El país centroamericano tiene suficientes recursos naturales
Por: Luis Alberto Matos
“La educación es el alma de los pueblos y el abono de los ejércitos de la libertad.”
Francisco Morazán, 1792-1842
Entre tantos beneficios que la Revolución Bolivariana nos ha traído a los venezolanos, destaca la difusión permanente de la realidad política y económica de las naciones hermanas.
Hasta hace poco, aquí se hablaba, se escribía, se discutía y hasta se bromeaba más sobre el beisbol de grandes ligas, las películas de Hollywood, los almuerzos en Madrid y las carreras de Fórmula 1, que de cualquier cosa que sucediera en los países más cercanos, más hermanos, más amigos y más similares.
En las últimas cuatro décadas del Siglo XX, la prensa venezolana sólo dedicó más de media cuartilla a Honduras cuando una enorme inundación azotó a San Pedro de Sula.
Saber que su capital era Tegucigalpa ya era casi ser culto. O sea: enterado de cosas que no necesariamente te hacen más productivo para el sistema que te remunera monetariamente, con el único objetivo de mantenerte vivo y trabajando para él.
Historia y geografía
Ya muchos venezolanos, por internet y otras rutas, han constatado que la patria de Morazán y Zelaya alberga unos siete millones y medio de habitantes, en algo más de 112 mil kilómetros cuadrados, para una densidad poblacional que fácimente duplica a la de Venezuela.
Es una hermosa y rica zona, con costas en los dos océanos más grandes del planeta, clima montañoso y húmedo, abundante fauna y rica flora (8.000 tipos de plantas y más de 1.000 animales mayores) con agua para generar vida y energía suficientes para su desarrollo y sustento.
¡Y no son ningunos nuevos! Ni tienen historia sólo porque Colón llegó a sus costas en su cuarto viaje, en 1502. En sus cuevas ses han encontrado cerámicas estimadas en más de 26 siglos, 1.600 años antes de Cristo.
Importaciones y exportaciones
Durante la primera mitad del Siglo XX, las trasnacionales United Fruit, Standard Fruit y Cuyamel Fruit explotaron y exportaron al Norte grandes cantidades de banana, imponiendo precios, condiciones, salarios y gobernantes.
Luego otros empresarios neoliberales dominaron buena parte de las últimas décadas del pasado siglo, pero el hermano país no pudo superar una pobreza que se hizo tradicional a pesar de residir en uno de los suelos más ricos del planeta. Pero no sólo fué “república bananera”, como nos enseñaron vía cine, televisión y revistas del Norte.
Honduras se convirtió también en el primer exportador de tilapia: un pez tropical de agua dulce, mediano peso, altamente nutritivo y de rápida reproducción. Igualmente produce café, cigarros, aceite de palma, textiles, frutas, madera y oro.
Pero debe importar plásticos, papel, equipos industriales, telecomunicaciones, repuestos para automotores, suministros de oficina, medicinas, aceites y gasolina.
Hace pocos meses, la crisis especulativa financiera del Norte afectó a más de 20.000 hogares hondureños y, por ende, al sistema económico en general. Su prensa aprovecha ahora para encontrar culpables a la situación: “Economía informal se dispara al 52% por desempleo masivo”, “200 mil personas perdieron su trabajo debido a las crisis económica y política, y al aumento salarial aprobado por la administración Zelaya Rosales que han golpeado fuerte a la economía nacional” y “En el sector maquilador eso se ha traducido en la reducción de aproximadamente el 70% de las órdenes de compra desde Estados Unidos”.
Se refieren al incremento del salario mínimo a 5.500 lempiras, en el área urbana, equivalente a unos 290 dólares, en una economía sin control de divisas, con precios altos para la población y alta emigración cuyas remesas, aunque ahora disminuidas, atraen bancos del exterior.
ALBA y Petrocaribe
En Honduras, el galón de gasolina vale 65 lempiras, dos bolívares el litro. Desde Diciembre de 2007, el hermano país es miembro de Petrocaribe con todos los derechos que le permiten precios y condiciones especiales de venta de hidrocarburos y derivados.
Desde Agosto de 2008 es además miembro de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). Tras su ingreso, un tonto aseguró, creyendo hacer una gracia y seguro de halagar a quienes él considera sus “superiores”, escribió que “al firmar el ALBA, los hondureños ahora somos aliados de Irán”. ¡Qué mas quisieras tú!, le dijera si lo tuviera al lado alguna vez.
Presente y futuro
Honduras vive hoy un momento crucial y decisivo, como seguramente toda la población del planeta. Falta mucho camino en la tierra de Morazán, pero van en la vía de la verdadera independencia: la económica.
Tienen firmado un Tratado de Libre Comercio que les compra y vende a precios de mercado oligopólico. Les cobra además la supuesta ayuda con intereses ocultos, cuyo tasa jamás te lo dirán sus medios de información, entre otras cosas porque ellos tampoco tienen acceso a las cifras reales.
Su canasta básica, como siempre y no importa donde y como fijen los ingresos, está de nuevo igual que antes: en el doble de su salario mínimo.
De allí que más del 60% de la población no puede satisfacer sus necesidades básicas, incluyendo educación que incluso allá muchos no la consideran necesidad, sino casi un lujo.
Pero hay un futuro cierto. Honduras está en la Patria Grande. Es hermana nuestra y tenemos la voluntad, el deseo y la obligación de estar a su lado, ayudándolos a superar esta etapa y a enrumbarlos hacia un futuro promisor.
jaquematos@cantv.net
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