Estados Unidos anunció hoy una nueva regulación destinada a detener indefinidamente a las familias de inmigrantes irregulares, al eliminar los límites de tiempo que los menores pueden mantenerse bajo custodia de las autoridades.
La nueva norma, que según medios norteamericanos requeriría la aprobación de un juez federal, pone fin a la implementación de 'los términos relevantes y sustantivos' del llamado Acuerdo Flores, indicaron en un comunicado conjunto los departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Salud y Servicios Humanos.
Ese mecanismo, el cual responde a un fallo judicial de 1997, prohibió al Gobierno mantener detenidos a los menores inmigrantes por un plazo mayor a 20 días.
La Casa Blanca ha presionado continuamente al DHS para que reemplace el acuerdo judicial, pues el presidente Donald Trump y miembros del Partido Republicano sostienen que el límite de los 20 días alienta los inmigrantes indocumentados a llegar a la frontera con niños, porque esperan ser liberados junto a los menores.
Con la nueva regla, que debe entrar en vigor en 60 días, el ejecutivo podrá enviar a las personas capturadas al entrar ilegalmente a este país a uno de los centros familiares residenciales y mantenerlas ahí durante todo el tiempo que demore la resolución de sus casos migratorios.
Actualmente, los inmigrantes detenidos tardan de dos a tres meses como promedio para que se juzguen sus casos de inmigración, pero funcionarios que se refirieron ayer al tema dijeron que no habrá límites en cuanto al tiempo que una familia puede ser detenida bajo la nueva disposición.
Esta regla, como muchas otras acciones controvertidas del Gobierno del mandatario republicano en materia migratoria, debe enfrentar desafíos legales de grupos de defensa de los inmigrantes y estados mayoritariamente demócratas.
Si bien los funcionarios reconocieron la posibilidad de que se presenten demandas en su contra, estimaron que la medida enviará un poderoso mensaje a las familias inmigrantes de que viajar con niños a Estados Unidos 'no es un pasaporte' para que se les libere una vez detenidos.
De ese modo, anticipan que el efecto de la regla será una disminución dramática en el número de familias que intentan llegar a esta nación de forma irregular, lo que reduciría la necesidad de construir más centros familiares residenciales.
La norma forma parte de la ofensiva desatada por el jefe de la Casa Blanca con el fin de reducir la inmigración ilegal y la legal.
El Gobierno no debería estar encarcelando a niños, y ciertamente no debería tratar de meter a más niños en la cárcel por más tiempo, consideró sobre esta acción Madhuri Grewal, asesor político de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles.
jf/mar
La nueva norma, que según medios norteamericanos requeriría la aprobación de un juez federal, pone fin a la implementación de 'los términos relevantes y sustantivos' del llamado Acuerdo Flores, indicaron en un comunicado conjunto los departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Salud y Servicios Humanos.
Ese mecanismo, el cual responde a un fallo judicial de 1997, prohibió al Gobierno mantener detenidos a los menores inmigrantes por un plazo mayor a 20 días.
La Casa Blanca ha presionado continuamente al DHS para que reemplace el acuerdo judicial, pues el presidente Donald Trump y miembros del Partido Republicano sostienen que el límite de los 20 días alienta los inmigrantes indocumentados a llegar a la frontera con niños, porque esperan ser liberados junto a los menores.
Con la nueva regla, que debe entrar en vigor en 60 días, el ejecutivo podrá enviar a las personas capturadas al entrar ilegalmente a este país a uno de los centros familiares residenciales y mantenerlas ahí durante todo el tiempo que demore la resolución de sus casos migratorios.
Actualmente, los inmigrantes detenidos tardan de dos a tres meses como promedio para que se juzguen sus casos de inmigración, pero funcionarios que se refirieron ayer al tema dijeron que no habrá límites en cuanto al tiempo que una familia puede ser detenida bajo la nueva disposición.
Esta regla, como muchas otras acciones controvertidas del Gobierno del mandatario republicano en materia migratoria, debe enfrentar desafíos legales de grupos de defensa de los inmigrantes y estados mayoritariamente demócratas.
Si bien los funcionarios reconocieron la posibilidad de que se presenten demandas en su contra, estimaron que la medida enviará un poderoso mensaje a las familias inmigrantes de que viajar con niños a Estados Unidos 'no es un pasaporte' para que se les libere una vez detenidos.
De ese modo, anticipan que el efecto de la regla será una disminución dramática en el número de familias que intentan llegar a esta nación de forma irregular, lo que reduciría la necesidad de construir más centros familiares residenciales.
La norma forma parte de la ofensiva desatada por el jefe de la Casa Blanca con el fin de reducir la inmigración ilegal y la legal.
El Gobierno no debería estar encarcelando a niños, y ciertamente no debería tratar de meter a más niños en la cárcel por más tiempo, consideró sobre esta acción Madhuri Grewal, asesor político de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles.
jf/mar
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