AVN.- El 21 de febrero de 1989, en la sede del Banco Central de Venezuela (BCV) un cargamento de aproximadamente ocho toneladas de lingotes de oro fue trasladado en gandolas, desde las bóvedas de la institución ubicadas en el sector Carmelitas de Caracas, hasta el puerto de La Guaira, donde fueron embarcadas con destino a Londres, Inglaterra.
Este traslado serviría como garantía del préstamo, conforme a la exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de la firma de la carta de intención en la cual le financiaban a Venezuela 4 mil 500 millones de dólares para afrontar el déficit económico.
Dos días antes, bancos extranjeros exigen al gobierno del reciente electo presidente Carlos Andrés Pérez, garantías en oro y petróleo a futuro para entregar los empréstitos solicitados por Venezuela.
Siete días después del traslado de las reservas en oro, en el país se registra un estallido social, conocido como El Caracazo, el cual fue una respuesta social por la aplicación de medidas de corte neoliberal.
Los antecedentes de traslados de reservas auríferas al exterior se remontan al inicio del puntofijismo con Rómulo Betancourt. Aproximadamente una tercera parte de las tenencias totales de oro del país estaba en el Banco de la Reserva de Estados Unidos, como garantía de un préstamo por 2.000 millones de dólares, contratado por Betancourt y que para 1989 ya estaba cancelado.
Un operativo similar al de 21 de febrero de 1989, se realizó el 5 de agosto del año anterior, cuando ocho toneladas de oro que estaban resguardadas "salieron subrepticiamente" del país, según denunciaron en la época los diputados comunistas ante el silencio de los políticos del gobernante Acción Democrática y de la tolda copeyana.
Los parlamentarios revelaron que las toneladas del mineral se trasladaron bajo una fuerte custodia y tenían como destino Zurich, Suiza, en donde se negociarían por unos 120 millones de dólares, de acuerdo con las crónicas periodísticas de entonces.
Más de 200 toneladas de oro venezolano fueron enviadas a países europeos como garantía de préstamos solicitados al FMI por los gobiernos de la cuarta República.
Como una política de resguardo a la soberanía nacional el 17 agosto de 2011, el comandante Hugo Chávez anunció que serían repatriadas las 211,35 toneladas de oro que Venezuela tenía en el extranjero, valoradas en 11.000 millones de dólares. Más del 80% de esa cantidad reposaba en el Reino Unido, principalmente en el Banco de Inglaterra.
AVN
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