“Mi obispo más se parece a un coronel que a un pastor”
Por:Jean-Guy Allard
El cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, ya denunciado por haber recibido un salario mensual de 5 000 dólares mensuales del gobierno hondureño anterior al de Manuel Zelaya, se distinguía en los años 80 como colaborador activo de los militares que hacían reinar el terror en esta nación centroamericana.
Lo revela un articulo publicado el 21 de enero de este año en el rotativo Tiempo donde se reseña declaraciones del sacerdote hondureño Fausto Milla, cura de la parroquia de Corquín, departamento de Lempira, forzado a exilarse a México por las amenazas de muerte recibidas de los militares de la IV Región del Ejercito nacional.
“Me voy no porque yo quiera, declaró Milla a la prensa minutos antes de su salida del país desde el aeropuerto de la capital, sino que me veo obligado. Quiero seguir haciendo algo por mi país, por el pueblo hondureño, por mi propio diócesis…”
“Nunca hubiera querido salir de esta forma, nunca por amenazas y encañonamientos militares de quien se han aliado con un ejercito asesino que que en 1969 nos invadió…”
Después de relatar los abusos cometidos en su contra por los militares, incluso un intento de secuestro del cual escapó por milagro, el humilde sacerdote contó como denuncias hechas por la iglesia de Copán a favor de los derechos humanos de los refugiados salvadoreños, víctimas de la guerra en su país, habían provocado la ira del ejército “y por ello el hostigamiento en contra de los sacerdotes de la región”.
Milla denunció entonces a Óscar Andrés Rodríguez obipso del diócesis de Coplán, por ser “cómplice de todo lo que los militares nos hacen”.
“Mi obispo más se parece a un coronel sin charratera que a un pastor”, dijo.
Diciéndose decepcionado “de quienes debieron brindarme protección y amparo pero que con su actitud parecen revelar una alianza con quienes nos persiguen”, el cura Milla manifestó que “el consejo presbiteral de Santa Rosa de Copán había sido “desbaratado por el nuevo obispo” Rodríguez que luego pasara a ser Cardenal de Tegucigalpa.
“Lo que uno no se explica, continúo, es que nuestros jerarcas superiores que firmaron documentos como el de Puebla, vengan a ponerse al lado de quienes ese documento de la iglesia condena por ser los interesados en mantener el régimen de seguridad nacional que significa inseguridad para toda la población y solo seguridad para los dineros que ellos acumulan”.
Según documentos publicados el 8 de julio último por el sitio web Cubadebate, el ex presidente Carlos Flores pagó al cardenal Rodríguez Maradiaga a partir del mes de diciembre de 2001 un sueldo de 100 000 lempiras mensuales (5 300 dólares) del presupuesto de la Presidencia de la República.
“Quizás en el hecho de que el Cardenal dejó recibir esa fortuna se pueda explicar su complicidad con el golpe de Estado, que comenzó antes del nefasto 28 de junio” comentaba la nota que acompañó la publicación de los documentos.
El Cardenal, uno de los más ruidosos cómplices del criminal golpe des estado, opinó, en un comunicado publicado por el diario El País, el 4 de julio que el secuestro y la expulsión de su país del Presidente constitucional Manuel Zelaya, servirá “para edificar y emprender un nuevo camino, una nueva Honduras (…) es un nuevo punto de partida para el diálogo, el consenso y la reconciliación”.
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