Especulación empresarial convierte a Caracas en la ciudad más cara de Latinoamérica
Sobrepoblación y consumismo elevan costos
Prensa web YVKE, ABN
Alfonso Álvarez fundador de la Asociación Bolivariana de Economía Socialista (Abes), sostiene que el hecho de que Caracas sea la capital financiera del país y que además sea el lugar donde se concentra el capital financiero, trae como consecuencia que los precios sean los más altos de todo el país.
Caracas es considerada actualmente la ciudad más cara de Latinoamérica, como consecuencia de prácticas especulativas, promovidas por empresarios y comerciantes, que generan distorsiones en el mercado. Según un estudio del Economist Intelligence Unit, del grupo editor de la revista The Economist, publicado la semana pasada, la capital venezolana es la más costosa para vivir de América Latina, ubicándose en el puesto 15 por encima de ciudades de la región como Sao Paulo, Bogotá y Buenos Aires.
Los oferentes se aprovechan de aspectos ocasionados por la realidad de la urbe para aplicar medidas características de la cultura capitalista, como la especulación, práctica que consiste en elevar los precios de los bienes y servicios con la finalidad de obtener mayores ganancias.
Sobre este fenómeno, el economista venezolano, Alfonso Álvarez, declaró a la Agencia Bolivariana de Noticias (ABN) que los precios en Caracas son los más altos de Latinoamerica debido a diversas circunstancias como la sobrepoblación, la concentración de capitales y la cultura del consumismo, factores que propician la especulación en los precios de bienes y servicios.
“En el Área Metropolitana de Caracas hay aproximadamente 6 millones de habitantes, esto hace que Caracas sea la ciudad más poblada por metro cuadrado, es decir, hay una sobrepoblación”, explicó Álvarez, quien es miembro fundador de la Asociación Bolivariana de Economía Socialista (Abes).
En este sentido, explicó que esta característica de la ciudad incide, por ejemplo, en que debido al nivel de demanda tanto los precios de las viviendas como de los alquileres sean aumentados desproporcionadamente sin ningún tipo de restricciones.
Asimismo, Álvarez sostiene que el hecho de que Caracas sea la capital financiera del país y que además sea el lugar donde se concentra el capital financiero, trae como consecuencia que los precios sean los más altos de todo el país.
“Por ejemplo, no es lo mismo comerse un almuerzo en Caracas que en Canaima, los precios son muy distintos y eso se da porque la especulación en la capital es muy alta y se relaciona además con los altos ingresos de las personas”, acotó.
El economista indicó que este tipo de distorsiones también se generan en el sector de alimentos, donde los comerciantes -con el propósito de encarecer el producto para obtener mayores ganancias- sobre la base de algún alimento regulado, inventan por ejemplo, un alimento saborizado.
Un ejemplo de esto, apuntó, es el caso del arroz blanco, rubro que es vendido también en distintas presentaciones con precios que en algunos casos doblan el precio regulado. También ocurre con las carnes rojas y blancas, que son vendidas en muchas carnicerías o comercios con algún tipo de previa preparación o aliñados y que son dispensadas a precios bastante altos.
“Los comerciantes generan distorsiones para lograr ganancias, eso se ve por ejemplo en la existencia de productos saborizados o preparados. Vemos como un pollo normal, lo deshuesan, le colocan aliños, lo empaquetan y le ponen un precio que a veces dobla el precio regulado, entonces las personas lo compran y caen en la trampa”, señaló.
Al respecto, comentó Álvarez que muchas veces estos “productos de lujo”, son comprados por las personas sin mayor queja, porque el salario mínimo nacional y los demás ingresos de los trabajadores venezolanos son también los más altos de la región.
Entre tanto, Álvarez sostuvo que es necesario que organismos como el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (Indepabis) en conjunto con los usuarios y usuarias comiencen a desmontar la cultura del consumismo y del modelo capitalista.
Sobre este punto, agregó Álvarez que los usuarios cuando van al Mercal o van al Pdval, van a obtener precios totalmente distintos a los encontrados en los supermercados, pues los precios en estos establecimientos, están dentro de lo establecido y van conforme a la canasta básica de alimentos.
“Los usuarios y usuarias tienen que entender que vamos hacia el establecimiento del socialismo del siglo XXI, pero todavía vivimos en un sistema capitalista, por tal razón, todos debemos comenzar por ejemplo, a comprar los alimentos en los mercales y pdvales, y dejar de visitar de manera regular las grandes cadenas de supermercados que a través de la venta de productos retocados, generan mayor inflación, colocando bienes y servicios de lujo que son de la cesta básica pero que al ser alterados terminan siendo comprados por los usuarios”, dijo.
De igual forma, declaró que, con respecto al sector de viviendas, tienen que ser los usuarios y usuarias los que promuevan la equidad de los precios en las distintas entidades del país, pues no es concebible encontrar apartamentos de 60 metros cuadrados en Caracas que cuestan más de 400 millones de bolívares, mientras en otro lugar del país, el mismo apartamento cueste la mitad.
También recalcó que una forma de luchar contra la cultura del capital es asistir al sistema de salud que impulsa el Gobierno Nacional, como los Barrio Adentro, los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) y demás servicios hospitalarios que pertenecen a la red de salud nacional.
Álvarez expresó que otra maniobra de los empresarios que encarece no sólo la vida caraqueña sino la de todo el país, es la especulación en los precios de los vehículos.
“Vemos como hay carros que aparecen en venta según el precio regulado, que valen entre 30 y 50 millones cuando están en las puertas de los concesionarios, pero ese no es el precio real a la venta, pues en ese mismo concesionario se generan unos movimientos inflacionarios como la venta y recompra entre los mismos concesionarios, que hacen encarecer los precios de los vehículos”, apuntó.
Además, añadió Álvarez, que los concesionarios buscan planes de venta como rifas, sistemas de compra programada e incluso la venta por internet, que provocan un encarecimiento del bien y asimismo, hace que aumente la tasa de inflación.
“Los usuarios y usuarias deben educarse para evitar caer en esas trampas de los seudoempresarios y de la burguesía parasitaria que hacen que aumente la especulación y con ello que los precios de todos los bienes y servicios aumenten”, remarcó Álvarez.
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