Putin estableció las pautas para modernizar la industria de Rusia
Por: Vlad Grinquévich,
RIA Novosti
El pasado 20 de abril, el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, rindió cuentas ante el Parlamento sobre la gestión del Gobierno en 2010.
La mayor parte de su informe, que duró casi tres horas, el jefe del Gobierno lo dedicó a la economía exponiendo cifras, hechos y pronósticos.
Putin manifestó su satisfacción por la situación económica del país que superó la dura prueba de la crisis y, posiblemente, se encuentra ante el despegue industrial.
Este fue el mensaje principal del informe – Rusia necesita una nueva industrialización que contribuirá a resolver gran cantidad de problemas económicos y sociales y echará las bases para una economía innovadora.
Los triunfos y los retos
Putin constató que la crisis está retrocediendo en todos los frentes y pronosticó será definitivamente superada para los principios de 2012.
Anunció que ahora ante el país se perfilan grandiosas tareas: para el año 2020 convertirse en una de las cinco primeras economías del mundo y alcanzar el PIB per cápita de 35 mil dólares anuales, lo que se aproxima al nivel de los países desarrollados.
Es una tarea no sólo ambiciosa sino también difícil de cumplir si se toma en consideración el desgaste de los activos fijos (la mayor parte de ellos no se ha renovado desde los tiempos soviéticos) y la baja productividad del trabajo en Rusia en comparación con las economías desarrolladas.
Según el presidente de la organización “Rusia Empresarial”, Boris Titov, la productividad en Rusia es de tres a diez veces inferior, dependiendo del sector, que en países desarrollados.
Esto debe al factor tecnológico (en las plantas industriales rusas con la misma capacidad de producción los gastos de producción son varias veces mayores) y el social.
Como señaló el rector de la Escuela Superior de Economía, Yaroslav Kuzmínov, en la conferencia “Productividad de trabajo y calidad de mano de obra: tareas del desarrollo post-crisis”, en Rusia está muy extendido el fenómeno del llamado empleo social – las empresas poco eficientes y con exceso de trabajadores reciben un apoyo estatal con el fin de mantener los puestos de trabajo.
Cabe recordar, además, que el Occidente tampoco está parado. Según Boris Titov, la tasa anual de crecimiento de la productividad de trabajo en Estados Unidos alcanza un 10%. Esto significa que Rusia, con la tasa de 3 ó 4%, no reduce la distancia con EE.UU sino todo lo contrario.
Una nueva revolución industrial
Es por eso que Putin subrayó en su informe ante el Parlamento que el crecimiento deberá ser muy pujante y veloz: “durante la siguiente década hay que aumentar la productividad de trabajo por lo menos dos veces, y en los sectores clave de la economía rusa – tres ó cuatro veces”.
Los expertos de la empresa auditora “FinEkspertiza” calcularon que para duplicar la productividad de trabajo en 10 años la tasa de crecimiento económico anual debe ser de 7 a 8%. Este objetivo no está al alcance con el inerte modelo económico actual pero, según el proyecto del Gobierno, Rusia en los próximos años tendrá que realizar un despegue inductrial. “Hace falta impulsar los procesos del desarrollo industrial y tecnológico en Rusia creando condiciones favorables para captar inversiones intelectuales y tecnologías avanzadas”, - subrayó el jefe del Gobierno en su informe.
La comunidad empresarial lleva mucho tiempo hablando de la necesidad de la nueva industrialización en el país. La misma contribuirás a alcanzar por lo menos tres objetivos: elevar la productividad de trabajo, acelerar el crecimiento económico y echar las bases para una economía innovadora.
La práctica mundial demuestra que el desarrollo de la economía “post-industrial” requiere de una potente base productiva. Por lo tanto, los intentos de “saltar” la fase industrial llevan, en el mejor de los casos, a la creación de grupos industriales (agrupaciones de empresas) sueltos como el indio Bangalore, o Silicon Valley.
Es, sin embargo, un proyecto muy provechoso desde el punto de vista tanto económico como promocional pero está lejos de determinar el vector del desarrollo económico del estado.
La tasas más altas de crecimiento alcanzan los países que apostaron por la industrialización a gran escala. En la primera mitad del siglo XX lo demostró la Unión Soviética, a finales del mismo siglo – los países del Sureste Asiático, actualmente lo está demostrando China.
En este contexto los países desarrollados empiezan a darse cuenta de que se precipitaron al declarar sus economías “post-industriales”. Se hace cada vez más evidente que los beneficios de la venta de la propiedad intelectual y servicios no pueden compensar los gastos en los artículos industriales.
Un vivo ejemplo representa el enorme desbalance del comercio exterior de Estados Unidos que, por cierto, están dispuestos a recapacitar su postura: en enero de este año el presidente estadounidense Barak Obama habló ante el Congreso sobre la necesidad de duplicar las exportaciones y crear dos millones de puestos de trabajo en la industria en los próximos cinco años.
El trabajo está servido
Los puestos de trabajo son otro momento clave. Los políticos y economistas en Rusia y otros países mencionan cada vez menos el déficit de la mano de obra, y cada vez más, la escasez de los puestos de trabajo, sobre todo puestos de trabajo para los profesionales bien pagados.
“El objetivo de nuestra estrategia en el mercado laboral consiste en crear los puestos de trabajo modernos, eficientes y bien pagados, estimular la implantación de la nuevas tecnologías para que reemplacen los procesos tecnológicos peligrosos o de efectos nocivos”, - dijo el jefe del Gobierno a los diputados.
De hecho, es la única solución del problema del empleo social que supone un lastre para la economía rusa. Este año, según Vladimir Putin, el Gobierno destinará 105 mil millones de rublos (unos 2,625 mil millones de euros) a los programas de apoyo del desempleo, y, especialmente, del reciclaje profesional.
No obstante, Rusia sigue necesitando a los profesonales extranjeros de alta calificación. Y uno de los objetivos de la nueva industrialización es captar, además de las inversiones y tecnologías, a esta clase de especialistas que harán funcionar las tecnologías importadas. Esta misma estrategia aplicó en su momento la URSS para llevar a acabo la industrialización.
Ya están dados los primeros pasos en esta dirección: a partir del 1 de julio de 2010 se facilitaron los trámites para invitar a profesionales extranjeros al país. Desde esa fecha, según el jefe del Servicio Federal de Inmigración, Konstantín Romodanovski, se tramitaron más de 6,5 mil de permisos de trabajo para los empleados de las representaciones y filiales de empresas extranjeras.
Los más reclamados
La afluencia de los profesionales desde el extranjero seguramente seguirá creciendo ya que, a juzgar por las declaraciónes de Vladimir Putin, se trata de los sectores económicos clave. Entre ellas el primer ministro destacó el energético, automovilístico, agrario y construcción de viviendas. Son estos sectores que registran unas buenas tasas de crecimiento tras la crisis.
El agrario, incluso, conservó la dinámica positica durante la misma. Todos los sectores mencionados podrán realizar el esperado despegue económico sólo a costa de las tecnologías extranjeras. Es especialmente patente en el sector agrario: las empresas campesinas funcionan casi al límite de la rentabilidad. Según Boris Titov, la rentabilidad del sector energético alcanza unos 30%, la del automóvil unos 8% y la del agrario menos de 4%. La productividad de la agricultura rusa es cinco veces inferior que la estadounidense.
En los años 2010- 2011 se planea destinar 320 mil millones de rublos (unos 8 mil millones de euros) al apoyo y renovación tecnológico del sector. Se trata de subvenciones de tipo de interés, arrendamiento financiero, ventajas tributarias etc. Además, se estudia la posibilidad de aplicar otro mecanismo de apoyo que funcionó muy bien en el sector automovilístico - el programa de utilización de la maquinaria agrícola.
La reanimación del sector automovilístico ruso también depende de las tecnologías importadas. Vladimir Pútin resaltó que en Rusia ya están funcionando las plantas de casi todos los fabricantes mundiales de automóviles.
Actualmente el Gobierno está elaborando los nuevos requisitos de la localización y volumenes de la produción: la localización tendrá que alcanzar unos 60% con unos 300 mil vehículos al año. El primer ministro considera que a tales condiciones las empresas extranjeras serán interesadas en trasladar sus plantas al territorio de Rusia.
El jefe del Gobierno subrayó que no será fácil conseguirlo, pero el mismo camino lo recorrieron los países asiáticos como Japón y Corea del Sur que hoy lideran en la producción de los automóviles a nivel mundial. China también está avanzando por este camino. Esto significa que habiendo tal propósito y voluntad política este objetivo podrá ser conseguido.
Por: Vlad Grinquévich,
RIA Novosti
El pasado 20 de abril, el primer ministro de Rusia, Vladimir Putin, rindió cuentas ante el Parlamento sobre la gestión del Gobierno en 2010.
La mayor parte de su informe, que duró casi tres horas, el jefe del Gobierno lo dedicó a la economía exponiendo cifras, hechos y pronósticos.
Putin manifestó su satisfacción por la situación económica del país que superó la dura prueba de la crisis y, posiblemente, se encuentra ante el despegue industrial.
Este fue el mensaje principal del informe – Rusia necesita una nueva industrialización que contribuirá a resolver gran cantidad de problemas económicos y sociales y echará las bases para una economía innovadora.
Los triunfos y los retos
Putin constató que la crisis está retrocediendo en todos los frentes y pronosticó será definitivamente superada para los principios de 2012.
Anunció que ahora ante el país se perfilan grandiosas tareas: para el año 2020 convertirse en una de las cinco primeras economías del mundo y alcanzar el PIB per cápita de 35 mil dólares anuales, lo que se aproxima al nivel de los países desarrollados.
Es una tarea no sólo ambiciosa sino también difícil de cumplir si se toma en consideración el desgaste de los activos fijos (la mayor parte de ellos no se ha renovado desde los tiempos soviéticos) y la baja productividad del trabajo en Rusia en comparación con las economías desarrolladas.
Según el presidente de la organización “Rusia Empresarial”, Boris Titov, la productividad en Rusia es de tres a diez veces inferior, dependiendo del sector, que en países desarrollados.
Esto debe al factor tecnológico (en las plantas industriales rusas con la misma capacidad de producción los gastos de producción son varias veces mayores) y el social.
Como señaló el rector de la Escuela Superior de Economía, Yaroslav Kuzmínov, en la conferencia “Productividad de trabajo y calidad de mano de obra: tareas del desarrollo post-crisis”, en Rusia está muy extendido el fenómeno del llamado empleo social – las empresas poco eficientes y con exceso de trabajadores reciben un apoyo estatal con el fin de mantener los puestos de trabajo.
Cabe recordar, además, que el Occidente tampoco está parado. Según Boris Titov, la tasa anual de crecimiento de la productividad de trabajo en Estados Unidos alcanza un 10%. Esto significa que Rusia, con la tasa de 3 ó 4%, no reduce la distancia con EE.UU sino todo lo contrario.
Una nueva revolución industrial
Es por eso que Putin subrayó en su informe ante el Parlamento que el crecimiento deberá ser muy pujante y veloz: “durante la siguiente década hay que aumentar la productividad de trabajo por lo menos dos veces, y en los sectores clave de la economía rusa – tres ó cuatro veces”.
Los expertos de la empresa auditora “FinEkspertiza” calcularon que para duplicar la productividad de trabajo en 10 años la tasa de crecimiento económico anual debe ser de 7 a 8%. Este objetivo no está al alcance con el inerte modelo económico actual pero, según el proyecto del Gobierno, Rusia en los próximos años tendrá que realizar un despegue inductrial. “Hace falta impulsar los procesos del desarrollo industrial y tecnológico en Rusia creando condiciones favorables para captar inversiones intelectuales y tecnologías avanzadas”, - subrayó el jefe del Gobierno en su informe.
La comunidad empresarial lleva mucho tiempo hablando de la necesidad de la nueva industrialización en el país. La misma contribuirás a alcanzar por lo menos tres objetivos: elevar la productividad de trabajo, acelerar el crecimiento económico y echar las bases para una economía innovadora.
La práctica mundial demuestra que el desarrollo de la economía “post-industrial” requiere de una potente base productiva. Por lo tanto, los intentos de “saltar” la fase industrial llevan, en el mejor de los casos, a la creación de grupos industriales (agrupaciones de empresas) sueltos como el indio Bangalore, o Silicon Valley.
Es, sin embargo, un proyecto muy provechoso desde el punto de vista tanto económico como promocional pero está lejos de determinar el vector del desarrollo económico del estado.
La tasas más altas de crecimiento alcanzan los países que apostaron por la industrialización a gran escala. En la primera mitad del siglo XX lo demostró la Unión Soviética, a finales del mismo siglo – los países del Sureste Asiático, actualmente lo está demostrando China.
En este contexto los países desarrollados empiezan a darse cuenta de que se precipitaron al declarar sus economías “post-industriales”. Se hace cada vez más evidente que los beneficios de la venta de la propiedad intelectual y servicios no pueden compensar los gastos en los artículos industriales.
Un vivo ejemplo representa el enorme desbalance del comercio exterior de Estados Unidos que, por cierto, están dispuestos a recapacitar su postura: en enero de este año el presidente estadounidense Barak Obama habló ante el Congreso sobre la necesidad de duplicar las exportaciones y crear dos millones de puestos de trabajo en la industria en los próximos cinco años.
El trabajo está servido
Los puestos de trabajo son otro momento clave. Los políticos y economistas en Rusia y otros países mencionan cada vez menos el déficit de la mano de obra, y cada vez más, la escasez de los puestos de trabajo, sobre todo puestos de trabajo para los profesionales bien pagados.
“El objetivo de nuestra estrategia en el mercado laboral consiste en crear los puestos de trabajo modernos, eficientes y bien pagados, estimular la implantación de la nuevas tecnologías para que reemplacen los procesos tecnológicos peligrosos o de efectos nocivos”, - dijo el jefe del Gobierno a los diputados.
De hecho, es la única solución del problema del empleo social que supone un lastre para la economía rusa. Este año, según Vladimir Putin, el Gobierno destinará 105 mil millones de rublos (unos 2,625 mil millones de euros) a los programas de apoyo del desempleo, y, especialmente, del reciclaje profesional.
No obstante, Rusia sigue necesitando a los profesonales extranjeros de alta calificación. Y uno de los objetivos de la nueva industrialización es captar, además de las inversiones y tecnologías, a esta clase de especialistas que harán funcionar las tecnologías importadas. Esta misma estrategia aplicó en su momento la URSS para llevar a acabo la industrialización.
Ya están dados los primeros pasos en esta dirección: a partir del 1 de julio de 2010 se facilitaron los trámites para invitar a profesionales extranjeros al país. Desde esa fecha, según el jefe del Servicio Federal de Inmigración, Konstantín Romodanovski, se tramitaron más de 6,5 mil de permisos de trabajo para los empleados de las representaciones y filiales de empresas extranjeras.
Los más reclamados
La afluencia de los profesionales desde el extranjero seguramente seguirá creciendo ya que, a juzgar por las declaraciónes de Vladimir Putin, se trata de los sectores económicos clave. Entre ellas el primer ministro destacó el energético, automovilístico, agrario y construcción de viviendas. Son estos sectores que registran unas buenas tasas de crecimiento tras la crisis.
El agrario, incluso, conservó la dinámica positica durante la misma. Todos los sectores mencionados podrán realizar el esperado despegue económico sólo a costa de las tecnologías extranjeras. Es especialmente patente en el sector agrario: las empresas campesinas funcionan casi al límite de la rentabilidad. Según Boris Titov, la rentabilidad del sector energético alcanza unos 30%, la del automóvil unos 8% y la del agrario menos de 4%. La productividad de la agricultura rusa es cinco veces inferior que la estadounidense.
En los años 2010- 2011 se planea destinar 320 mil millones de rublos (unos 8 mil millones de euros) al apoyo y renovación tecnológico del sector. Se trata de subvenciones de tipo de interés, arrendamiento financiero, ventajas tributarias etc. Además, se estudia la posibilidad de aplicar otro mecanismo de apoyo que funcionó muy bien en el sector automovilístico - el programa de utilización de la maquinaria agrícola.
La reanimación del sector automovilístico ruso también depende de las tecnologías importadas. Vladimir Pútin resaltó que en Rusia ya están funcionando las plantas de casi todos los fabricantes mundiales de automóviles.
Actualmente el Gobierno está elaborando los nuevos requisitos de la localización y volumenes de la produción: la localización tendrá que alcanzar unos 60% con unos 300 mil vehículos al año. El primer ministro considera que a tales condiciones las empresas extranjeras serán interesadas en trasladar sus plantas al territorio de Rusia.
El jefe del Gobierno subrayó que no será fácil conseguirlo, pero el mismo camino lo recorrieron los países asiáticos como Japón y Corea del Sur que hoy lideran en la producción de los automóviles a nivel mundial. China también está avanzando por este camino. Esto significa que habiendo tal propósito y voluntad política este objetivo podrá ser conseguido.
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