Un engendro criminológico: Almagro y la MUD

Por: Kloriamel Yépez Oliveros

De no haber actuado nuestros cuerpos de seguridad con tanta celeridad y eficiencia para resolver el móvil y la autoría material del asesinato del mayor general Félix Velásquez, Almagro no habría saltado al vacío en el cual se sumergió a partir de hoy y para siempre.
Los crímenes selectivos perpetrados por la MUD, con garantía de impunidad según la lógica sicaria de la premeditación y la alevosía del terrorismo paraco, alimentaron el imaginario genocida de Almagro para encarnar al primer emperador del Sur americano; el paso inicial de su hazaña bufa lo dio hoy, arengó a sus huestes virtuales contra la soberana República Bolivariana de Venezuela porque sabe muy bien que el asesinato del Mayor General toca la fibra popular de la Revolución Chavista: sus milicias pacíficas pero armadas, como debe ser.
En la estrategia de desmoralización de la FANB y otros cuerpos de seguridad del Estado, el Pentágono metió hasta los tequeteques las pezuñas de Almagro, y éste se encompinchó con la MUD y su desalmada abuela Rómulo Betancourt. Almagro es un rapaz imbécil al frente de una decrépita instancia imperial, pero hace bulla y la bulla aturde; los sionistas inventaron la tortura de convertir la música en ruido: obligan a las víctimas a escuchar Wagner a muy altos e incesantes decibeles; Almagro y la MUD torturan la inteligencia humana, pero además están loquitos por protagonizar su propio Apocalypse Now con todo y estupefacientes, atmósfera parafílica y representaciones sicóticas.
No hace falta hilar fino para relacionar el guión: tomemos como hito secuencial el asesinato de Ricardo Durán; comunicador activo y comprometido con el antifascismo y el antiimperialismo; presunto móvil de su muerte: robo. Luego de él la descarada masacre por goteo de funcionarios policiales, de seguridad, de la FANB incluyendo esposas, sobrinos, choferes, mientras en Televén, Venevisión, Globovisión y etcétera, desplegaban la campaña: "Venezuela el país más inseguro del planeta".
Pero una vez activada la Operación Liberación y Protección del Pueblo (OLP), el abogado Luis Izquiel -cómplice de Ramos Allup y Delsa Solórzano-, criminólogo coordinador de la Comisión de Seguridad de la MUD, afirma en noviembre de 2015: "La OLP no sirve para atacar la criminalidad en Venezuela (…) Una banda criminal está conformada entre tres y varias decenas de personas, una mega banda está conformada entre 50 y cientos de personas. En Venezuela existe un estimado de 18 mil bandas criminales y dentro de ese número, al menos 15 son mega bandas como la de 'El Picure'".
Muerto "El Picure" no se acabó la rabia de Izquiel. La guerra mediática siguió sus trochas verdes hacia "La Salida": los derechos humanos de las megabandas y del pobre Picure ¡ajusticiado extrajudicialmente! Por cierto, esta tramposa definición de ajusticiamiento extrajudicial, ardid típico del Ramos y la Solórzano, ha sido tan eficazmente inoculada y ha calado tan profundo en el imaginario leguleyo, que hasta Tarek William Saab cayó como manso tucusito en las fauces del Piolín a la una y su mala fe personal y periodística.

En esta Patria no existe pena de muerte, es decir, apreciado Tarek, no existen los ajusticiamientos judiciales, o sea; que si no se contempla el ajusticiamiento legal en nuestro ordenamiento penal constitucional, mal podemos permitir que la palangre instituya el ajusticiamiento extrajudicial como argucia de guerra comunicacional, y mucho menos podemos no advertirte cariñosamente, Tarek, que dólar mata amistad, y que por más honestos que podamos ser, un poquitico de malicia es necesaria frente a los patrocinados por El Alazán y su carne pecaminosa; perdón por el parafraseo Jesús Ernesto.
Estimado Tarek: en la República Bolivariana de Venezuela puede que algún funcionario policial ajusticie por mano propia, tome venganza personal, sea paraco como los de PoliChacao y su alcalde, o mate por el puro gusto de matar a lo Bruce Willis; pero ninguno de estos delitos constituirá, bajo ninguna circunstancia, un ajusticiamiento extrajudicial: el derecho a la vida lo consagra la Constitución de la República Bolivariana gracias al bravo pueblo que lanza todos los yugos.
En este catálogo de logros criminales desplegado a la luz del mediodía terrorista por Almagro y la MUD, se hace elemental relacionar la afrenta por vía de hecho a los cuatro poderes distintos al Legislativo. Por un lado difaman, injurian y someten al escarnio a las cuatro rectoras del CNE; por otro lado intentan desestabilizar la FANB amenazando a sus componentes con la muerte y patrocinando el reality de Miguel Rodríguez Torres y Clíver Alcalá. En paralelo, le demuestran al mundo vía redes y televisión en tiempo real, la capacidad de despliegue y activación violenta de su militancia juvenil, capaz de golpear una docena de ellos, todos hombres y dispuestos a linchar, sin duda alguna, a una también joven funcionaria policial desarmada y ya sometida a puntapiés contra el pavimento.
Almagro, por politiquero desquiciado, ignora los vientos que está por desatar, no está a la altura de los tiempos, no sabe que la historia venezolana, a partir del 4 de febrero de 1992, la vivimos y la escribimos los vencedores, sin eufemismos ni pelos en la lengua y en el mismo momento en que la hacemos.
Ese espantoso personaje, evadido de un film de Jess Franco, ni siquiera sabe cuánto acontece a esta hora del día, por aquí resplandecen los crepúsculos en estas tierras bolivarianas. Ese señor ignora el calor humano y la alegría de vida que en este momento acompañan a Maduro, latiendo como un solo corazón para defender la Patria querida, la Patria bonita que Chávez nos encomendó.
En esta tierra pacífica y armada de pueblo libertario, pegar primero no es pegarnos dos veces, y las amenazas no nos amilanan, al contrario: nos movilizan, nos preparan, salimos a la calle a caminar juntos, a cantar juntos, a encontrarnos, a conocernos y reconocernos, a continuar la batalla infinita por la paz, que Chávez nos enseñó a librar con todas las armas que la paz requiera.
Diecisiete años de duro, embraguetao y, aun así, pacífico combate antifascista, lo confirman: somos bolivarianos, somos chavistas, somos socialistas y antiimperialistas. Si no todos, al menos unos cuantos millones cantantes, sonantes y bailantes como diablos, con eso basta y sobra.
Hasta Ramos Allup fingió no prestarle atención al petitorio injerencista del aspirante a Emperador de los Sures, hizo más énfasis en su viraje táctico de pedir la renuncia del presidente Maduro, en lugar de insistir en el revocatorio. Oye Almagro: no vayas a llorar como perro sin amo lo que quisiste hacer como perro de guerra.
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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