La política monetaria del Estado, a través del Banco Central, fortalece hoy el valor de la moneda nacional, el boliviano, frente al dólar, y respalda su poder adquisitivo, en el proceso de ''bolivianización'' de la economía.
Durante la presentación del Primer Informe de Política Monetaria 2019, el titular del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, indicó que la institución cumple estrictamente el mandato constitucional de mantener y garantizar la capacidad de compra de la moneda y velar por la política de redistribución de los ingresos y la inversión.
Esos dos últimos elementos son los pilares del Modelo Económico, Social Comunitario y Productivo puesto en marcha por el Gobierno del presidente Evo Morales en 2006, que no solo redundó en un crecimiento sostenido y sostenible de la economía, sino en el vertiginoso ascenso del bienestar de la población y la reducción de la brecha social.
Ramos declaró a ese respecto que el modelo boliviano vigente constituye la base de la fortaleza y estabilidad que vive la nación, pese al contexto internacional adverso y la crisis en países vecinos.
Otro aspecto destacado en el informe tiene que ver con el proceso de 'bolivianización' de la economía nacional, entendido como la desdolarización, que en Bolivia se desarrolla a paso vertiginoso y en corto plazo, en contraste con otros Estados de la región, según el principal ente emisor.
La economía nacional es sólida y estable, con un fuerte respaldo en colchones financieros, tanto internos como externos, aseguró el titular del BCB.
Ponderó los récords del país -con crecimiento sostenido desde 2009- con un Producto Interno Bruto de 4,5 por ciento en 2018 y una inflación de 1,5 puntos porcentuales, la segunda más baja de la región, en un contexto inestable y de crisis en naciones vecinas como Argentina y Brasil, socios comerciales de Bolivia.
El BCB mantiene la orientación expansiva de la política monetaria con la inyección de recursos para sostener niveles adecuados de liquidez y tasas de interés bajas que coadyuvan a sostener el dinamismo del crédito y la estabilidad del tipo de cambio, sostuvo el titular.
Como perspectivas de la política para este año, Ramos indicó que dado el contexto adverso global la entidad proseguirá con la exigencia de medidas contracíclicas a fin de evitar afectaciones a la economía nacional.
La Política Monetaria se ejecuta en coordinación con el conjunto de planes económicos del Estado, como el fiscal y el cambiario.
El programa fiscal presupuestario de 2019, aprobado por el Gobierno en enero último, fue consensuado entre el BCB y el Ministerio de Economía.
Tras la llegada al poder del presidente Evo Morales y la adopción de la ley de nacionalización de los hidrocarburos en 2006, las proyecciones y políticas fiscales del país pasaron a control de las instituciones del Estado, sin la injerencia de organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
rgh/oda
Durante la presentación del Primer Informe de Política Monetaria 2019, el titular del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, indicó que la institución cumple estrictamente el mandato constitucional de mantener y garantizar la capacidad de compra de la moneda y velar por la política de redistribución de los ingresos y la inversión.
Esos dos últimos elementos son los pilares del Modelo Económico, Social Comunitario y Productivo puesto en marcha por el Gobierno del presidente Evo Morales en 2006, que no solo redundó en un crecimiento sostenido y sostenible de la economía, sino en el vertiginoso ascenso del bienestar de la población y la reducción de la brecha social.
Ramos declaró a ese respecto que el modelo boliviano vigente constituye la base de la fortaleza y estabilidad que vive la nación, pese al contexto internacional adverso y la crisis en países vecinos.
Otro aspecto destacado en el informe tiene que ver con el proceso de 'bolivianización' de la economía nacional, entendido como la desdolarización, que en Bolivia se desarrolla a paso vertiginoso y en corto plazo, en contraste con otros Estados de la región, según el principal ente emisor.
La economía nacional es sólida y estable, con un fuerte respaldo en colchones financieros, tanto internos como externos, aseguró el titular del BCB.
Ponderó los récords del país -con crecimiento sostenido desde 2009- con un Producto Interno Bruto de 4,5 por ciento en 2018 y una inflación de 1,5 puntos porcentuales, la segunda más baja de la región, en un contexto inestable y de crisis en naciones vecinas como Argentina y Brasil, socios comerciales de Bolivia.
El BCB mantiene la orientación expansiva de la política monetaria con la inyección de recursos para sostener niveles adecuados de liquidez y tasas de interés bajas que coadyuvan a sostener el dinamismo del crédito y la estabilidad del tipo de cambio, sostuvo el titular.
Como perspectivas de la política para este año, Ramos indicó que dado el contexto adverso global la entidad proseguirá con la exigencia de medidas contracíclicas a fin de evitar afectaciones a la economía nacional.
La Política Monetaria se ejecuta en coordinación con el conjunto de planes económicos del Estado, como el fiscal y el cambiario.
El programa fiscal presupuestario de 2019, aprobado por el Gobierno en enero último, fue consensuado entre el BCB y el Ministerio de Economía.
Tras la llegada al poder del presidente Evo Morales y la adopción de la ley de nacionalización de los hidrocarburos en 2006, las proyecciones y políticas fiscales del país pasaron a control de las instituciones del Estado, sin la injerencia de organismos financieros internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
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