El parlamento de Jordania aprobó la expulsión del embajador israelí y detener cualquier normalización de relaciones con Tel Aviv, en una sesión extraordinaria dedicada a analizar las transgresiones de sitios sagrados musulmanes en Jerusalén.
La sesión, difundida hoy en medios locales, también condenó las leyes racistas y sionistas impuestas por la entidad usurpadora contra los fieles del islam con el objetivo de prohibir a estos cumplir con los mandamientos de El Corán.
En ese caso, los diputados se pronunciaron por impedir a Israel cambios en el estado temporal de la mezquita de Al Aqsa, en tanto que Tel Aviv aspira a que los judíos realicen sus rezos en ese recinto islámico.
El pronunciamiento de los legisladores jordanos fue una respuesta a recientes comentarios del ministro israelí de Seguridad Pública, Gilad Erdan, quien sugirió modificar el estado actual de la mezquita para permitir los rezos de los judíos en su interior.
Ese hecho, apuntaron, viola leyes y resoluciones internacionales que establecen a Jerusalén como ciudad abierta a todos, aunque el recinto religioso de marras pertenece a los musulmanes.
El Ministerio jordano de Relaciones Exteriores rarificó en un comunicado que la totalidad de la mezquita Al Aqsa/Al Haram Al Sharif y sus alrededores de unas 144 hectáreas, es un lugar de culto solo para musulmanes.
El parlamento jordano llamó además a los miembros permanentes en el Consejo de Seguridad, la Unión Europea y grupos árabes e islámicos al apoyo de la causa palestina.
Según una intervención del diputado Tariq Khouri, el único lenguaje que entiende Israel es el de la resistencia y las armas.
Mientras, el canciller Ayman Safadi precisó que la salvaguardia otorgada a Jordania de los lugares sagrados musulmanes y cristianos en Jerusalén consiste en una política coherente y un trabajo diligente, y de confrontación con las autoridades de la potencia ocupante.
Safadi reiteró la posición del jefe del Estado, el rey Abdala I, respecto a que Jerusalén es una línea roja, cuya custodia de la sacralidad islámica y cristiana es un deber confiado a Jordania que utiliza todas las capacidades para cumplirla.
tgj/arc
La sesión, difundida hoy en medios locales, también condenó las leyes racistas y sionistas impuestas por la entidad usurpadora contra los fieles del islam con el objetivo de prohibir a estos cumplir con los mandamientos de El Corán.
En ese caso, los diputados se pronunciaron por impedir a Israel cambios en el estado temporal de la mezquita de Al Aqsa, en tanto que Tel Aviv aspira a que los judíos realicen sus rezos en ese recinto islámico.
El pronunciamiento de los legisladores jordanos fue una respuesta a recientes comentarios del ministro israelí de Seguridad Pública, Gilad Erdan, quien sugirió modificar el estado actual de la mezquita para permitir los rezos de los judíos en su interior.
Ese hecho, apuntaron, viola leyes y resoluciones internacionales que establecen a Jerusalén como ciudad abierta a todos, aunque el recinto religioso de marras pertenece a los musulmanes.
El Ministerio jordano de Relaciones Exteriores rarificó en un comunicado que la totalidad de la mezquita Al Aqsa/Al Haram Al Sharif y sus alrededores de unas 144 hectáreas, es un lugar de culto solo para musulmanes.
El parlamento jordano llamó además a los miembros permanentes en el Consejo de Seguridad, la Unión Europea y grupos árabes e islámicos al apoyo de la causa palestina.
Según una intervención del diputado Tariq Khouri, el único lenguaje que entiende Israel es el de la resistencia y las armas.
Mientras, el canciller Ayman Safadi precisó que la salvaguardia otorgada a Jordania de los lugares sagrados musulmanes y cristianos en Jerusalén consiste en una política coherente y un trabajo diligente, y de confrontación con las autoridades de la potencia ocupante.
Safadi reiteró la posición del jefe del Estado, el rey Abdala I, respecto a que Jerusalén es una línea roja, cuya custodia de la sacralidad islámica y cristiana es un deber confiado a Jordania que utiliza todas las capacidades para cumplirla.
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