Se trata de 27 militares sobrevivientes, a quienes se les abona pensiones que van desde los 425 hasta los 1.275 euros.
Los militares belgas que colaboraron con el Tercer Reich aún hoy, a casi 75 años del derrocamiento de Hitler, se benefician de las pensiones que les paga Alemania.
A cada uno de los 27 colaboradores sobrevivientes se les abona pensiones, que van desde los 425 hasta los 1.275 euros, y contrastan con las indemnizaciones de 50 euros destinadas a las personas que eran deportadas o hacían trabajos forzados.
Se desconocen los nombres de esos colaboradores nazis, y las pensiones que perciben nunca han sido tasadas por el fisco belga.
Los orígenes
Bélgica fue ocupada por el Tercer Reich en 1940. En 1941 Hitler publicó un decreto que permitía a los miembros del Waffen SS de origen flamenco beneficiarse de todos los derechos de los ciudadanos alemanes, y además de una pensión compensatoria. En 1943 el privilegio se extendió a los valones.
A pesar de los crímenes de las SS, el decreto del 1941 no fue derogado durante el proceso de la desnazificación de Alemania. En efecto, es el único decreto del Gobierno nazi no anulado por la conferencia de Potsdam de 1945.
La República Federal de Alemania (RFA), como sucesora del Tercer Reich, comenzó a pagar las pensiones garantizadas por los nazis desde 1949.
En total, de los 80.000 colaboradores belgas condenados tras la guerra, unos 38.000 han recibido la pensión complementaria.
Un encubrimiento que lleva 20 años
El diputado socialista flamenco Fred Erdman fue el primero en alertar sobre esta situación.
En 2012 una serie de preguntas parlamentarias y un estudio de Alvin De Coninck, miembro del grupo Mémoire-Herinnering, han revelado que en el país quedaban unos 2.500 exmilitares de las Waffen SS que recibían las pensiones teutonas.
Los cuestionamientos parlamentarios a los ministros de Defensa, Finanzas y Asuntos Exteriores cesaron en 2016, como consecuencia de que el Gobierno alemán renunció a divulgar información sobre los pensionados de guerra.
Sin embargo, la resolución aprobada el 19 de febrero por la Cámara de Representantes exige "tratar con urgencia" un plan diplomático para esclarecer la situación y poner fin al pago de las pensiones a los excombatientes nazis. Además de Bélgica, en España, Reino Unido, Suecia y Suiza también se reciben pensiones complementarias.
Los militares belgas que colaboraron con el Tercer Reich aún hoy, a casi 75 años del derrocamiento de Hitler, se benefician de las pensiones que les paga Alemania.
A cada uno de los 27 colaboradores sobrevivientes se les abona pensiones, que van desde los 425 hasta los 1.275 euros, y contrastan con las indemnizaciones de 50 euros destinadas a las personas que eran deportadas o hacían trabajos forzados.
Se desconocen los nombres de esos colaboradores nazis, y las pensiones que perciben nunca han sido tasadas por el fisco belga.
Los orígenes
Bélgica fue ocupada por el Tercer Reich en 1940. En 1941 Hitler publicó un decreto que permitía a los miembros del Waffen SS de origen flamenco beneficiarse de todos los derechos de los ciudadanos alemanes, y además de una pensión compensatoria. En 1943 el privilegio se extendió a los valones.
A pesar de los crímenes de las SS, el decreto del 1941 no fue derogado durante el proceso de la desnazificación de Alemania. En efecto, es el único decreto del Gobierno nazi no anulado por la conferencia de Potsdam de 1945.
La República Federal de Alemania (RFA), como sucesora del Tercer Reich, comenzó a pagar las pensiones garantizadas por los nazis desde 1949.
En total, de los 80.000 colaboradores belgas condenados tras la guerra, unos 38.000 han recibido la pensión complementaria.
Un encubrimiento que lleva 20 años
El diputado socialista flamenco Fred Erdman fue el primero en alertar sobre esta situación.
En 2012 una serie de preguntas parlamentarias y un estudio de Alvin De Coninck, miembro del grupo Mémoire-Herinnering, han revelado que en el país quedaban unos 2.500 exmilitares de las Waffen SS que recibían las pensiones teutonas.
Los cuestionamientos parlamentarios a los ministros de Defensa, Finanzas y Asuntos Exteriores cesaron en 2016, como consecuencia de que el Gobierno alemán renunció a divulgar información sobre los pensionados de guerra.
Sin embargo, la resolución aprobada el 19 de febrero por la Cámara de Representantes exige "tratar con urgencia" un plan diplomático para esclarecer la situación y poner fin al pago de las pensiones a los excombatientes nazis. Además de Bélgica, en España, Reino Unido, Suecia y Suiza también se reciben pensiones complementarias.
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