Tres tristes tigres
Tres tristes tigres
Por: José Vicente Rangel
I Obviamente que a uno no le gusta que los compatriotas hagan el ridículo en el exterior. Que lo hagan dentro del país es otra cosa. Pero si se quiere al terruño hay que lamentar que haya venezolanos que pongan la cómica más allá de las fronteras patrias -como se suele decir.
Ni más ni menos fue lo que ocurrió con Ledezma, Pérez Vivas y el otro Pérez, con motivo de su reciente viaje a Washington.
Viaje que presagiaba un fracaso. Fracaso anunciado porque no había razón alguna para hacerlo, ya que la motivación era de estricto carácter interno y porque la interlocución en los organismos multilaterales no resulta fácil. Entonces ¿por qué el viaje? Por lo que es característico en la oposición venezolana: sujeción a lo mediático y extrapolación de la política. El irresistible atractivo de los medios comprometidos con ella, se convierte en razón de ser. Algo que me recuerda lo que dijera cierto personaje histórico acerca de un rival: "es capaz de dejar que lo fusilen si cuenta con un buen número de espectadores". Los viajeros de marras no llegan a tanto, pero no aguantan el efecto alucinante del ojo mediático. Para ellos la política es el medio de comunicación y lo demás no importa.
II
Como era previsible, a los tres tristes tigres no les pararon en la OEA. Con la cancha de los políticos sureños, Insulza les dijo de buena manera -pero con firmeza- que el organismo "no se pronunciaba sobre problemas internos de los Estados miembros y, menos aún, en asuntos relacionados con su legislación y organización político-territorial". O sea, les hizo la señal de costumbre. En el Congreso norteamericano, salvo aquellos miembros de la ultraderecha, auspiciadores de las acciones más represivas contra la región en materia política y económica, el resto ni se enteró que estaban allí. Y en la Casa Blanca entraron por la puerta trasera y los atendió un funcionario urgido de deshacerse de ellos y de que la reunión tuviera bajo perfil.
III
¿Sería por eso, en previsión de tan desolador resultado, que no viajaron los gobernadores de Nueva Esparta, Carabobo y Miranda y otros Alcaldes? Posiblemente prefirieron no retratarse en grupo. Pero lo que importa destacar es que esa actitud no da dividendos y revierte negativamente. Desnacionalizar la política en vez de nacionalizarla constituye un craso error. La oposición no entiende que hay que hacer política dentro del país y en torno a los problemas de los ciudadanos. Al venezolano le choca esa tendencia a ventilar en instancias foráneas lo que sucede entre nosotros. Siempre ha sido celoso del fuero nacional.
IV
La oposición venezolana de ahora busca trasnacionalizar su política; ventilarla en otras latitudes. Pero esa no fue la tónica de la oposición en el pasado.
Ejemplo: durante la IV República los abusos del poder, torturas, fusilamientos, violación de la inmunidad parlamentaria, censura y ataque sistemático a los medios, institucionalización de la instancia militar para juzgar civiles; los centenares de desaparecidos, la crónica suspensión de las garantías constitucionales, las masacres de Cantaura, Yumare, El Amparo y otras, los reiterados fraudes electorales, fueron hechos que la oposición de entonces jamás planteó en organismos internacionales. Los familiares de Fabricio Ojeda, Alberto Lovera, Jorge Rodriguez, los hermanos Pasquier, Chema Saher, Soto Rojas y miles más, no fueron a la OEA a denunciar su muerte atroz. Tampoco se recurrió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para solicitar una investigación del sórdido mundo concentracionario de los Teatros de Operaciones (TO), del inhumano penal de Isla de Tacarigua, o los asaltos y clausuras de numerosos medios de comunicación. Por una parte porque esas instancias eran cuestionadas; pero, sobre todo, porque la política y sus consecuencias se asumían en la batalla que se daba en el país.
Claro, era otro tipo de oposición. Con sentido ético. Con dignidad y respeto al gentilicio patrio. En síntesis, una oposición soberana y no dependiente. Nada de tristes tigres.
LABERINTO
Bases militares y cinismo
se dan la mano, en la élite dirigente colombiana, la capacidad para montar provocaciones y la retórica para confundir. Ejemplo: el canciller del vecino país, Jaime Bermúdez, dice, a la hora de justificar lo injustificable -la instalación de numerosas bases de EEUU en territorio colombiano-, que Venezuela fue visitada por un buque de la Armada rusa, que el país compra equipos militares a China y tiene estrecha relación con Irán. Así elude Bermúdez que Colombia es, en el mundo, el país con más bases militares norteamericanas, con soldados, operadores y contratistas gringos. Ahora bien, el gobierno de Uribe tiene excelentes relaciones con Rusia -su vicepresidente Santos viajó hace poco a esa nación- y le compra armas.
También a China. Y desconozco que tenga problemas con Irán. Pero siempre están las palabras que enmascaran, empleadas con el deliberado propósito de engañar...
Igual pasa
con el cuento -ya no chino sino sueco- de los cohetes. Cierto que Venezuela adquirió, durante gobiernos anteriores al de Chávez, ese tipo de equipo, ¿pero acaso son los mismos que supuestamente halló el Ejército colombiano en un campamento de las Farc? Años atrás hubo la misma acusación con unos fusiles y luego se demostró la falsedad. Con los campamentos de las Farc en suelo venezolano sucede igual: sólo denuncias sin sustento destinadas a provocar escándalos mediáticos y nunca se presenta la prueba que Venezuela reclama...
Con la droga otro tanto.
Colombia es el mayor productor y exportador de cocaína del mundo, y en el gobierno de Uribe el negocio se disparó. Más el ataque recae sobre Venezuela, víctima directa del fenómeno que se origina del otro lado de la frontera. En síntesis: Colombia genera delito al por mayor: droga, sicariato, paramilitarismo, contrabando, violencia, pero el culpable es Venezuela. Lo cual es consecuencia de la letal campaña promovida por una oligarquía hábil y, al mismo tiempo, carente de escrúpulos. Que, a lo largo de la historia, descarga sobre Venezuela la responsabilidad de los terribles actos cometidas desde el poder que implacablemente ejerce para desgracia del pueblo colombiano...
La multiplicación
de Bases militares de EE.UU.
coloca a Colombia en la humillante condición de satélite del imperio. Lo cual traerá, sin duda, desestabilización en la región y presagia impredecibles desarrollos. El choque sin atenuantes ya está planteado con Venezuela y Ecuador.
¿Qué dirá Brasil? Las Bases gringas en Colombia son un golpe artero a su iniciativa del proyecto militar de Unasur...
¿Qué participación
tienen algunos frustrados perros de la guerra suecos en la posición adoptada por el gobierno de Suecia en el caso de los cohetes?...
Como ave de rapiña
se pasea por Latinoamérica el ultraderechista, racista y corrupto Canciller de Israel, Avigdor Lieberman -sórdido político isrraelita-, difundiendo el mensaje antichavista. Buen aliado halló el antichavismo criollo e internacional...
El grado
de inteligencia de la oposición venezolana se mide por los ataques rastreros y torpes contra la Fuerza Armada Bolivariana. Le gusta la hondureña.
jvrangelv@yahoo.es
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