Las protestas volverán a exigir la renuncia del mandatario Jovenel Moise y su equipo de Gobierno, y piden a la comunidad internacional retirar el apoyo al gobernante para lograr la estabilidad del país.
Desde el 7 de febrero Haití vive una crisis sociopolítica que mantuvo por 11 días paralizada a esta capital y otras urbes. Servicios como el suministro de agua, electricidad, combustibles, trasporte público, mercados se vieron afectados, así como el funcionamiento de los hospitales, incapaces de obtener los insumos necesarios.
Las protestas de este viernes están previstas iniciarse luego de los funerales de varias personas fallecidas durante la pasada movilización, que de acuerdo a la oposición cobró la vida de unas 50 personas.
Las autoridades por su parte, no han ofrecido cifras oficiales, aunque diversos medios de prensa señalan a muerte de al menos ocho personas y cientos de heridos.
'Iniciaremos una importante movilización para denunciar la incapacidad de los líderes haitianos para garantizar la seguridad de la población', dijo Patrick Joseph, miembro del grupo Konbit òganizasyon politik sendikal ak popilÿ yo, en conferencia de prensa.
Añadió que la manifestación también pretende denunciar las declaraciones contradictorias de Jovenel Moise y el primer ministro Jean Henry Céant, sobre la extradición a Estados Unidos de un grupo de siete extranjeros arrestados a inicios de semana con un arsenal de armas.
Por su parte, el coordinador general del Sindicato Nacional de Maestros Normales Haitianos, Josué Mérilien, condenó la injerencia del gobierno norteamericano en este tema, e instó a la población a continuar las protestas contra los líderes que son incapaces de 'asegurar el país'.
Las manifestaciones se organizan justo cuando esta capital y otras ciudades retomaban parcialmente la normalidad, tras 11 días de movilización general y el presidente convocó a un nuevo diálogo nacional para buscar soluciones que enfrenten la actual crisis.
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