LA MEMORIA DE LA DEMOCRACIA PUNTOFIJISTA
Por: Yury Weky
La memoria se guarda en el luto de los familiares, en el dolor vivido , en la sangre derramada en Cachipo y Cocollar, en la masacre de Cantaura ,en cada tortura y muerte de los y las venezolanas durante los gobiernos del pacto de Punto Fijo.
El pacto que dio licencia para acabar con la vida de todos y todas las que disentían de los abusos del poder blanco-verde.
El Partido Comunista dio su cuota mientras regaba de sabia roja cada estado de Venezuela, cada rincón de los pueblos y ciudades de la patria . Nombres como el del camarada Wilson Rodríguez en Monagas aún hace eco en el corazón de los y las comunistas, quienes en las décadas funestas del 60 y el 70 fueron perseguidos, torturados, desaparecidos y asesinados.
Cachipo fue un antro de tortura para todo sospechoso o sospechosa de conspirar contra el disfraz de democracia que imperaba. Por ello me avergüenzo cuando en la actualidad surgen voces nostálgicas de la democracia del pasado. Un pasado de exclusión, de odio y persecución a la clase trabajadora; a las capas sociales de estudiantes y campesinos. Los primeros porque se les vetó el derecho a la protesta y los otros porque se “suponía” que eran colaboradores de los anteriores nombrados quienes habían escogido las armas como forma de lucha para la liberación nacional.
La derecha habla y reclama justicia cuando nunca la practicaron mientras tenían el poder. El pueblo no tuvo voz, ni oportunidades ni siquiera para los derechos sociales fundamentales como la salud - que fue un comercio de la gran empresa privada que seleccionaba el derecho a vivir sólo de quien podía pagar - o la educación que se convirtió en otra mercancía mientras que disentir era un delito que terminaba en muerte.
La memoria de la Democracia _de ese tiempo_ está escrita en el vacío que dejaron en el corazón de las familias que contribuyeron con hijos y esposos a sumar el gran elenco de los desaparecidos. Figura que se instauró para no dar respuesta a la sociedad sobre las miles de vidas de estudiantes y campesinos que todavía nadie sabe donde reposan sus restos.
Se recurre a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar, ventilar supuestas violaciones a los de Derechos Humanos de la Democracia Participativa y Protagónica que el pueblo soberano se dio para erradicar la injustica social de la democracia representativa y represiva.
Me pregunto dónde estaba esa Corte cuando en Venezuela asesinaron a Alberto Lovera, cuando desaparecieron al pintor Juan Pedro Rojas, cuando masacraron a los estudiantes Guerra y a Millán en el liceo Sanz de Maturín, cuando torturaban campesinas y campesinos adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores en Puente Punceres, Cachipo y Quiriquire?
¿Dónde estaban la bondad, la justicia y el amor?
La memoria de ese oscuro pasado no puede borrarse. Cada día hay que recordarle a las nuevas generaciones ese pasado de desigualdad social, de una democracia que aseguraba privilegios a unos poco y condenaba a las mayoría tan sólo por el delito de ser.
*Yury weky
Autora de : La Revolución es un Camino sin Tregua (2003)
Por los caminos (2005)
Caminos de Revolución (2007)
Coautora: El socialismo en el Siglo XXI (2006)
Pedro el Insustituible (2008)
Por: Yury Weky
La memoria se guarda en el luto de los familiares, en el dolor vivido , en la sangre derramada en Cachipo y Cocollar, en la masacre de Cantaura ,en cada tortura y muerte de los y las venezolanas durante los gobiernos del pacto de Punto Fijo.
El pacto que dio licencia para acabar con la vida de todos y todas las que disentían de los abusos del poder blanco-verde.
El Partido Comunista dio su cuota mientras regaba de sabia roja cada estado de Venezuela, cada rincón de los pueblos y ciudades de la patria . Nombres como el del camarada Wilson Rodríguez en Monagas aún hace eco en el corazón de los y las comunistas, quienes en las décadas funestas del 60 y el 70 fueron perseguidos, torturados, desaparecidos y asesinados.
Cachipo fue un antro de tortura para todo sospechoso o sospechosa de conspirar contra el disfraz de democracia que imperaba. Por ello me avergüenzo cuando en la actualidad surgen voces nostálgicas de la democracia del pasado. Un pasado de exclusión, de odio y persecución a la clase trabajadora; a las capas sociales de estudiantes y campesinos. Los primeros porque se les vetó el derecho a la protesta y los otros porque se “suponía” que eran colaboradores de los anteriores nombrados quienes habían escogido las armas como forma de lucha para la liberación nacional.
La derecha habla y reclama justicia cuando nunca la practicaron mientras tenían el poder. El pueblo no tuvo voz, ni oportunidades ni siquiera para los derechos sociales fundamentales como la salud - que fue un comercio de la gran empresa privada que seleccionaba el derecho a vivir sólo de quien podía pagar - o la educación que se convirtió en otra mercancía mientras que disentir era un delito que terminaba en muerte.
La memoria de la Democracia _de ese tiempo_ está escrita en el vacío que dejaron en el corazón de las familias que contribuyeron con hijos y esposos a sumar el gran elenco de los desaparecidos. Figura que se instauró para no dar respuesta a la sociedad sobre las miles de vidas de estudiantes y campesinos que todavía nadie sabe donde reposan sus restos.
Se recurre a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para denunciar, ventilar supuestas violaciones a los de Derechos Humanos de la Democracia Participativa y Protagónica que el pueblo soberano se dio para erradicar la injustica social de la democracia representativa y represiva.
Me pregunto dónde estaba esa Corte cuando en Venezuela asesinaron a Alberto Lovera, cuando desaparecieron al pintor Juan Pedro Rojas, cuando masacraron a los estudiantes Guerra y a Millán en el liceo Sanz de Maturín, cuando torturaban campesinas y campesinos adolescentes, mujeres embarazadas y adultos mayores en Puente Punceres, Cachipo y Quiriquire?
¿Dónde estaban la bondad, la justicia y el amor?
La memoria de ese oscuro pasado no puede borrarse. Cada día hay que recordarle a las nuevas generaciones ese pasado de desigualdad social, de una democracia que aseguraba privilegios a unos poco y condenaba a las mayoría tan sólo por el delito de ser.
*Yury weky
Autora de : La Revolución es un Camino sin Tregua (2003)
Por los caminos (2005)
Caminos de Revolución (2007)
Coautora: El socialismo en el Siglo XXI (2006)
Pedro el Insustituible (2008)
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