Por: Moises Saab
Montego Bay, Jamaica, 7 jul (PL) La Comunidad del Caribe (CARICOM) culmina hoy su cumbre aquí, apremiada para acelerar la integración regional y con una promesa de ayuda de la ONU para combatir el auge de la criminalidad en la región.
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, prometió apoyo logístico y especializado para enfrentar el auge del crimen organizado, en especial el narcotráfico, una actividad que en mueve más dinero del que disponen la mayoría de los estados miembros en sus presupuestos.
Ban, que asiste al XXXI encuentro en la cima del ente, circuló un comunicado en el cual reconoce una verdad expresada por varios de los integrantes de la agrupación: el narcotráfico amenaza la gobernabilidad y la seguridad en la región, una verdad que la propia Jamaica experimentó en carne propia hace pocos días.
En mayo pasado el gobierno del primer ministro Bruce Golding, actual presidente de CARICOM, tuvo que empeñar a fondo su policía y su ejército para terminar el reinado de terror de un barón del narco que se atrincheró en un distrito de Kingston, la capital, y le plantó cara durante casi tres días.
Christopher Coke era considerado un "presidente" paralelo del país y tenía sus propios sistemas judicial, de prisiones, e incluso verdugos, para imponer su voluntad y proseguir con su floreciente negocio de contrabando de armas y narcóticos.
La confrontación costó 73 muertos, cinco de ellos policías, y Coke logró escapar, pero fue capturado días después y remitido a los Estados Unidos, donde se le reclama por tráfico de drogas, pero la lucha por extraerlo de su bastión fue un alerta sobre la influencia de las bandas armadas en esta isla anglófona.
El enorme poder de las pandillas, sin embargo, es sólo una preocupación coyuntural, comparada con el creciente descontento por la incapacidad de la agrupación de concretar la meta que le dio origen, la integración regional, su tabla de salvación ante un mundo globalizado.
Ese desafío, y la creciente amenaza de catástrofes naturales por el cambio climático, son cuestiones de vida o muerte para la CARICOM, algunos de cuyos miembros podría ser barridos de la faz de la tierra de concretarse el aumento del nivel de los mares por el descongelamiento de los polos debido al calentamiento global.
El reto, hoy en la clausura de la reunión cimera es demostrar que, al menos existe la voluntad de alcanzar la integración, poner en vigor acuerdos que han sido tomados en reuniones anteriores y que siguen pendientes y, sobre todo, que la acción ocupará, en el futuro inmediato, el lugar de una inercia que puede resultar suicida.
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