La Tabla
Al general venezolano Néstor Luis Reverol lo pretenden vincular con actividades de tráfico de drogas a través de dos jefes de organizaciones criminales que fueron capturados durante el último año por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Paradójicamente las detenciones fueron hechas justamente durante el período que ese componente militar estuvo bajo su comando.
Se trata de los oficiales retirados de la propia GNB, Vassily Kotosky Villaroel Ramírez y Rafael Villasana Fernández, quienes son mencionados en el comunicado de prensa de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, divulgado el pasado lunes primero de agosto.
El informe de prensa acusa, sin ofrecer indicios, a Reverol y al también general Edilberto Molina, de haber recibido dinero para facilitar el tráfico de cocaína entre los dos países de 2008 a 2010, valiéndose de sus puestos como director y subdirector del organismo nacional antidrogas respectivamente, además de entorpecer o detener investigaciones vinculadas con vehículos o personas que transportaban sustancias ilegales e incluso alertar a traficantes sobre redadas o actividades especiales de los cuerpos de seguridad antinarcóticos.
Villarroel y Villasana venían siendo perseguidos por las autoridades venezolanas desde el año 2008, y además de haber sido identificados como responsables de un cargamento de drogas localizado en un club campestre de la ciudad de El Tigre (Anzoátegui), se les vinculó con varios jefes de carteles de traficantes colombianos capturados y deportados a EEUU.
El primero de los mencionados fue capturado en julio de 2015 durante una actuación de la OLP (Operación de Liberación del Pueblo), desplegada en la subregión Barlovento del estado Miranda por efectivos de la Guardia Nacional. Mientras que Villasana fue apresado a mediados de marzo de este año en el estado Falcón por un equipo del Comando Antidrogas de la misma GNB.
Vassily Kotosky Villaroel Ramírez, quien fue capitán de la GNB, es el elemento con el que la justicia estadounidense ha pretendido históricamente vincular a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con el tráfico de drogas y el lavado de divisas.
Villarroel Ramírez, quien comenzó a ser procesado por la justicia venezolana en 2008, tras la incautación de un lote de drogas en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui, comenzó a ser requerido por las autoridades estadounidenses en 2011, quienes lo relacionan con el jefe narcotraficante colombiano, Frank Tello, deportado en julio de 2010 por Venezuela hacia los EEUU.
Tello, vinculado directamente con la organización criminal mexicana "Los Zetas", mantenía una relación sentimental con Gloria Rojas Valencia, dirigente de ese grupo.
Pero además "El Negro" Tello, como se le conocía, era el segundo a cargo de la organización de tráfico de drogas y legitimación de capitales de Daniel "El Loco" Barrera, quien también fue capturado y entregado a EEUU en septiembre de 2012.
El caso de Tello, cuyo proceso se ventila en una corte de Nueva York, es uno de los citados por el diario The Wall Street Journal para relacionar al ex presidente de la Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello, y a altos oficiales venezolanos, con actividades de narcotráfico.
Por su parte, Rafael Villasana Fernández, quien llegó a ser teniente (rango subalterno), era buscado por la justicia venezolana por ser el financista de una organización delictiva dedicada al tráfico internacional de droga.
Se encontraba solicitado según Orden de Captura Nro. BP11-P-2016-001254, emanada del tribunal Primero de Control de El Tigre, estado Anzoátegui, por ser integrante de una organización delictiva responsable de facilitar el envío de cantidades importantes de cocaína desde Colombia hasta México, para su posterior transporte y distribución en los EEUU de Norteamérica, organización que era liderada por el ciudadano Vasily Kotosky Villarroel Ramírez, detenido por este Comando el día 20 de julio del año 2015, reseñó una nota de prensa de la GNB.
Las capturas de Villasana y antes de Villarroel echan por tierra los señalamientos de medios de propaganda que consideraban la actuación de estos ex oficiales como la prueba de los nexos del Gobierno venezolano con actividades criminales. Esto, a pesar de mucho antes del procedimiento de 2008, ya habían dejado de ser militares activos.
Sin embargo, el anuncio de este lunes confirma el uso geopolítico que viene haciendo el gobierno estadounidense de la lucha contra el tráfico de drogas y el lavado de capitales.
Además se trata de los mismos casos con los que han pretendido conectar con el narcotráfico a importantes dirigentes del chavismo como el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.
Como dato curioso vale destacar que Villarroel fue pareja sentimental de la modelo y actriz porno Diosa Canales cuando se realizó la incautación de drogas en el Club Campestre "La Chinita", en 2008, en El Tigre, tal como lo reconoció ella misma varios meses después en una rueda de prensa.
Según declaraciones citadas por el portal web rumberos.net, la vedette explicó en junio de 2009 "que sí era verdad que la persona a la que se acusó era su novio para aquel entonces, pero que él tampoco tuvo nada que ver con el caso", y agregó que "…fue uno de sus empleados quien introdujo la droga en la finca y que ese caso ya está cerrado, pues se demostró la culpabilidad de este señor".
Al general venezolano Néstor Luis Reverol lo pretenden vincular con actividades de tráfico de drogas a través de dos jefes de organizaciones criminales que fueron capturados durante el último año por efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Paradójicamente las detenciones fueron hechas justamente durante el período que ese componente militar estuvo bajo su comando.
Se trata de los oficiales retirados de la propia GNB, Vassily Kotosky Villaroel Ramírez y Rafael Villasana Fernández, quienes son mencionados en el comunicado de prensa de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, divulgado el pasado lunes primero de agosto.
El informe de prensa acusa, sin ofrecer indicios, a Reverol y al también general Edilberto Molina, de haber recibido dinero para facilitar el tráfico de cocaína entre los dos países de 2008 a 2010, valiéndose de sus puestos como director y subdirector del organismo nacional antidrogas respectivamente, además de entorpecer o detener investigaciones vinculadas con vehículos o personas que transportaban sustancias ilegales e incluso alertar a traficantes sobre redadas o actividades especiales de los cuerpos de seguridad antinarcóticos.
Villarroel y Villasana venían siendo perseguidos por las autoridades venezolanas desde el año 2008, y además de haber sido identificados como responsables de un cargamento de drogas localizado en un club campestre de la ciudad de El Tigre (Anzoátegui), se les vinculó con varios jefes de carteles de traficantes colombianos capturados y deportados a EEUU.
El primero de los mencionados fue capturado en julio de 2015 durante una actuación de la OLP (Operación de Liberación del Pueblo), desplegada en la subregión Barlovento del estado Miranda por efectivos de la Guardia Nacional. Mientras que Villasana fue apresado a mediados de marzo de este año en el estado Falcón por un equipo del Comando Antidrogas de la misma GNB.
Vassily Kotosky Villaroel Ramírez, quien fue capitán de la GNB, es el elemento con el que la justicia estadounidense ha pretendido históricamente vincular a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) con el tráfico de drogas y el lavado de divisas.
Villarroel Ramírez, quien comenzó a ser procesado por la justicia venezolana en 2008, tras la incautación de un lote de drogas en la ciudad de El Tigre, estado Anzoátegui, comenzó a ser requerido por las autoridades estadounidenses en 2011, quienes lo relacionan con el jefe narcotraficante colombiano, Frank Tello, deportado en julio de 2010 por Venezuela hacia los EEUU.
Tello, vinculado directamente con la organización criminal mexicana "Los Zetas", mantenía una relación sentimental con Gloria Rojas Valencia, dirigente de ese grupo.
Pero además "El Negro" Tello, como se le conocía, era el segundo a cargo de la organización de tráfico de drogas y legitimación de capitales de Daniel "El Loco" Barrera, quien también fue capturado y entregado a EEUU en septiembre de 2012.
El caso de Tello, cuyo proceso se ventila en una corte de Nueva York, es uno de los citados por el diario The Wall Street Journal para relacionar al ex presidente de la Asamblea Nacional, diputado Diosdado Cabello, y a altos oficiales venezolanos, con actividades de narcotráfico.
Por su parte, Rafael Villasana Fernández, quien llegó a ser teniente (rango subalterno), era buscado por la justicia venezolana por ser el financista de una organización delictiva dedicada al tráfico internacional de droga.
Se encontraba solicitado según Orden de Captura Nro. BP11-P-2016-001254, emanada del tribunal Primero de Control de El Tigre, estado Anzoátegui, por ser integrante de una organización delictiva responsable de facilitar el envío de cantidades importantes de cocaína desde Colombia hasta México, para su posterior transporte y distribución en los EEUU de Norteamérica, organización que era liderada por el ciudadano Vasily Kotosky Villarroel Ramírez, detenido por este Comando el día 20 de julio del año 2015, reseñó una nota de prensa de la GNB.
Las capturas de Villasana y antes de Villarroel echan por tierra los señalamientos de medios de propaganda que consideraban la actuación de estos ex oficiales como la prueba de los nexos del Gobierno venezolano con actividades criminales. Esto, a pesar de mucho antes del procedimiento de 2008, ya habían dejado de ser militares activos.
Sin embargo, el anuncio de este lunes confirma el uso geopolítico que viene haciendo el gobierno estadounidense de la lucha contra el tráfico de drogas y el lavado de capitales.
Además se trata de los mismos casos con los que han pretendido conectar con el narcotráfico a importantes dirigentes del chavismo como el vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello.
Como dato curioso vale destacar que Villarroel fue pareja sentimental de la modelo y actriz porno Diosa Canales cuando se realizó la incautación de drogas en el Club Campestre "La Chinita", en 2008, en El Tigre, tal como lo reconoció ella misma varios meses después en una rueda de prensa.
Según declaraciones citadas por el portal web rumberos.net, la vedette explicó en junio de 2009 "que sí era verdad que la persona a la que se acusó era su novio para aquel entonces, pero que él tampoco tuvo nada que ver con el caso", y agregó que "…fue uno de sus empleados quien introdujo la droga en la finca y que ese caso ya está cerrado, pues se demostró la culpabilidad de este señor".
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