Lima, 16 feb (PL) El expresidente Alan García se presentó hoy ante la justicia como testigo en uno de los casos de supuesta corrupción de la empresa brasileña Odebrecht, que puso sobre lumbre a la vida política de Perú.
El escándalo de Oderbrecht reventó en diciembre, cuando la empresa del Gigante Sudamericano reconoció ante la justicia estadounidense haber pagado 29 millones de dólares para ganar la concesión de obras públicas en Perú entre 2005 y 2014.
En ese periodo ocuparon la silla presidencial Alejandro Toledo, prófugo en la actualidad, el mismo García y Ollanta Humala.
Abogado de 67 años, García (1985-1990 y 2006-2011) destacó en un comunicado a la prensa que no albergaba temor a verse involucrado y como contrapunto de Toledo, por haber recibido sobornos de la firma brasileña.
En esa línea, insistió que no tiene miedo alguno a quedar implicado en este escándalo y afirmó estar dispuesto a someterse a cualquier convocatoria legal o parlamentaria que lo requiera.
Con la comparecencia, cumplo mi deber como expresidente y ciudadano ante cualquier tema y convocatoria legal a las que siempre asistiré para que todo funcionario corrupto sea sancionado, enfatizó.
Argumentó que cree que la única riqueza para un político es el honor de servir al pueblo y representar al país, afirmó en ese comunicado.
La Fiscalía anticorrupción lo citó para recoger sus declaraciones sobre las presuntas irregularidades en la licitación de la construcción del Gasoducto Sur Peruano abiertas contra la exprimera dama Nadine Heredia, esposa del expresidente Ollanta Humala (2011-2016).
Analistas presentes consideran que su presencia ante los fiscales, su actitud y los duros mensajes que emitió contra la corrupción, fueron para reflejar la situación de Toledo, acusado por recibir 20 millones de dólares para adjudicarle a la empresa brasileña la construcción de la carretera Interoceánica.
García aterrizó esta mañana en Lima procedente de España en un movimiento que los especialistas destacan como una punta de lanza contra los comentarios reflejados en la prensa local que no apostaban por su presencia ante la Fiscalía.
ymr/cw
En ese periodo ocuparon la silla presidencial Alejandro Toledo, prófugo en la actualidad, el mismo García y Ollanta Humala.
Abogado de 67 años, García (1985-1990 y 2006-2011) destacó en un comunicado a la prensa que no albergaba temor a verse involucrado y como contrapunto de Toledo, por haber recibido sobornos de la firma brasileña.
En esa línea, insistió que no tiene miedo alguno a quedar implicado en este escándalo y afirmó estar dispuesto a someterse a cualquier convocatoria legal o parlamentaria que lo requiera.
Con la comparecencia, cumplo mi deber como expresidente y ciudadano ante cualquier tema y convocatoria legal a las que siempre asistiré para que todo funcionario corrupto sea sancionado, enfatizó.
Argumentó que cree que la única riqueza para un político es el honor de servir al pueblo y representar al país, afirmó en ese comunicado.
La Fiscalía anticorrupción lo citó para recoger sus declaraciones sobre las presuntas irregularidades en la licitación de la construcción del Gasoducto Sur Peruano abiertas contra la exprimera dama Nadine Heredia, esposa del expresidente Ollanta Humala (2011-2016).
Analistas presentes consideran que su presencia ante los fiscales, su actitud y los duros mensajes que emitió contra la corrupción, fueron para reflejar la situación de Toledo, acusado por recibir 20 millones de dólares para adjudicarle a la empresa brasileña la construcción de la carretera Interoceánica.
García aterrizó esta mañana en Lima procedente de España en un movimiento que los especialistas destacan como una punta de lanza contra los comentarios reflejados en la prensa local que no apostaban por su presencia ante la Fiscalía.
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