Colombia y Chile serán sus instrumentos
Por: Javier Monagas Maita
No son deseos los que expreso en mis notas. Son el resultado de análisis y comparaciones de los intereses y conductas que históricamente han caracterizado a las clases dominantes en los diferentes países de la región.
Es así que, en el conjunto de países del área caribeña y sur latinoamericano, en Colombia y Chile, unas oligarquías desnacionalizadas, eternas traidoras de los intereses nacionales y de sus respectivos pueblos.
Parásitos del capitalismo mundial, importadores y arrendadores de franquicias y productos elaborados, que por traicionar su nacionalidad, consiguen favores de los poderes externos, han servido de vehículos para que la unidad de nuestros piases no se consolide, para mantenemos como patio trasero del imperialismo yanqui o como colonias europeas – cada cosa en su momento -- lo cierto es que las oligarquías de esos dos países, son especialmente fieles a los intereses transnacionales en detrimento de la unidad regional.
La oligarquía colombiana fue el brazo ejecutor de las órdenes yanqui para impedir el nacimiento de la gran Colombia o del fracaso del congreso anfictiónico de Panamá. Por su parte Chile, fue la herramienta de los Británicos, para despojar a Bolivia de su litoral para entregarlo a los ingleses quienes explotarían el Salitre y el Guano, elementos que poseían un buen precio y gran demanda para época. Forzando de esa manera una guerra de Chile, contra Bolivia y Perú, estando la nación títere chilena, apoyada por Inglaterra. Quien se quedará con el grueso del comercio y sin riesgo alguno.
En nuestros días, ambas naciones (Chile y Colombia), siguen controladas por las oligarquías cobardes y traidoras. Ambas están al servicio del imperio Sion – yanqui; actuando a espaldas de la región, sirviendo de factor de perturbación y división. Ambas naciones están equipadas militarmente por el imperio, en ambas naciones la CIA, y el MOSSAD, asesoran a las fuerzas represivas y adiestran los cuerpos policiales y militares y parapoliciales, para actuar contra los pueblos nacionales que reclaman sus reivindicaciones sociales, económicas y políticas.
Una guerra en esta región, es de suma importancia y conveniencia en estos días para el imperio. Precisamente utilizar a Chile contra Bolivia, seria la manera de sembrar la cizaña entre los países de la región. Ésta última se ha convertido en una piedra muy molestosa en el zapato del imperio. Lo que pasa en Bolivia, está sirviendo de ejemplo a los demás pueblos originarios de otras naciones. Éllos se organizan y pelean por sus derechos, han logrado fortalecerse y convertirse en una fuerza influyente en sus respectivos países. Por su parte Colombia, es considerada la Israel del sur Abyayala. Una nación que mantiene a una clase adinerada en el poder en base a crímenes, represión, desplazamientos y despojos al pueblo, de sus tierras y derechos humanos. Ya fue utilizada en una oportunidad en una especie de sondeo de reacciones contra la República del Ecuador. Igualmente es el instrumento con que prevén contra Venezuela, llegado el momento de lanzar la agresión. Igualmente has sido el país bobo, que manda tropas a pelear guerras de otros y sin razón alguna, que no sea la del servilismo de la elite gobernante, que los utiliza como verdaderos títeres sin voluntad.
La UNASUR, el CELAC, son elementos de mucho peligro para la dominación yanqui sionista en este lado del continente. Lógicamente que seria iluso e ingenuo, pretender que el imperio más sanguinario y ladrón de la historia humana, se quedará de brazos cruzados, resignado a perder lo que para ellos es la fuente más cercana, económica de materia prima, mercado de colocación de excedentes y desechos tecnológicos. Incluso es un aliviadero a la hora de promover conflictos y medianas carreras armamentistas, con las cuales favorece a sus industrias de la muerte fabricantes de armas. No debemos olvidar que hasta las drogas están siendo utilizadas por el imperio Sion – yanqui, como herramienta de destrucción de la moral, los valores, la ética y la identidad de la región. Con el fin de destruir las conciencias nacionales y la fortaleza de la juventud para defender su territorio e idiosincrasia.
Pero el enemigo imperialista es peligroso, hábil y sin escrúpulos. Ellos trataran de buscar alguna rendija por donde colar la insidia y la dispersión. Ese ha sido uno de sus factores de dominación mas importantes hasta ahora: estimular y promover el egoísmo, los intereses mezquinos grupalistas o, individuales y las pequeñas mediocridades personalistas premiadas como amor a la traición. ¿Seremos capaces de romper esa malévola costumbre?
Mientras tanto, flota en el medio ambiente una fantasmagórica realidad, que se proyecta y expande más rápido que el humo en un salón. Las conciencias populares y la necesidad de unir fuerzas por parte de los sectores mayoritarios de la población para eliminar la peor amenaza que jamás han enfrentado. El esclavismo global sionista yanqui. Un monstruo, cuyo dios es el dinero, el asesinato masivo, el robo, el despojo de valores y sentimientos humanos de solidaridad y convivencia, la competencia desleal y la avaricia y cuyo pero rostro lo presentan los gobiernos de Estados Unidos del siglo XX y lo que va del XXI, el sionismo judío y las religiones, especialmente la religión católica y su montón de muñecos de palo, yeso y barro, sus vírgenes y sus santos invisibles insensibles e inexistentes
Por: Javier Monagas Maita
No son deseos los que expreso en mis notas. Son el resultado de análisis y comparaciones de los intereses y conductas que históricamente han caracterizado a las clases dominantes en los diferentes países de la región.
Es así que, en el conjunto de países del área caribeña y sur latinoamericano, en Colombia y Chile, unas oligarquías desnacionalizadas, eternas traidoras de los intereses nacionales y de sus respectivos pueblos.
Parásitos del capitalismo mundial, importadores y arrendadores de franquicias y productos elaborados, que por traicionar su nacionalidad, consiguen favores de los poderes externos, han servido de vehículos para que la unidad de nuestros piases no se consolide, para mantenemos como patio trasero del imperialismo yanqui o como colonias europeas – cada cosa en su momento -- lo cierto es que las oligarquías de esos dos países, son especialmente fieles a los intereses transnacionales en detrimento de la unidad regional.
La oligarquía colombiana fue el brazo ejecutor de las órdenes yanqui para impedir el nacimiento de la gran Colombia o del fracaso del congreso anfictiónico de Panamá. Por su parte Chile, fue la herramienta de los Británicos, para despojar a Bolivia de su litoral para entregarlo a los ingleses quienes explotarían el Salitre y el Guano, elementos que poseían un buen precio y gran demanda para época. Forzando de esa manera una guerra de Chile, contra Bolivia y Perú, estando la nación títere chilena, apoyada por Inglaterra. Quien se quedará con el grueso del comercio y sin riesgo alguno.
En nuestros días, ambas naciones (Chile y Colombia), siguen controladas por las oligarquías cobardes y traidoras. Ambas están al servicio del imperio Sion – yanqui; actuando a espaldas de la región, sirviendo de factor de perturbación y división. Ambas naciones están equipadas militarmente por el imperio, en ambas naciones la CIA, y el MOSSAD, asesoran a las fuerzas represivas y adiestran los cuerpos policiales y militares y parapoliciales, para actuar contra los pueblos nacionales que reclaman sus reivindicaciones sociales, económicas y políticas.
Una guerra en esta región, es de suma importancia y conveniencia en estos días para el imperio. Precisamente utilizar a Chile contra Bolivia, seria la manera de sembrar la cizaña entre los países de la región. Ésta última se ha convertido en una piedra muy molestosa en el zapato del imperio. Lo que pasa en Bolivia, está sirviendo de ejemplo a los demás pueblos originarios de otras naciones. Éllos se organizan y pelean por sus derechos, han logrado fortalecerse y convertirse en una fuerza influyente en sus respectivos países. Por su parte Colombia, es considerada la Israel del sur Abyayala. Una nación que mantiene a una clase adinerada en el poder en base a crímenes, represión, desplazamientos y despojos al pueblo, de sus tierras y derechos humanos. Ya fue utilizada en una oportunidad en una especie de sondeo de reacciones contra la República del Ecuador. Igualmente es el instrumento con que prevén contra Venezuela, llegado el momento de lanzar la agresión. Igualmente has sido el país bobo, que manda tropas a pelear guerras de otros y sin razón alguna, que no sea la del servilismo de la elite gobernante, que los utiliza como verdaderos títeres sin voluntad.
La UNASUR, el CELAC, son elementos de mucho peligro para la dominación yanqui sionista en este lado del continente. Lógicamente que seria iluso e ingenuo, pretender que el imperio más sanguinario y ladrón de la historia humana, se quedará de brazos cruzados, resignado a perder lo que para ellos es la fuente más cercana, económica de materia prima, mercado de colocación de excedentes y desechos tecnológicos. Incluso es un aliviadero a la hora de promover conflictos y medianas carreras armamentistas, con las cuales favorece a sus industrias de la muerte fabricantes de armas. No debemos olvidar que hasta las drogas están siendo utilizadas por el imperio Sion – yanqui, como herramienta de destrucción de la moral, los valores, la ética y la identidad de la región. Con el fin de destruir las conciencias nacionales y la fortaleza de la juventud para defender su territorio e idiosincrasia.
Pero el enemigo imperialista es peligroso, hábil y sin escrúpulos. Ellos trataran de buscar alguna rendija por donde colar la insidia y la dispersión. Ese ha sido uno de sus factores de dominación mas importantes hasta ahora: estimular y promover el egoísmo, los intereses mezquinos grupalistas o, individuales y las pequeñas mediocridades personalistas premiadas como amor a la traición. ¿Seremos capaces de romper esa malévola costumbre?
Mientras tanto, flota en el medio ambiente una fantasmagórica realidad, que se proyecta y expande más rápido que el humo en un salón. Las conciencias populares y la necesidad de unir fuerzas por parte de los sectores mayoritarios de la población para eliminar la peor amenaza que jamás han enfrentado. El esclavismo global sionista yanqui. Un monstruo, cuyo dios es el dinero, el asesinato masivo, el robo, el despojo de valores y sentimientos humanos de solidaridad y convivencia, la competencia desleal y la avaricia y cuyo pero rostro lo presentan los gobiernos de Estados Unidos del siglo XX y lo que va del XXI, el sionismo judío y las religiones, especialmente la religión católica y su montón de muñecos de palo, yeso y barro, sus vírgenes y sus santos invisibles insensibles e inexistentes
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