Soy rico, soy millonario, tengo poder. Soy el eje transversal del universo
Por: Javier Monagas Maita (*)
Me siento como un dios. Es increíble la sensación de gloria que me posee. La acumulación de riquezas y tesoros bajo mi posesión, me dan una seguridad tal, que me siento que no existen enfermedades, afecciones, dolores, sentimientos, penas o alegrías ajenas que sean capaces de rebelarse ante mi poder.
Solo mi propia y única alegría vale. Sin mi capital no soy nada, me degrado a ser solo un simple mortal que debe establecer tratos y relaciones con otros mortales corroñosos en condiciones de igualdad algo indignante para mí. Pero estoy seguro que soy un predestinado, un elegido hijo del todo poderoso, que depositó en mi toda la gloria, toda la virtud. Según mis sagradas escrituras, Todo el poder del “torá” habita en mí por obra y gracias de un demonio sanguinario que se las ingenió para engatusar a la humanidad a los fines que aceptara la esclavitud y el sometimiento de las mayorías a una secta religiosa glotona y avara, como mandato divino.
Esa demoníaca deidad, condenó la riqueza de palabra, pero doto a sus pupilos de la gracia de apoderarse de todas las riquezas existentes, los ha facultado por mandato divino; del derecho a arrebatarle hasta lo más sagrado que pudiese tener un humano: la vida, si es necesario para despojarlo de sus posesiones materiales, naturales y tierras ancestrales. El crimen de la mano de los demás mortales es condenable Y sancionable, pero para nos, los elegidos, no. Podemos cometer genocidios, magnicidios, fratricidios, filicidios, homicidios, infanticidios etc. Pero con solo alegar que es en nombre de dios, es convalidado y somos salvo.
Por eso es que me permito la muerte de millones y millones de seres humanos por el hambre que genero intencionalmente por todo el mundo, por que no tienen riquezas para pagar el precio mis alimentos. Así mismo permito que otros miles de millones fallezcan por sed y enfermedad, al no poder cubrir los costos de mi agua y mis medicinas. Mi demonio, vendido como dios divino, habla de amor, de convivencia, de solidaridad entre hermanos, pero me permite que haga la guerra permanente y masacre a pueblos enteros, sobre todo aquellos que he catalogado de herejes, o antisemitas, o terroristas, o comunistas, por no someterse a mi santificada voluntad glotona y opulenta.
He pensado que si mi demonio - dios, me dotó de ese supra poder, es para que haga mi voluntad, que es su voluntad. Luego, deduzco que si las cosas elementales de la vida humana están bajo mi potestad administrativa como rabino, obispo, papa, pastor o guía espiritual: la educación, la salud, el entretenimiento, los alimentos, la vivienda, la tierra para trabajar y para hacer morada, incluso la natural relación para hacer el amor y procrear debe tener un precio. Precio que debe ser convertido en riqueza que alimente mis arcas sagradas.
Esa misma investidura que me es conferida por obra y gracia del espíritu, santo, las tres divinas personas, la Ley Mosaico, el montón de santos pedófilos, las miles de vírgenes mojigatas, abates pendejos e hipócritas que despreciaron – en apariencias – el natural mandato de aparearse sanamente con el sexo opuesto, reproducirse o multiplicarse, cosa que cumplen a la luz publica y desobedecen a las sombras. Violando la inocencia de niños, niñas y mujeres incautas. Y cuando los descubren pagan como quien paga los servicios de una prostituta.
*Son diez los mandamientos de los ricos y su imperio*
1) Amaras a dios por sobre todas las cosas: no importa, te tenga en el más absoluto olvido, bañado de hambre, miseria, enfermedad, represión, sed e injusticia y que jamás te de la cara para saber si existe de verdad o es lo que se sospecha: un invento bien publicitado para mancillar a los seres humanos
2) No tomaras el nombre de dios en falso: sin importar que en su nombre miles de religiones, sectas, te engatusen, te despojen de lo poco que tienes y que por cumplir un ritual de ley y fe, te cobren un ojo de la cara, o que las C.E Y otras formas de organizaciones elitescas de esas mafias religiosas se comploten para mantener a los pueblos en la oscurana y se alíen con los ricos para disfrutar del poder político y del dinero, para ser merecedores de la buena vida y sin joderse nada.
3) santificaras las fiestas: pero eso si, tienes que pagar por ello, podrás dar todo, pero solo recibirás palabras, palmaditas y esperanzas para después de la muerte. Vestirás a los muñecos de palo mejor de lo que jamás vestirás a tus hijos o demás familiares
4) Honraras padre y madre: siempre y cuando no interfieran con las obligaciones materiales y económicas que tienes con el poder divino de la religión diabólica
5) No mataras: a menos que seas parte del imperio, del poder dominante. Entonces podrás hacer genocidios humanitarios, destruir países y robarles sus fondos de dinero y sus riquezas petroleras, destruir sus infraestructuras y centros de cultura, para borrarles las memorias y cobrarles por la reconstrucción, dejándoles unas bases militares de obligatorio cobijo, para seguir salvándoles en el futuro a punta de plomo, rezo y oraciones sagradas que al final se quedan en palabras vacías y sin sentido.
6) No cometerás actos impuros: a menos que como en el anterior mandamiento estés facultado para cometerlos en nombre la humanidad y para la salvación de los pobres (los pobres ricos, asesinos, sádicos y ladrones curas, y demás hierbas de cualquier religión, incluyendo al santísimo y sanguinario Sionismo judío) o que si te descubren los sadismos, te condenen a pagar en dólares los servicios prestados sin voluntad.
7) No robaras: con la excepción que seas el imperio o, la cúspide religiosa de cualquier mafia religiosa. O, por que otros tienen lo que necesites para vivir derrochando, entonces los puedas invadir, saquear, masacrar a sus pueblos, imponerles tratados de libre comercio unidireccional, bendecirles con una colonización disfrazada estado libre asociado, sin derechos ni protesto, o después que les rociaron con miles de bombas de uranio empobrecido o de fosforo blanco. Imponerles un dictadorcito a tu medida, que te de todo y no pida si no para él y sus círculos de poder económico y religioso
8) No dirás falsos testimonios ni mentiras: claro está a menos que necesites una excusa para invadir, entonces se justificaría decir una piadosa mentirijilla, inventando que poseen armas de destrucción masiva como formula sagrada de ocupación y genocidio, que permita una humanitaria masacre popular y saqueo generalizado en nombre de la libertad, la democracia occidental, el dios dólar y el triangulo del mal con el ojo espía de la CIA.
9) no consentirás pensamientos ni deseos impuros: a menos que sirva para llevar a cabo ataques humanitarios que acaben con la vida de millones de seres humanos inocentes que vivan en países pobres e indefensos. O para ponerte de acuerdo con los banqueros, industriales de las armas y otras sagradas fuentes de muerte, para despojar a los pobres o, clases medias profesionales de sus ahorros, viviendas, empleos y derechos humanos elementales, en nombre del libre mercado y el neoliberalismo del señor.
10) No codiciaras los bienes ajenos: siempre y cuando, no estén dentro del rango de los mandamientos anteriores.
Si Uds. se salen de estos mandamientos, seguro van al infierno derechito, sin pasar por el purgatorio, debido a que éste fue eliminado por decreto papal. Pero si los cumpliereis, seguro os nombraran santos, como San Juan Pablo II, o San Lucas, o San Genovevo, o San pateste.
Nota: se espera que pronto sean canonizados en vida: San George Bush, San Obama de los premios Nobel de la paz, Santa Hilary Clíntoris de los Chupones, San Bill Clintoris de los teteros, San Dick Cheney de los santos sepulcros colectivos, San Luis Posada Carriles de las voladuras inocentes
La paz sea con vosotros
(*) Abogado Bolivariano
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
www.planetaenpeligro.blogspot.com / lo que será
Por: Javier Monagas Maita (*)
Me siento como un dios. Es increíble la sensación de gloria que me posee. La acumulación de riquezas y tesoros bajo mi posesión, me dan una seguridad tal, que me siento que no existen enfermedades, afecciones, dolores, sentimientos, penas o alegrías ajenas que sean capaces de rebelarse ante mi poder.
Solo mi propia y única alegría vale. Sin mi capital no soy nada, me degrado a ser solo un simple mortal que debe establecer tratos y relaciones con otros mortales corroñosos en condiciones de igualdad algo indignante para mí. Pero estoy seguro que soy un predestinado, un elegido hijo del todo poderoso, que depositó en mi toda la gloria, toda la virtud. Según mis sagradas escrituras, Todo el poder del “torá” habita en mí por obra y gracias de un demonio sanguinario que se las ingenió para engatusar a la humanidad a los fines que aceptara la esclavitud y el sometimiento de las mayorías a una secta religiosa glotona y avara, como mandato divino.
Esa demoníaca deidad, condenó la riqueza de palabra, pero doto a sus pupilos de la gracia de apoderarse de todas las riquezas existentes, los ha facultado por mandato divino; del derecho a arrebatarle hasta lo más sagrado que pudiese tener un humano: la vida, si es necesario para despojarlo de sus posesiones materiales, naturales y tierras ancestrales. El crimen de la mano de los demás mortales es condenable Y sancionable, pero para nos, los elegidos, no. Podemos cometer genocidios, magnicidios, fratricidios, filicidios, homicidios, infanticidios etc. Pero con solo alegar que es en nombre de dios, es convalidado y somos salvo.
Por eso es que me permito la muerte de millones y millones de seres humanos por el hambre que genero intencionalmente por todo el mundo, por que no tienen riquezas para pagar el precio mis alimentos. Así mismo permito que otros miles de millones fallezcan por sed y enfermedad, al no poder cubrir los costos de mi agua y mis medicinas. Mi demonio, vendido como dios divino, habla de amor, de convivencia, de solidaridad entre hermanos, pero me permite que haga la guerra permanente y masacre a pueblos enteros, sobre todo aquellos que he catalogado de herejes, o antisemitas, o terroristas, o comunistas, por no someterse a mi santificada voluntad glotona y opulenta.
He pensado que si mi demonio - dios, me dotó de ese supra poder, es para que haga mi voluntad, que es su voluntad. Luego, deduzco que si las cosas elementales de la vida humana están bajo mi potestad administrativa como rabino, obispo, papa, pastor o guía espiritual: la educación, la salud, el entretenimiento, los alimentos, la vivienda, la tierra para trabajar y para hacer morada, incluso la natural relación para hacer el amor y procrear debe tener un precio. Precio que debe ser convertido en riqueza que alimente mis arcas sagradas.
Esa misma investidura que me es conferida por obra y gracia del espíritu, santo, las tres divinas personas, la Ley Mosaico, el montón de santos pedófilos, las miles de vírgenes mojigatas, abates pendejos e hipócritas que despreciaron – en apariencias – el natural mandato de aparearse sanamente con el sexo opuesto, reproducirse o multiplicarse, cosa que cumplen a la luz publica y desobedecen a las sombras. Violando la inocencia de niños, niñas y mujeres incautas. Y cuando los descubren pagan como quien paga los servicios de una prostituta.
*Son diez los mandamientos de los ricos y su imperio*
1) Amaras a dios por sobre todas las cosas: no importa, te tenga en el más absoluto olvido, bañado de hambre, miseria, enfermedad, represión, sed e injusticia y que jamás te de la cara para saber si existe de verdad o es lo que se sospecha: un invento bien publicitado para mancillar a los seres humanos
2) No tomaras el nombre de dios en falso: sin importar que en su nombre miles de religiones, sectas, te engatusen, te despojen de lo poco que tienes y que por cumplir un ritual de ley y fe, te cobren un ojo de la cara, o que las C.E Y otras formas de organizaciones elitescas de esas mafias religiosas se comploten para mantener a los pueblos en la oscurana y se alíen con los ricos para disfrutar del poder político y del dinero, para ser merecedores de la buena vida y sin joderse nada.
3) santificaras las fiestas: pero eso si, tienes que pagar por ello, podrás dar todo, pero solo recibirás palabras, palmaditas y esperanzas para después de la muerte. Vestirás a los muñecos de palo mejor de lo que jamás vestirás a tus hijos o demás familiares
4) Honraras padre y madre: siempre y cuando no interfieran con las obligaciones materiales y económicas que tienes con el poder divino de la religión diabólica
5) No mataras: a menos que seas parte del imperio, del poder dominante. Entonces podrás hacer genocidios humanitarios, destruir países y robarles sus fondos de dinero y sus riquezas petroleras, destruir sus infraestructuras y centros de cultura, para borrarles las memorias y cobrarles por la reconstrucción, dejándoles unas bases militares de obligatorio cobijo, para seguir salvándoles en el futuro a punta de plomo, rezo y oraciones sagradas que al final se quedan en palabras vacías y sin sentido.
6) No cometerás actos impuros: a menos que como en el anterior mandamiento estés facultado para cometerlos en nombre la humanidad y para la salvación de los pobres (los pobres ricos, asesinos, sádicos y ladrones curas, y demás hierbas de cualquier religión, incluyendo al santísimo y sanguinario Sionismo judío) o que si te descubren los sadismos, te condenen a pagar en dólares los servicios prestados sin voluntad.
7) No robaras: con la excepción que seas el imperio o, la cúspide religiosa de cualquier mafia religiosa. O, por que otros tienen lo que necesites para vivir derrochando, entonces los puedas invadir, saquear, masacrar a sus pueblos, imponerles tratados de libre comercio unidireccional, bendecirles con una colonización disfrazada estado libre asociado, sin derechos ni protesto, o después que les rociaron con miles de bombas de uranio empobrecido o de fosforo blanco. Imponerles un dictadorcito a tu medida, que te de todo y no pida si no para él y sus círculos de poder económico y religioso
8) No dirás falsos testimonios ni mentiras: claro está a menos que necesites una excusa para invadir, entonces se justificaría decir una piadosa mentirijilla, inventando que poseen armas de destrucción masiva como formula sagrada de ocupación y genocidio, que permita una humanitaria masacre popular y saqueo generalizado en nombre de la libertad, la democracia occidental, el dios dólar y el triangulo del mal con el ojo espía de la CIA.
9) no consentirás pensamientos ni deseos impuros: a menos que sirva para llevar a cabo ataques humanitarios que acaben con la vida de millones de seres humanos inocentes que vivan en países pobres e indefensos. O para ponerte de acuerdo con los banqueros, industriales de las armas y otras sagradas fuentes de muerte, para despojar a los pobres o, clases medias profesionales de sus ahorros, viviendas, empleos y derechos humanos elementales, en nombre del libre mercado y el neoliberalismo del señor.
10) No codiciaras los bienes ajenos: siempre y cuando, no estén dentro del rango de los mandamientos anteriores.
Si Uds. se salen de estos mandamientos, seguro van al infierno derechito, sin pasar por el purgatorio, debido a que éste fue eliminado por decreto papal. Pero si los cumpliereis, seguro os nombraran santos, como San Juan Pablo II, o San Lucas, o San Genovevo, o San pateste.
Nota: se espera que pronto sean canonizados en vida: San George Bush, San Obama de los premios Nobel de la paz, Santa Hilary Clíntoris de los Chupones, San Bill Clintoris de los teteros, San Dick Cheney de los santos sepulcros colectivos, San Luis Posada Carriles de las voladuras inocentes
La paz sea con vosotros
(*) Abogado Bolivariano
javiermonagasmaita@yahoo.es javierdelvallemonagas@gmail.com
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