Damasco, 28 may (PL) La llegada del enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, anunciada para hoy, despierta expectativas sobre el rumbo de su misión mediadora para alcanzar una solución política a la crisis en esta nación.
La visita confirmada la víspera por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Jihad Makdissi, ocurre en medio de una escalada de la violencia que -según analistas-, emerge siempre que se propone este tipo de aproximación o el Consejo de Seguridad analiza o debe discutir el tema.
El escenario que encuentra el diplomático africano no se aparta de esa realidad, pues en los últimos días acciones de violencia que implican a las partes en la crisis, ensombrecieron la realidad siria.
La iniciativa que entró en vigor el 12 de abril último es torpedeada por países que la apoyaron pero, al mismo tiempo, declaran en público su apoyo financiero y en armas a las bandas, las cuales crean un ambiente de violencia e incertidumbre en el país.
A este panorama, para algunos fabricado y ampliado por la campaña mediática existente contra el pueblo sirio, se suma la matanza de cerca de un centenar de personas, entre ellos 32 niños, durante acontecimientos en la ciudad de Houla, en el centro del país.
De estos hechos, confirmados por el equipo de observación de la ONU, nadie quiere atribuirse la responsabilidad.
Durante una conferencia de prensa, el vocero del Ministerio de Exteriores y Emigrados sirio llamó la atención sobre la "sospechosa sincronización de los ataques contra la población civil con la llegada de Annan".
Es un golpe contra el proceso político, aseguró, tras subrayar que "la metodología de asesinatos brutales no forma parte de las éticas del ejército sirio y quien está matando no es el ejército sirio regular, sino grupos terroristas armados".
La declaración de las autoridades sirias coincidieron con apresuradas condenas de varios voceros de países occidentales, encabezados por Estados Unidos, y algunas monarquías árabes, que señalan la presunta responsabilidad de Damasco con la masacre de civiles en Houla.
Al respecto, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó este domingo una condena por los hechos.
En una declaración de sus 15 miembros, el órgano ejecutivo de la ONU señaló que las víctimas fueron abatidas por fuego de artillería y tanques, y por disparos a corta distancia, además de haber sufrido severos abusos.
Los integrantes del cuerpo subrayaron que el uso de la fuerza contra la población viola la ley internacional y los compromisos asumidos por el gobierno sirio para cesar la violencia.
También reiteraron la exigencia de finalizar "toda la violencia en todas sus formas y por todas las partes" y demandaron que los responsables de esos actos rindan cuenta ante la justicia.
Tras la sesión extraordinaria, el embajador alterno de Rusia ante la ONU, Alexander Pankin, declaró que luego del reporte brindado por el general Robert Mood, jefe de la misión verificadora en Siria, todavía no está claro lo sucedido realmente en ese poblado sirio y que las autoridades investigan.
Sobre los sucesos, el representante sirio en la ONU, embajador Bashar Jaafari, desmintió las versiones brindadas a la prensa por los embajadores británico y alemán, quienes afirmaron que el Consejo de Seguridad condenó al gobierno sirio por la masacre.
Denunció que no se trató de un incidente protagonizado por la oposición, sino de "una operación militar amplia, completa y planificada" que luego se extendió a otro poblado a un kilómetro de distancia.
En este escenario debe desarrollarse la anunciada visita de Annan aquí, de cuyos resultados dependerá que se matenga o sea enterrada su iniciativa, al parecer, la aspiración de naciones occidentales y monarquías árabes.
ocs/lb
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