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22 febrero 2019

Con cierto desconcierto

Roberto Malaver.- “Mi padre, mientras dirigía la séptima sinfonía de Beethoven que se escuchaba en su espectacular aparato de sonido, decía: “Eso sí es música, eso sí es concierto. Con la música no se traiciona a nadie, porque la música es otra cosa. Y eso es lo que pretenden hacer mis amigos en Cúcuta, los mercenarios de la música”. Y yo lo aplaudí. Y me dijo: “Tampoco la cosa es para tanto, Cinthya, no te alborotes”.

Cinthya Machado Zuloaga se ríe y el mundo añade un poco más de belleza a su paisaje natural. Llegó dispuesta a comentar lo del concierto que en Cúcuta con los músicos y cantantes que nunca han estado al lado del pueblo pero que no pierden oportunidad de ponerse al lado de Trump sin importarles todo lo que ha venido haciendo”. –así dijo.

El mesonero llega y coloca las dos tazas de café sobre la mesa y dice: “Señorita, en verdad que el concierto que más me gusta a mí, es el concierto de belleza que usted me brinda cada vez que viene aquí”. Cinthya sonríe y el mesonero se va complacido.

-Es un concierto falso, porque se hace bajo una premisa falsa, que es la ayuda humanitaria a Venezuela, y allí mismo tienen para comenzar repartiéndole esa comida a los niños de la guoajira colombiana que mueren de hambre, pero no los miran, porque claro, la cosa es salir de Maduro por la violencia, porque ya se rindieron, no son demócratas y no quieren volver a las elecciones si Trump los puede ayudar con una invasión. Es que con ese Juan Peña que tienen como presidente de la Asamblea solo se puede esperar lo peor”.

Se detiene y busca en su minilatop alguna noticia y sigue diciendo: “Es un concierto que se puede ver con cierto desconcierto, porque todo el mundo sabe lo que hay detrás. Y además, hay un millonario que está detrás de eso. Y quieren recaudar cien millones de dólares, si quieren esa cantidad pídansela a Julio Borges, o Antonio Ledezma, que seguro tienen mucho más que eso en la ayuda humanitaria que les han dado en el exterior”.

Y sonriendo siempre con esa cara tan linda, termina diciendo: “vamos a cantarle a la paz. Vamos a fumar la pipa de la paz. Porque es cierto lo que dice mi padre cada vez  que escucha y dirige a Beethoven: “con la música no se engaña a los pueblos, ni se traiciona a un país, con la música se vive y se siente intensamente la paz”

Roberto Malaver
Periodista / Profesor UCV
@RobertoMalaver

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