Se formó hace unos 240 millones de años como un desprendimiento del supercontinente Gondwana.
Una investigación permitió hallar las partes de un antiguo continente sepultado debajo de unos 30 países, en su mayoría, de Europa. Se trata de Gran Adria, que surgió hace unos 240 millones de años, como un desprendimiento del supercontinente Gondwana, formado por las actuales Sudamérica, África, Australia y la Antártida.
De acuerdo con el estudio, realizado durante una década por el equipo liderado por Douwe van Hinsbergen, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), Gran Adria se extendía desde los actuales Alpes hasta Irán, aunque no todo su territorio estaba sobre el agua, sino que fue similar a una cadena de islas o archipiélagos.
"La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente, que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años", sostuvo el especialista, quien agregó que "la única parte restante del continente se encuentra en una franja que va desde Turín, a través del mar Adriático, hasta el talón de la bota que forma Italia". Esa zona es conocida como Adria.
Un gran rompecabezas
Para realizar el trabajo, el equipo se centró en el análisis de rocas que formaban parte del antiguo continente. "Cada país tiene su propio estudio geológico, sus propios mapas, sus propias historias y sus propios continentes", agregó, a la vez que expresó que reunieron todo "en una imagen general".
Según explicó, Gran Adria, tras desprenderse de Gondwana, se movió hacia la placa tectónica euroasiática y entre 100 millones y 120 millones de años atrás impactaron y se ubicó debajo de ella, a unos 1.500 kilómetros de profundidad. Sin embargo, algunas rocas no se sumergieron, sino que en la fricción formaron cadenas montañosas, como los Alpes, y muchas piedras quedaron esparcidas en la superficie, lo que permitió que fueran identificadas por los científicos.
El equipo de Hinsbergen unió esas rocas separadas "como las piezas de un plato roto". "Todas las piezas están mezcladas y pasé los últimos 10 años armando el rompecabezas de nuevo", dijo. La tarea fue posible gracias a la utilización de programas que crearon mapas detallados del antiguo continente y confirmaron que se movió hacia el norte hasta impactar con Europa.
"La región del Mediterráneo está geológicamente entre las más complejas de la Tierra", describió el investigador, quien definió a la zona como un "desorden geológico" en el que "todo está curvado, roto y apilado".
RT
Una investigación permitió hallar las partes de un antiguo continente sepultado debajo de unos 30 países, en su mayoría, de Europa. Se trata de Gran Adria, que surgió hace unos 240 millones de años, como un desprendimiento del supercontinente Gondwana, formado por las actuales Sudamérica, África, Australia y la Antártida.
De acuerdo con el estudio, realizado durante una década por el equipo liderado por Douwe van Hinsbergen, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), Gran Adria se extendía desde los actuales Alpes hasta Irán, aunque no todo su territorio estaba sobre el agua, sino que fue similar a una cadena de islas o archipiélagos.
"La mayoría de las cadenas de montañas que investigamos se originaron en un solo continente, que se separó del norte de África hace más de 200 millones de años", sostuvo el especialista, quien agregó que "la única parte restante del continente se encuentra en una franja que va desde Turín, a través del mar Adriático, hasta el talón de la bota que forma Italia". Esa zona es conocida como Adria.
Un gran rompecabezas
Para realizar el trabajo, el equipo se centró en el análisis de rocas que formaban parte del antiguo continente. "Cada país tiene su propio estudio geológico, sus propios mapas, sus propias historias y sus propios continentes", agregó, a la vez que expresó que reunieron todo "en una imagen general".
Según explicó, Gran Adria, tras desprenderse de Gondwana, se movió hacia la placa tectónica euroasiática y entre 100 millones y 120 millones de años atrás impactaron y se ubicó debajo de ella, a unos 1.500 kilómetros de profundidad. Sin embargo, algunas rocas no se sumergieron, sino que en la fricción formaron cadenas montañosas, como los Alpes, y muchas piedras quedaron esparcidas en la superficie, lo que permitió que fueran identificadas por los científicos.
El equipo de Hinsbergen unió esas rocas separadas "como las piezas de un plato roto". "Todas las piezas están mezcladas y pasé los últimos 10 años armando el rompecabezas de nuevo", dijo. La tarea fue posible gracias a la utilización de programas que crearon mapas detallados del antiguo continente y confirmaron que se movió hacia el norte hasta impactar con Europa.
"La región del Mediterráneo está geológicamente entre las más complejas de la Tierra", describió el investigador, quien definió a la zona como un "desorden geológico" en el que "todo está curvado, roto y apilado".
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