La Disidencia y Vladimir Villegas
Por: Ricardo Abud
“Soy comunista toda la vida y comunista he de morir”…. Como no recordar la estrofa de esta canción que cubría de gloria nuestras luchas, desde una PINTA, la venta de Tribuna Popular en cualquier calle de nuestro amado país, tertulias entre camaradas o simplemente himno de guerra revolucionaria.
La convicción política comenzaba a florecer y fortalecer nuestra divina y dichosa juventud. Éramos parte de “grupos subversivos”, que clamaban igualdad de condiciones para acceder a la UCV y una sociedad más justa y solidaria. Formábamos parte de las filas de la gloriosa Juventud Comunista de Venezuela.
Nuestras acciones estaban cohesionadas por convicciones políticas incipientes de la ideología marxista-leninista, que ocupaban nuestra trascendencia hacia un futuro más igualitario en condiciones para el desarrollo de todos. Soñadores del alma.
Hace 11 años, con la victoria del camarada Chávez y posteriormente la declaración del carácter socialista de la revolución bolivariana, se abre un umbral hacia lo posible, deja de ser utópico el sueño y comienza a materializarse, una sociedad de justicia social, con la mayor suma de felicidad para todos.
La convicción es lo sustancial, es la esencia para continuar y no decaer ante las adversidades que todo cambio produce. He visto impávido el despropósito de muchos que han abandonado las filas de este proyecto político, era y es necesario un proceso de depuración dentro de las filas de los que acompañamos a Chávez…todavía falta camino por recorrer.
Los compañeros de falsa conciencia profanan el nombre de nuestros mártires y abandonan el bien, el mal los atrapa y los trasforma en mercaderes de la desdicha, no tienen credibilidad, no cuadran en un lado ni en el otro, dejaron de soñar, dejaron ver lo que en realidad son: egoístas y personalistas.
Vladimir Villegas en una entrevista en Globovisión, salió del closet político de manera abierta, sin vergüenzas estereotipadas, mucho histrionismo mediático y mucha sin razón. Sus argumentos eran la apología que subvenciona la derecha, los que hoy sin desparpajo aprenden a morir como un nuevo modelo patológico, un síndrome, una paranoia que se apoya en las calamidades del resentimiento y las frustraciones; en que te convertiste Vladimir Villegas, puro resentimiento y contradicciones internas, y ausencia de convicción ideológico-política. Abandona su herencia, su casta política y se adormece en los brazos de los que nunca más volverán. Lento comienza su aprendizaje hacia su tumba política.
Vladimir hablaba de mesianismo político en referencia al líder, al camarada Chávez. Vladimir, uno de los ejemplos más emblemáticos de mesianismo en el mundo occidental es Jesucristo, un hombre que luchó bajo muchos de los preceptos que tú como constituyente refrendaste, como el amor, la justicia, la solidaridad, la igualdad. Tú sabes la diferencia muy bien de mesianismo y de SUJETO HISTÓRICO (marxismo del bueno), pero te dejas arrollar por tu infamia.
Muy a pesar tuyo Vladimir, y de muchos dirigentes del PPT, Chávez es hoy el líder de la revolución bolivariana, sin cuantificar sus aciertos y desaciertos, porque es un ser humano como todos, no es perfecto, y el pueblo así lo entiende, por eso lo apoya y lo sigue, es nuestro líder, carajo. ¿Qué hace la oposición y asalariados como tú? Someterlo al descrédito, enlodar su imagen como presidente y ser humano común, pero más pierden ustedes; no lo van a lograr.
El pueblo de seguro no asistió a la escuela de cuadros del partido, como tú, (cuyo director era otro saltinbanqui: Ricardo Gutiérrez) para preparase políticamente e ideológicamente, pero en el pueblo ha reinado el autodidactismo, un pueblo que cada día más afianza su convicción y una conciencia que se arraiga en el amor. Es obvio, mucha gente como tú no termina de entenderlo. Muy a pesar de las deficiencias, de los sinsabores podemos seguir y avanzar.
Fuiste embajador de Venezuela en Brasil, México, presidente VTV, Viceministro en relaciones exteriores nombrado por el “mesías”; tarde; muy tarde diría yo, te diste cuenta del mesianismo del que hoy te haces eco y te repugna, como una forma de desprestigiar al líder fundamental de este proyecto político. Decías en esa entrevista que no sientes remordimiento, que te podrán llamar saltador de talanquera, disidente y muchas cosas más, pero que hoy duermes tranquilo, nada perturba tu sueño, de verdad te felicito por el peso tan grande que quitaste de tus espaldas.
Yo, por el contrario Vladimir, poco duermo, sé que no te interesa pero te voy a decir porque: mi sueño no es de descanso, porque no dejo de pensar en personas como tú, que ayer abrazaban este proyecto político desde adentro, pero más pudo el oportunismo (y vaya que eres un oportunista, eso no es nuevo) que las convicciones. Vladimir, estoy más que convencido que más pronto que tarde deben de salir más como tú; con una gran diferencia, no tenían la herencia política que tú tienes, claro, no todo hijo de gato debe cazar ratón, ¿verdad Vladimir? No duermo porque entiendo que la mayor parte de nuestros enemigos están adentro y no afuera de nuestro proyecto político, y es necesario desenmascararlos, no todos después de ser dejados de tomar en cuenta por el “mesías” tienen la misma valentía tuya.
Hoy otro cuento sería si ese hombre que llamas mesías, en vez de a Nicolás te hubiera tomando en cuenta a ti para ser el vocero de la cancillería, de seguro seguirías formando parte de un entorno privilegiado, en donde en muchos casos prevalecen otros valores éticos y morales.
El calvario que te espera, la prepotencia que muestras en los medios es finita. Después te tocará aprender a morir políticamente y con una patología infame cargada de muchas miserias espirituales.
Recuerda siempre la estrofa de esta canción: “Soy comunista toda la vida y comunista he de morir, y si me matan en el combate pondré en tus manos mi fusil.
Adiós ex camarada.
NO HAY NADA MAS EXCLUYENTE QUE SER POBRE
Patria, Socialismo o Muerte…
Venceremos
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