Doha podría depender más de los socios que le quedan si una solución diplomática no pone fin al aislamiento del país. Mientras tanto, el peor escenario sería una guerra, asevera un analista de 'Forbes'.
Catar está tratando de "encontrar un camino" para salir del aislamiento "súbito y económicamente peligroso" impuesto por sus vecinos de Oriente Medio, por su supuesto apoyo a grupos terroristas, escribe el analista Ralph Jennings.
En su nuevo artículo para 'Forbes', este experto presenta tres posibles escenarios del desarrollo de los acontecimientos en la región, de los cuales el peor es una guerra.
1. Catar depende más de los socios restantes
Aunque diez países habían cortado las relaciones diplomáticas con Catar para el sábado, Turquía prometió el viernes que ayudaría a Doha con alimentos y medicinas, al igual que Irán, que ya ha enviado casi mil toneladas de alimentos a Catar.
Filipinas —una importante fuente de mano de obra para Catar— indicó el miércoles que aliviaría la prohibición impuesta anteriormente a los nuevos trabajadores migrantes que se dirigen a Catar, mientras que la India también podría proporcionar un apoyo, señala el autor del artículo, agregando que "por lo tanto, Catar mantendría una línea de vida abierta".
"Catar tiene otras opciones para la importación de alimentos, como la frontera marítima catarí-iraní y el espacio aéreo que los cataríes todavía pueden usar", explica Giorgio Cafiero, CEO de la consultora de riesgo político Gulf State Analytics, con sede en Washington.
Cafiero estima que, aunque la importación por vía aérea es más cara que por vía terrestre a través de Arabia Saudita, "Catar tiene los medios financieros para hacer frente a esto".
2. Países hostiles de Oriente Medio negocian con Catar
Cafiero indica que vecinos neutrales como Kuwait y Omán están buscando una solución al problema en torno a Catar. Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, instó la semana pasada a Arabia Saudita, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos a que aliviaran el bloqueo contra Doha, y señaló que una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo debería buscar una solución.
Catar es "el hogar de la base aérea de Al Udeid", desde la cual aviones militares estadounidenses y británicos vuelan para bombardear objetivos del Estado Islámico, recuerda Ameer Ali, profesor de la Escuela de Negocios y Gobernanza de la Universidad de Murdoch en Australia. Para Ali, "esta es la razón" por la cual el presidente estadounidense, Donald Trump, "está ahora desesperado por encontrar una solución" a la crisis.
3. Comienza una guerra
Finalmente, el último posible desenlace es una guerra. Сatar puede "defender su presunto apoyo" a Hamas y los Hermanos Musulmanes. Entonces, los detractores de esos grupos, como Arabia Saudita, "se enojarían, aumentando la presión diplomática o económica" sobre Doha. Como consecuencia, uno de los presuntos grupos terroristas que apoya podría "sentir la presión y bombardear algo en alguna parte". Catar "asumiría la culpa y podría ser golpeado nuevamente", asevera el analista.
A su vez, Ameer Ali recuerda que "Arabia Saudita también ha "financiado a grupos terroristas como Al Qaeda, los talibanes y Lashkar-e-Toiba", y se pregunta: "¿Está viendo la paja en el ojo ajeno?"
- El 5 de junio, Arabia Saudita, Egipto, EAU y Baréin cortaron lazos diplomáticos con Catar por considerar que ese país proporciona ayuda y financiación a organizaciones terroristas. Posteriormente, Yemen, Libia, Maldivas, Mauricio, Mauritania y Comoras se unieron a esta medida, mientras que Yibuti redujo su representación diplomática en territorio catarí.
- Al boicoteo de Catar también empezaron a unirse otros países africanos. El 10 de junio, las autoridades de Níger anunciaron que habían retirado a su embajador en Doha en solidaridad con los países árabes. Chad y Senegal también anunciaron la retirada de sus representantes diplomáticos en Catar, mientras que Gabón criticó las políticas de este país del golfo Pérsico.
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