momento", subraya el economista. Lacalle, que ha sido asesor económico del Partido Popular de Pablo Casado antes de las últimas elecciones generales y que obtuvo su escaño en el Congreso de los Diputados, pese a que luego renunció a él, añade que, "en una situación de desaceleración, los bancos centrales tienden precisamente a tener estos colchones, toman la decisión de diversificar las reservas y tener una cantidad de oro razonable para encontrarse con menores shocks a la hora de afrontar una crisis".
"Durante la crisis del 2011-2012, en la que se pensaba que se iba a romper el euro, cuando había una desconfianza monetaria en el sistema, la decisión de haber vendido el oro antes dejaba a España mucho más expuesta al riesgo de redenominación monetaria", recuerda Lacalle.La próxima crisis será "peor que la Gran Depresión" de 1929 https://t.co/oOn0aYReVr— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) September 23, 2018
"No vamos a decir que sería una solución a la crisis, pero hubiera sido un factor diferencial. Y lo que hizo con la venta del oro fue poner a España en una dependencia mucho más expuesta al Banco Central Europeo".
Lacalle analiza que probablemente la forma de pensar del entonces Gobierno español era: '¿Para qué va a tener un país europeo moderno reservas de oro, cuando tiene el apoyo y la confianza del sistema monetario europeo?'. "Probablemente esa sería su forma de pensar. No creo que sea la forma de pensar adecuada", explicó.
Las ventas del 2007 se realizaron en coordinación con el resto de los bancos nacionales europeos en virtud de un acuerdo firmado en Washington en 1999, cuyo objetivo era establecer cuotas específicas de venta de oro. Otras economías que se desprendieron de una parte sus reservas fueron también Portugal y Grecia.
"Sin embargo, Alemania, por ejemplo, en los años posteriores ordenó la repatriación de esas reservas de oro. La posición de un país comprometido con la UE era contraria: fortalecer el acceso a esas reservas", concluyó.
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