La crisis de la llamada izquierda mexicana
Por: Gabriela Guerra Rey
(PL) La crisis de la llamada izquierda mexicana fue punto álgido en el Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrático (PRD) que concluyó hoy en Morelia, capital del estado de Michoacán.
Dos corrientes contrapuestas dentro de la militancia llevaron a un proceso de desorganización que permitió contradicciones insuperables dentro de sus filas y dio paso a los malos resultados obtenidos durante las elecciones legislativas del pasado 5 de julio.
Por un lado está la Izquierda Unida, más cercana al ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, y por el otro, Nueva Izquierda, encabezada por el actual dirigente, Jesús Ortega, al cual le piden la renuncia.
Por ello hoy el partido, con vistas al congreso nacional en diciembre de 2009, enfrenta un proceso de reforma y refundación.
El ex presidente del PRD, que responde a la Nueva Izquierda, Guadalupe Acosta Naranjo, consideró que estas divisiones internas son las causantes de las dificultades del partido del Sol Azteca para atraer la simpatía de la mayoría de la gente.
En declaraciones a Prensa Latina, destacó que deben revisarse ellos mismos a fondo, pues existen muchos vicios que se combaten hacia fuera pero internamente los reproducen.
A esto se suma la escasa supervisión sobre la actuación de nuestros gobiernos para que apliquen bien los programas, destacó.
Sin embargo, un punto grave y en el que coinciden ambas fracciones, es la poca formación y discusión política e ideológica. El trabajo hacia los cuadros militantes es nulo y hay minima vinculación con los movimientos sociales, agregó.
Aunque los discursos de las partes son muy similares, internamente no logran ponerse de acuerdo.
Mientras más pleitos tengamos menos confianza habrá de la gente en nosotros, indicó Naranjo.
En su opinión, al reunirse el congreso en diciembre, deben participar también otras organizaciones, intelectuales y dirigentes de movimientos sociales, para que entre todos los que quieren ver renacer a la izquierda mexicana, encontrar una salida a la crisis, que ya lleva una década, mientras el PRD cumplió ya 20 años de fundado.
El ex presidente cree que hay que tener políticas que atraigan a la gente, no solo a los seguidores, y evitar la confrontación directa con el gobierno de Felipe Calderón, pues necesitan dialogar con ellos para salir adelante.
Pero los de Izquierda Unida consideran que no debe haber alianza con sectores que nos responden a las bases programáticas del PRD.
Hemos decidido darnos un espacio de aquí al congreso para reconocer nuestros errores, los del partido y los de nuestra corriente, destacó Naranjo a esta agencia.
En representación de la otra corriente, (que defiende la estancia de Obrador en el partido y exige la renuncia de su presidente, Jesús Ortega, por el mal trabajo avalado con los penosos resultados electorales), el diputado Agustín Guerrero habló también en exclusiva a Prensa Latina.
La refundación del partido pasa por dos elementos centrales, en primer lugar recuperar las causas de la izquierda de manera programática y en la línea política, pues el PRD ha vivido un proceso de burocratización reflejado en un alejamiento de los movimientos sociales y populares y de las causas de la sociedad, señaló.
A su consideración, el partido representa en el discurso y en el papel esas causas pero no en la realidad, debido a que las diversas corrientes han puesto por delante sus intereses en el reparto de cargos de dirección y de representación popular, que no siempre responden a lo que la gente espera.
Tenemos que recuperar la esencia del partido y sus principios, y actuar con ética. Una izquierda que pierde la ética deja de ser una opción de organización y representación social, dijo Guerrero.
El otro elemento central para la refundación, refirió, es la necesidad de que participe la base del PRD en el congreso, a través de foros y espacios en cada uno de los 32 estados, donde las diferentes propuestas de futuro sean analizados por el conjunto.
No puede ser un congreso entre cuatro paredes solo con los dirigentes, eso esta condenado al fracaso, aseveró.
Hemos hecho en otras ocasiones supuestos encuentros similares y la cosa va cada vez peor porque ha faltado la gente, por ello no basta tener una comisión equilibrada de calidad, sino la opinión de la base del partido, de los militantes, de los que hacen el trabajo político en sus comunidades, acotó.
Al referirse a la necesidad obligada de buscar un mejor funcionamiento para las próximas elecciones presidenciales, a celebrarse dentro de tres años, Guerrero aseguró que el tema fundamental es que haya voluntad y compromiso de todos los miembros.
Para ir a una revaloración y una reforma de fondo, estamos obligados a hacerlo, sino tenemos que olvidarnos desde el 2009 de lo que traerá el 2012, concluyó.
rc/ggr
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