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30 julio 2009

El eslabón más débil

El eslabón más débil
Por: Alberto Pinzón Sánchez


Los eslabones débiles de la cadena imperialista que se están resquebrajando en Nuestra America. El colapso del stalinismo soviético y el “fondo de saco ciego” en donde este metió a la teoría universal del marxismo revolucionario, también alcanzó a arrastrar consigo en su caída, parte del instrumental teórico que Lenin en medio de la lucha de clases había lúcidamente entregado a la clase obrera mundial.

La irrestricta solidaridad con la revolución bolchevique y la lucha prioritaria (por lo demás justificada) contra el extremo izquierdismo trotskista, ocultó a la mayoría de la intelectualidad marxista del mundo, la lucha por desenmascarar la corriente contraria derechista y mecanicista del stalinismo, que bajo el juramento de fidelidad al leninismo y la utilización religiosa de la figura de Lenin, justificó su praxis, (no solo ajena sino contraria al marxismo) del culto a la personalidad del secretario general y su dictadura personal, impuesta brutalmente bajo el indefinido concepto de “la dictadura del proletariado”. Es más, fueron muchos quienes la razonaron in extenso.

Este vacío ideológico y politico fue hábilmente aprovechado por la reacción imperialista, para lanzar su ofensiva ideológica sobre el “Fin de la Historia”; la caducidad de la concepción leninista del Imperialismo y del utilísimo concepto del “eslabón más débil de la cadena imperialista”, con el cual Lenin analizó el contradictorio y desigual desarrollo de la realidad rusa de su época, e implementó la victoriosa estrategia bolchevique de la lucha de clases y sus alianzas, hasta derrocar la autocracia Zarista.

Muy pocos fueron los que conservaron y desarrollaron en su cotidiana praxis política de la lucha de clases, las probadas enseñazas de Lenin, y lograron separar al marxismo revolucionario de la catastrófica concepción “comunista” del stalinismo. La re-comprobada concepción leninista de la “cadena imperialita y su eslabón mas débil”, fue ignorada, ocultada o simplemente reemplazada por la desarmada teoría de Kautsky del “supra-imperialismo”, hasta convertirlo actualmente en un fofo e impreciso “Imperio” sin fronteras, que angustia y oprime (no explota) a una abstracta muchedumbre de inmigrantes.

No es el momento para discutir sobre el desenvolvimiento y el resultado posterior de las revoluciones china, vietnamita, cubana, o nicaragüense (para mencionar algunos casos ejemplares), sino los complejos análisis clasistas del “nudo” o bloque de clases dominante y hegemónico, y las alianzas que debieron efectuar las clases explotadas para triunfar, realizados en sus momentos de coyuntura en cada uno de sus paises por los revolucionarios chinos, vietnamitas, cubanos o nicaragüenses, y su asimilación en cada coyuntura específica al “eslabón más débiles de la cadena imperialista”, hasta infringir derrotas severas a la cadena imperialista. Me interesa recalcar, cómo el concepto leninista funcionó acertadamente en la praxis hasta el triunfo unitario del las clases explotadas y dominadas.

La actual crisis global del Imperialismo al igual que la crisis de 1929 no va a llevar a un final mecánico o “derrumbe necesario del capitalismo en descomposición”, como lo profetizaban en aquellas fechas los mecanicistas y economicistas que incluso llegaron a firmar pactos de beneficio mutuo con los nazis. Hoy como ayer el Imperialismo seguirá dando muestras de porqué es dominante y hegemónico, encontrando salidas coyunturales a la crisis estructural y descargando todo el peso de esta, en los hombros de los trabajadores. Sin embargo y a pesar del reflujo en la lucha de clases que impuso después de la 2ª guerra mundial el Neo-liberalismo Global a los trabajadores del mundo; las cosas no van a continuar siendo las mismas que hasta ahora. La hegemonía que traía el Imperialismo norteamericano está en crisis evidente. Hay un grupo grande de paises grandes, que han entrado en la escena de la competencia económica y se vislumbran enconados desplazamientos. Hay conmociones, movimientos y reacomodos. Debe haberlos pues la lucha de clases a pesar de su ocultamiento sigue su curso histórico inexorable.

En Nuestra América o “patio trasero” de los Estados Unidos, en donde han sido muchas y muy dolorosas y sangrientas las intervenciones Imperiales (especialmente después de la crisis del 29), hay una efervescencia premonitoria que se está reflejando en la “inutilidad de su ministerio de colonias”, la OEA. Sin embargo, aún no hemos podido ponernos de acuerdo, en cual es el “eslabón más débil de la cadena imperialista” en esta coyuntura larga.

Los marxistas de todas las tendencias y concepciones, afortunadamente opinan diferente y practican diferente. Pero la realidad aún no ha dictaminado. Entonces se preguntan: ¿Es Bolivia, o Venezuela, o Ecuador? ¿O será por ventura Colombia el eslabón más débil por donde se rompa una vez más la cadena imperialista en nuestro continente? ¿O es toda la llamada Región andino-amazónica? O pude ser Centroamérica con la chispa encendida en Honduras?

El resultado final está por verse y depende de la praxis lúcida en la lucha de clases y las alianzas de quienes se reclaman marxistas revolucionarios. Lo que si está claro desde ya, es que los movimientos erráticos que actualmente realiza el Pentágono en su patio trasero con el fin de conservar la cadena de bases militares y garantizar su hegemonía y dominio geo-estratégico en el continente, han dejado al descubierto que son VARIOS Y SIMULTÁNEOS los eslabones débiles de la cadena imperialista que se están resquebrajando en Nuestra America. Y eso si merece ser analizado de manera global, creo yo.


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