Grandes perspectivas ante las elecciones en Polonia
Por: Andrei Fediashin,
RIA Novosti
Todo ha cambiado repentinamente en el escenario político de Polonia. La trágica muerte del presidente de Polonia en el accidente aéreo de Katyn del pasado 10 de abril ha provocado que el actual presidente del parlamento polaco, Bronislaw Komorowski, haya anticipado las elecciones presidenciales para el 20 de junio, inicialmente previstas para este otoño.
Es muy probable que el sillón presidencial sea ocupado por el propio Bronislaw Komorowski quién el pasado 28 de marzo asumió las funciones de Jefe de Estado y obtuvo el apoyo de la mayoría de los miembros del partido de centroderecha en el gobierno, Plataforma Cívica que, además, no presenta a otro candidato.
Por su parte, el partido conservador polaco, Ley y Justicia, la principal fuerza opositora a la Plataforma Cívica, deberá nombrar a su candidato antes del próximo 24 de abril. A juzgar por las declaraciones de los dirigentes de este partido, en los comicios participará como único pretendiente a la presidencia, al menos de momento, Jaroslaw Kaczynski, hermano gemelo del presidente muerto. Es posible que Jaroslaw aproveche el efecto de la catástrofe aérea de su hermano para obtener una buena cantidad de votos de condolencia.
No obstante, no es de esperar que Jaroslaw Kaczynski consiga un gran apoyo electoral. Sí, los polacos han sentido sinceramente la muerte de todos los que estuvieron a bordo del avión, pero, una cosa es el sentir ante una tragedia nacional de ese calibre y otra, muy distinta, el consenso ciudadano ante el rumbo que debe seguir Polonia.
Los sondeos de opinión realizados indican que si los comicios se celebrasen hoy, Komorowski los ganaría en la primera vuelta, consiguiendo un 20% ó 25% más de votos que su principal opositor o que, en el peor de los casos, seguramente superaría a Kaczynski en la segunda vuelta. Las elecciones presidenciales en Polonia se celebran a una sola vuelta pero, si ninguno de los candidatos consigue la mayoría del 50% de votos, se convoca una segunda, cuya fecha ya está fijada para el próximo 4 de julio.
Todos los países están siguiendo con mucha atención el desarrollo de acontecimientos en Polonia. En la época de los Kaczynski (durante un tiempo, Jaroslaw ocupó el cargo de primer ministro bajo la presidencia de Lech), las relaciones polaco-rusas y polaco-alemanas han sufrido un serio deterioro y el nacionalismo patológico de Polonia ha causado perplejidad entre la comunidad occidental.
La Polonia de los Kaczynski se había convertido en un país atractivo para la conformación de diversas alianzas antirusas entre los representantes de países Europa del Este de este talante. Estas coaliciones destacan por una especial antipatía histórica hacia el Kremlin.
El comportamiento de Rusia tras la tragedia de abril tuvo mucha importancia tanto para los polacos como para los rusos. De hecho, se puede caracterizar como normal la reacción de los altos cargos del gobierno y de los ciudadanos de un país en cuyo territorio había perdido la vida no sólo el presidente de otro Estado sino también un gran número de representantes de su élite política, militar y cultural.
Bronislaw Komorowski dijo en el funeral de despedida de Lech Kaczynski, que las campanas de Cracovia "repican por la reconciliación entre los polacos... y por la reconciliación entre Polonia y Rusia en homenaje a las víctimas del fusilamiento masivo en los bosques de Katyn". En realidad, la reconciliación entre Polonia y Rusia ya empezó antes del accidente aéreo, cuando, unos días antes del funesto vuelo del avión presidencial, el primer ministro polaco, Donald Tusk, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, llegaron a la ciudad rusa de Smolensk para asistir a una ceremonia conmemorativa del 70º aniversario de la tragedia de Katyn.
Recordemos que Polonia es una república parlamentaria. Aunque el presidente polaco no desempeña el papel protagónico en el sistema político de Polonia a diferencia del primer ministro, él junto con el Parlamento asume la responsabilidad por la política exterior y la defensa, y puede ejercer mucha influencia en ambas. Lech Kaczynski fue un claro ejemplo de esto.
Kaczynski bloqueó muchas iniciativas de Tusk, que en reiteradas ocasiones no había podido conseguir la aprobación de varias reformas importantes. Es por esto que el primer ministro ya estaba esperando a las elecciones presidenciales para iniciar una amplia modernización del sistema sanitario, económico, financiero y legislativo de Polonia.
Tusk y Komorowski pertenecen al mismo partido. En caso de que el último sea elegido presidente, en Polonia se consolidará una mayoría política por primera vez en su nueva historia como país democrático.
Uno de los objetivos fundamentales de la política exterior polaca es mejorar sus relaciones con Rusia, porque Polonia, por su situación geográfica, se ubica entre la Europa Occidental y la Oriental y no tiene más remedio que normalizar sus relaciones con ambas. En este caso, desempeñará un papel clave dentro de la región, además de las lógicas ventajas económicas que ya posee como país de tránsito.
Los políticos polacos suelen decir que "Polonia puede hacer mucho con Alemania y nada sin este país". Donald Tusk ya ha logrado establecer buenas relaciones de cooperación con la canciller alemana, Angela Merkel. Se espera que las relaciones ruso-polacas también se normalicen en breve. Así las cosas, según los analistas de la revista británica The Economist, Europa ya debería estar preocupada. "Polacos, alemanes y rusos: ése es el eje que dará forma a la próxima década en Europa". Esta ambiciosa afirmación no carece de sentido.
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