El gobierno que mete a niños en jaulas, inventa denuncias sobre detenciones infantiles en Venezuela

Estados Unidos es capaz de utilizar en contra de sus enemigos hasta aquellos temas en los que no tiene la menor autoridad moral. Un ejemplo actual es que pretende –mediante falsos positivos y fakes news- acusar al Gobierno de Venezuela de detener y torturar a niños, un campo en el que la administración de Donald Trump tiene uno de los más oscuros expedientes de país alguno en tiempos modernos.

Aun en el caso de que las denuncias tuviesen alguna base, no sería el Gobierno de EEUU ni quienes lo respaldan los más habilitados para hacerla, pues bien se sabe que ese país mantiene presos a miles de niños inmigrantes encerrados en jaulas, separados de sus padres  y sometidos a infamantes procesos judiciales.
Recientemente, la niña guatemalteca Jackeline Caal, de siete años apenas, falleció en uno de estos campos de concentración.

A la falta de autoridad moral para dar lecciones sobre este asunto se suma el hecho de que las supuestas detenciones de niños en Venezuela son parte de la imparable campaña de falsos positivos y fake news desatada con el propósito de justificar una agresión extranjera contra el país y el derrocamiento de su gobierno constitucional.

Deliberadamente se pretende caracterizar como niños a algunos adolescentes y jóvenes que han sido detenidos en actos vandálicos planificados por los sectores opositores luego de la autojuramentación de Juan Guaidó. Estos desórdenes ocurrieron en zonas populares de Caracas en horas nocturnas y en asociación con organizaciones criminales e infiltrados paramilitares. En algunos de esos lugares hubo saqueos contra propiedades de particulares.

No es la primera vez que la oposición extremista usa a adolescentes para perpetrar acciones violentas. Esta fue la práctica cotidiana durante los cuatro meses de guarimbas de 2017. Existen videos en los que se evidencia que personas involucradas en el mando de las protestas daban alimentos, golosinas y hasta sustancias prohibidas a niños y adolescentes para que participaran en los disturbios.

El tono de denuncia que asumen sobre este punto los operadores del golpe de Estado que se encuentra en desarrollo, muestra su baja ralea moral. Por un lado están los funcionarios y voceros del gobierno de EEUU, que mantiene impunemente su política de cárceles para niños en las fronteras y pretenden erigirse en críticos de otros Estados.

Por el otro se encuentran integrantes de la burocracia de la diplomacia internacional, quienes se apresuran a censurar al gobierno venezolano, sin tener prueba alguna entre sus manos, mientras se han hecho de la vista gorda acerca de casos documentados ocurridos en los centros de detención infantil de EEUU durante años. El más notable de estos burócratas no es otro que el secretario de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro.
En el lote de los desvergonzados están también los venezolanos que respaldan el golpe de Estado impulsado por Trump. Aplican una lógica de guerra: saben que las denuncias son falsas, pero las repiten porque abonan el terreno para la intervención extranjera. También saben que quien realmente tiene a niños sometidos a tratos crueles es el gobierno de Trump, pero miran para otro lado. 

(LaIguana.TV)
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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