Por: Fritz Suárez Silva.
Israel acaba de celebrar el aniversario ciento cincuenta y uno del nacimiento del periodista y jurista Theodor Herzl, fundador del sionismo y considerado el padre del estado israelí.
Estímulo más que suficiente para que los seguidores del primer ministro Benjamín Netanyaju realcen la figura de Herzl y lo comparen con los antiguos profetas de Israel, calificándolo como el nuevo Moisés que abrió el camino por donde marchan hoy sobre el pueblo árabe.
De lo que se trata, es de que un poquito de retrospectiva servirá para ilustrar la actualidad de aquella ancestral política, que establece la conexión entre judaísmo y tierra, para explicar la actual ocupación a partir del Gaza y Cisjordania desde 1967.
De tal manera, reafirma el concepto de que Netanyaju es un maestro en aquello de los falsos berrinches tratando de hacer ver que pone en aprietos a Obama en aquella supuesta idea de que el Jefe de La Casa Blanca quiere lo mejor para el pueblo palestino, incluyendo un estado que se llame Palestina.
Dicen no muy lejos de la realidad, que la primera vez que hizo quedar mal a Barack fue cuando éste supuestamente quiso detener la construcción de asentamientos ilegales en Cisjordania.
Ahora ha convertido en condición absurda la premisa elemental, por cierto a la luz de toda legalidad internacional, que se negocie la creación del estado palestino regresando a las fronteras de 1967.
Sin embargo, ni una sola sanción en la ONU y mucho menos ninguna presión militar para que los sionistas modernos respeten las leyes como se hace con Libia, Siria y por ahí para allá, en el enfangado callejón diplomático del Imperio.
Sin embargo, el propósito del Benjamín del sionismo no puede ser más claro: mantenerse en las mismas ante las presiones para que negocie y haga concesiones para la creación del estado palestino, a la vez que expresa la demagogia para la negociación.
Otros más atrevidos dicen y no son mentiras mías, que busca algo más inteligente: ganar tiempo para que quiten a Obama de La Casa Blanca el año que viene y sobre todo, esperar que escampen las protestas árabes sin dar NI un centímetro de la Tierra Prometida.
Alguien también escribió que esa técnica del berrinche es propia de los niños consentidos y siempre los deja en la posición de quien merece todas las satisfacciones y explicaciones.
De tal manera, su actuación en Washington la semana pasada lo dejó mejor parado ante la oposición republicana y el oficialismo demócrata, sensibles ante la pegada de Netanyaju entre los judíos de uno y otro bandos.
Particularmente comparto el criterio de quienes están convencidos de que Obama interpretó con Netanyaju todos los números de su actuación.
Los palestinos no deben buscar en Naciones Unidas el reconocimiento unilateral, la unidad entre Al Fatah y Hamas no es posible mientras los últimos no reconozcan a Israel y no se debe hablar por ahora, ni de refugiados palestinos ni del estatus de Jerusalén.
De lo que se trata, es de que el discurso Obamista deja el llamado proceso de paz en peor situación, con los palestinos más lejos de los israelíes y con una trayectoria más clara hacia un choque fatal.
Falta por ver cuando la Autoridad Palestina pida y obtenga el reconocimiento de su estado, ante la Asamblea General de la ONU, con un voto contra Washington: Theodor Herzl saltará en el infierno… Y Así las Cosas.
http://www.discrepando.com/index.php?option=com_content&view=article&id=1600:theodor-herzl-saltara-en-el-infierno&catid=81:articulos&Itemid=457
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