¿Un terrorista amateur?

¿Un terrorista amateur?
Por: Silvio González
(Prensa Latina*)


Hay una ineludible semejanza entre el pánico reinante en las populosas calles neoyorquinas y el sentido en las más remotas aldeas del actual teatro de operaciones militares, en Paquistán y Afganistán.

Y es que en cualquier momento puede aumentar de manera absurda el número de bajas civiles ocasionados por ambos bandos contrincantes.

Con un aparatoso despliegue de hombres y recursos en solamente 52 horas el gobierno estadounidense logró apresar a Faisal Shahzad.

Al mismo se le acusó de ser el principal sospechoso del intento por detonar un coche bomba en una concurrida avenida de New York el pasado primero de mayo.

Shahzad, un inmigrante naturalizado, dijo pertenecer al grupo rebelde talibán conocido como Tehrik-i-Taliban Paquistan (TTP), según el diario New York Times.

El sujeto dejó abandonado el auto bomba, una camioneta Pathfinder, en una de las zonas de mayor cobertura policial y con mayor número de cámaras callejeras de vigilancia durante un sábado en la noche, cuando hay un constante movimiento de personas que van a comercios y hoteles cercanos.

Para los especialistas en contrainsurgencia resulta evidente que el sospechoso y sus probables cómplices ni siquiera realizaron el obligatorio estudio de la zona y mucho menos el ensayo en seco, requisitos considerados indispensables para consumar exitosamente un atentado de esa naturaleza en un país hostil.

Era este el lugar menos indicado para ejecutar una operación sin llamar la atención o ser apresado, opinan.

Los componentes encontrados en el auto bomba que nunca explotó fueron, según el sitio web STRATFOR, unos 113 kilos de fertilizantes de urea, dos contenedores con 20 litros de gasolina, varios fuegos artificiales del tipo comercial M-88, tres tanques de gas propano, varios relojes y cables atados con cinta adhesiva.

El hecho de que el artefacto explosivo casero no estallara demuestra que Shahzad es un amateur con muy poco entrenamiento y experiencia en este tipo de acción criminal que sin dudas pudo haber causado un elevado número de víctimas civiles.

El saboteador, por su actuación vacilante y comportamiento errático a las claras, no era un profesional que conociera la manipulación correcta y el efecto de estos materiales que inexplicablemente se agenció sin levantar sospechas y logró trasladar sin ser detectado hasta el lugar de los hechos.

Shazad acometió la acción dándole un vuelo espectacular y dramático, tal vez influenciado por filmes vistos ajenos a la realidad de una operación de esa envergadura.

Su fatalidad lo derrota cuando, por no conocer la cadena de fuego del explosivo, algunas de las chispas de los voladores artificiales incendian tempranamente una alfombra del auto provocando humareda que llamó la atención de los transeúntes.

Al observar el humo, uno de los comerciantes de la zona llamó a los bomberos y estos a la Escuadra Antibombas, una de las más eficientes del país porque brinda servicios constantemente a muchas de las misiones extranjeras ante Naciones Unidas que sufren frecuentes amenazas terroristas.

Otro error de principiante imputado a Shazad es que dejó sus huellas dactilares, las luces y el motor encendidos al abandonar el auto bomba y después fue a cambiarse de ropa en un pasillo y captado vagamente por una cámara policial.

Olvidó incluso hasta un manojo de llaves en el Pathfinder entre las que se encontraban las que debía utilizar para el auto de huida de la escena, lo que condujo a los investigadores a su hogar en el estado de Connecticut.

Uno de los líderes guerrilleros talibanes, Nasir al-Wahayshi, llamó el pasado año a sus seguidores de a pie a ejecutar, por su propia iniciativa y en solitario de ser posible, ataques sencillos en lugares concurridos dentro de Estados Unidos.

Anteriormente en septiembre del 2009 las autoridades policiales estadounidenses arrestaron a Najibullah Zazi, cuando planeaba colocar potentes bombas en el metro de la ciudad de New York.

Zazi también era un neófito en el manejo de explosivos, los que se proponía utilizar a partir de notas manuscritas tomadas cuando recibió un breve entrenamiento en campamentos de Paquistán.

Fue detectado por los servicios especiales porque ingenuamente adquirió en grandes cantidades materiales para fabricar manualmente explosivos, por lo que resultó sospechoso antes de ejecutar su plan.

Otros intentos de ataques similares contra edificios gubernamentales en el 2009 fracasaron también cuando los insurgentes contactaron a intermediarios para adquirir los explosivos.

No calcularon que los proveedores estuvieran infiltrados por los servicios especiales en Dallas, Texas o Springfield, Illinois donde todos resultaron arrestados, evocó la agencia Associated Press.

Shahzad utilizó un teléfono celular desechable y dejó olvidada esa pista en el auto bomba.

También pagó su boleto de fuga al contado lo que llamó la atención de los investigadores.

Resultó finalmente capturado en el aeropuerto John F. Kenenedy de New York cuando intentaba partir hacia el emirato de Dubai..

Según trascendió, oficiales paquistaníes interrogan en Islamabad a cuatro integrantes del grupo Jaish-e-Muhammad para tratar de ubicar y detener a presuntos cómplices en el intento de atentado.

A parte de los grupos talibanes paquistaníes y Al Qaeda, en el norte de Afganistán operan también la Red Haqqani y el grupo insurgente de Cachemira Lashkar-e-Taiba.

El líder Baitullah Mehsud dijo en marzo último que su grupo planeaba atacar sitios importantes de Washington, evocó Bruce Hoffman, experto antiterrorista de la Universidad de Georgetown.

Denis McDonough, Jefe del Consejo Nacional de Seguridad, señaló que el intento demuestra la necesidad de golpear con mayor dureza a los grupos talibanes dentro de las fronteras paquistaníes.

El canciller paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, opinó que el atentado fallido podría haber sido en represalia por los ataques de la CIA con aviones no tripulados contra aldeas de Paquistán.

En un video filmado antes del abortado atentado con coche bomba, el líder talibán Qari Hussain Mehsud amenazó con una "venganza" por los bombardeos indiscriminados con aviones no tripulados contra poblados paquistaníes y el asesinato de líderes fundamentalistas en Iraq.

Según el New York Post, Shahzad dijo a sus interrogadores que presenció varios ataques de aviones no tripulados contra aldeas durante su reciente estadía de ocho meses en Paquistán y esto lo alentó a llevar a cabo su acción.

Al descubrirse el fallido atentados, los dos principales partidos políticos estadounidenses comenzaron a emplear un lenguaje guerrerista para justificar una eventual escalada represiva en el país.

Pero dada la difusa naturaleza del actual peligro y del propio enemigo que funciona en complicadas alianzas, así como la amplia disponibilidad de blancos vulnerables, es muy difícil identificar cada sujeto que por iniciativa propia se proponga realizar una acción de esta naturaleza, reconoció CNN.

(*) El autor es jefe del Departamento de Difusión de Prensa Latina.

rr/sgl
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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