Miércoles, 25 de febrero de 2009
EL SOCIALISMO DE LOS TROTSKISTAS CUBANOS
Por: José Sotomayor
INTRODUCCIÓN
Un grupo de trotskistas y revisionistas, ha planteado la necesidad de instaurar un “socialismo democrático y participativo” en Cuba. Este grupo de aventureros contrarrevolucionarios está capitaneados por Pedro Campos, autor de varios artículos en los que fundamenta las reformas que deben introducirse para hacer realidad tal socialismo salido se su sesera.
Veamos los aspectos principales del “socialismo” que propone este trotskista cubano.
Como todo trotskista, Campos es un furibundo detractor de Stalin y su antistalinismo lo ha llevado a revisar el marxismo y ha proponer un socialismo pequeño burgués que fue rebatido oportunamente por los clásicos del marxismo. Para este antistalinista en la URSS de Lenin y Stalin no hubo socialismo sino un “modelo de Socialismo de Estado neocapitalista” en el que existieron mecanismos aparentemente democráticos para enfrentar el mal endémico de la burocracia, pero el aparato que controlaba el poder real centralizadamente, se las arreglaba para vulnerarlos , como las depuraciones, las “promociones” de sus leales a través de la nomenclatura, la cooptación y la política de cuadros ... hasta que el desastre se hizo inevitable.”
Este es un enfoque típicamente trotskista de lo ocurrido con la Unión Soviética hasta su desaparición. Todo se habría reducido a la degeneración de una burocracia que acabó usurpando el poder .Así de simple fue para Campos un largo proceso de degeneración que comenzó en el XX Congreso del PCUS el año de 1956. En efecto, fue en este Congreso que se aprobó una lìnea política general y un programa típicamente socialdemócratas, renegando de un brillante pasado que culminó con la edificación del socialismo en un país devastado por la primera guerra mundial, y la guerra civil que le impuso la intervención de 14 países enemigos del poder soviético recién surgido.
El “modelo de Socialismo de Estado neocapitalista” no es otra cosa que un invento de Campos. El socialismo, en cualquier país, solo puede ser la fase inicial del modo de producción comunista. Marx le llama etapa de “transformación” del capitalismo en comunismo:
“Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado”.(1)
En la Unión Soviética, desde la toma del Poder por los bolcheviques hasta la muerte de Stalin, el Estado fue una tìpica dictadura del proletariado. Por eso supo defenderse y castigar severamente todo intento de restauración capitalista de los diversos grupos contrarrevolucionarios .Ya Lenin advirtió antes de morir que “nunca se someten los explotadores a la voluntad de la mayoría de los explotados antes de haber puesto a prueba su superioridad en una desesperada batalla final, en una serie de batallas”. Esto es lo que ocurrió precisamente en la Unión Soviética, donde las clases derrocadas se opusieron fieramente a la dictadura del proletariado. Pero esta verdad histórica es ocultada por los reaccionarios de todo pelaje, como Campos, inventor del disparate llamado “socialismo estatal neocapitalista”, en el cual “la democracia directa brillaba por su ausencia”, haciendo referencia a la URSS.
Respondiendo a los tergiversadores del socialismo e inventores de socialismos, Lenin ha dicho que “toda doctrina sobre un socialismo que no es de clase y sobre una política que no es de clase se acredita como un simple absurdo”. Solo la clase obrera políticamente organizada puede conducir a la sociedad al verdadero socialismo, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura del proletariado. Ahora bien, es preciso tener presente que esta dictadura es la continuación de lucha de clases en otras condiciones. En efecto, esa lucha se desarrolla después del triunfo del proletariado sobre la burguesía, clase explotadora que no se conforma con su derrota y pugna por reconquistar el poder.
“La dictadura del proletariado – dice Lenin- es una lucha tenaz cruenta e incruenta, violenta y pacifica, militar y económica, pedagógica y administrativa, contra las fuerzas y las tradiciones de la vieja sociedad. La fuerza de la costumbre de millones y decenas de millones, es la fuerza mas terrible. Sin un partido férreo y templado en la lucha, sin un partido que goce de la confianza de todo lo que haya de honrado dentro de la clase, sin un partido que sepa pulsar el estado de espíritu de las masas e influir sobre el es imposible llevar a cabo con éxito esta lucha”. (2)
La pregunta que surge de esta advertencia es concreta: ¿puede, en tal situación, existir un “socialismo democrático y participativo”, como lo exigen todos los epígonos de la burguesía? Es imposible, a causa de la resistencia de las clases explotadoras que se ha intensificad y pugnan por reconquistar el poder. Sin embargo, como dice el mismo Lenin:
“La democracia del proletariado es un millón de veces más democrática que cualquier democracia burguesa. El poder soviético es un millón de veces más democrático que la más democrática de las repúblicas burguesas” (3)
No es difícil constatar que la democracia burguesa es la democracia de los ricos, de los explotadores que siempre han constituido una minoría de la población; en cambio la democracia socialista es la democracia de la inmensa mayoría que bajo la dirección del proletariado, única clase realmente revolucionaria, se propone poner fin a la explotación del hombre por el hombre.Una democracia “participativa”, para explotados y explotadores, solo puede existir en la imaginación de gentes como el trotskista Campos.
II
Según Campos al “socialismo estatal”, hay que oponerle un “socialismo” que se sustente “en la propiedad directa o usufructuaria de los colectivos de los trabajadores sobre los medios de producción compartida o no con el Estado”. Y agrega “De manera que pudiera afirmarse que el cooperativismo, la autogestión es la manera del control obrero”.
Esta es una vieja tesis del anarcosindicalismo refutada por los clásicos del marxismo leninismo y la misma experiencia histórica. En polémica con la “oposición obrera”, defensora de la “propiedad directa” de los colectivos laborales sobre los medios de producción, Lenin se encargó de sepultar este aborto teórico de Trotsky y Bujarin, por constituir “una ruptura completa con el marxismo y el comunismo así como con la suma de la experiencia práctica de todas las revoluciones semiproletarias y de la actual revolución proletaria”.(4)
El fondo y la esencia de toda la teorizaciòn sobre “la propiedad directa de los colectivos laborales”es la negación del rol de dirección del Estado de dictadura del proletariado en la construcción del socialismo. En oposición abierta y radical a esta “propiedad directa de los trabajadores” Marx y Engels en el Manifiesto Comunista afirman que “ el proletariado se valdrá de su dominación política para ir arrancando gradualmente a la burguesía todo el capital , PARA CENTRALIZAR TODOS LOS INSTRUMENTOS DE PRODUCCIÓN EN MANOS DEL ESTADO, ES DECIR , DEL PROLETARIADO COMO CLASE DOMINANTE” ( 5)
Es cierto que Lenin diò gran importancia a las cooperativas en el socialismo, en una etapa especial del Poder soviético. Dijo al respecto:
“Bajo nuestro régimen actual, las empresas cooperativas se diferencian de las empresas capitalistas privadas por ser empresas colectivas, pero no se diferencian de las empresas socialistas, siempre y cuando que se basen en una tierra y empleen unos medios de producción pertenecientes al Estado, es decir a la clase obrera”. (6)
Esto quiere decir que es ridículo pretender que Lenin haya propugnado alguna vez un socialismo basado en la propiedad directa de los medios de producción por los trabajadores. Las cooperativas en el socialismo se diferencian de las cooperativas en el capitalismo, por una cuestión fundamental: los medios de producción PERTENECEN AL ESTADO que es una dictadura del proletariado. Este es el caso típico de los “koljoses” o cooperativas agrarias.No hay, pues, tal propiedad directa de los productores en el socialismo en la forma que propugna Campos, pretendiendo apoyarse en Lenin, quien se refirió a las utopías de los viejos cooperativistas en los siguientes términos:
“¿En qué consiste el carácter fantástico de los planes de los viejos cooperativistas, comenzando por Roberto Owen? En que soñaban con la transformación pacífica de la sociedad de entonces mediante el socialismo, sin tener en cuenta cuestiones tan fundamentales como la lucha de clases, la conquista del poder político por la clase obrera, el derrocamiento de la dominación de las clases explotadoras. Y POR ESO, TENEMOS RAZON AL CONSIDERAR ESE SOCIALISMO COOPERTIVISTA COMO UNA PURA FANTASIA, algo romántico y hasta trivial por sus sueños de transformar, MEDIANTE EL SIMPLE AGRUPAMIENTO DE LA SOCIEDAD EN COOPERATIVAS, A LOS ENEMIGOS DE CLASE EN COLABORADORES DE CLASE , Y LA GUERRA DE CLASE EN PAZ DE CLASE (LA LLAMADA PAZ CIVIL)”. (7)
En polémica frontal contra los representantes de la “oposición obrera” defensora de la “propiedad directa de los productores”, Lenin señaló que el concepto de “productor” engloba al proletario con el semiproletario y con el pequeño productor de mercancías, apartándose así, radicalmente, del concepto fundamental de la lucha de clases y de la exigencia básica de diferenciar con precisión las clases. El socialismo cooperativista propuesto como alternativa al denominado “socialismo de Estado”, fue puesto en práctica en la Yugoeslavia de Tito, con los resultados que son bien conocidos. Campos no propone nada nuevo, todo lo contrario, pretende dar vida a un cadáver enterrado junto con el país que lo puso en práctica y que ha desaparecido, víctima del revisionismo titoista. Nos referimos a la cacareada “autogestión”, como forma “superior” de propiedad socialista, la misma que se resume en los siguientes puntos:
La propiedad de grupos particulares, en vez de la propiedad social de los medios de producción;
1. La distribución de la producción según las ganancias de cada empresa o hacienda, en vez de hacerlo según el trabajo;
2. La producción que tiene por fin las ganancias y el enriquecimiento de personas particulares, en lugar de la producción para satisfacer las necesidades del pueblo trabajador que sigue explotado;
3. El desarrollo no planificado de la economía y su descentralización, la competencia, la anarquía y la espontaneidad, el libre juego de los precios y la libre acción de la ley del valor. Desconocimiento o rechazo de la planificación y programación en escala de todo el país.
Estas particularidades que son propias de toda “autogestión “y propiedad “directa de los productores”, son una variante del capitalismo de Estado del que nunca pudo salir Yugoeslavia, degenerando finalmente en un país capitalista ordinario. Sin embargo, Tito y comparsa presentaron su “autogestión obrera” como un ejemplo de una “democracia económica directa” que pone al hombre “en el centro de la atención, que va hacia la conquista de las formas más altas de la libertad humana, hacia el desarrollo hasta el fin del humanismo y del enriquecimiento de la personalidad del hombre”.
La vida se encargó de hacer un cruel desmentido de estas especulaciones del titoismo, una variante del trotskismo. En efecto, la cacareada “autogestión de los productores” es una nueva edición de tesis defendidas en el pasado por revisionistas y renegados conocidos como Kautsky, Trotsky y Bujarin. Para el primero el socialismo “es una organización democrática de la vida económica”. Trotsky y Bujarin fueron los representantes de la teoría de la “democracia de la producción” y la “democracia obrera”. Todas estas teorías fueron oportunamente rechazadas y combatidas por Lenin, por considerarlas “una gran desviación de los principios básicos del poder soviético”.
La tristemente célebre Perestroika de los revisionistas soviéticos fue inventada para restaurar el capitalismo en la URSS. El grupo de renegados que encabezó Gorbachov impulsó sus reformas partiendo de una tesis copiada del titoismo: “el socialismo estatal es un obstáculo para el progreso y debe ser reemplazado por el socialismo autogestionario”.
Lo que, en realidad, persigue este “socialismo” es apartar al Estado socialista (dictadura del proletariado) de la edificación del socialismo y abrir las puertas a la restauración total del capitalismo. La triple A del revisionismo gorbachiano: autogestión, autofinanciación y autonomía, que en su conjunto representaron la esencia de la perestroika, sirvieron para poner fin al socialismo en la URSS.
Primero en Yugoslavia y después en la URSS se pusieron en práctica las tesis defendidas por Pedro Campos Santos, y en los dos casos condujeron a la restauración del capitalismo.Es claro que con su aplicación en Cuba, desaparecería todo vestigio de socialismo si es que aún queda.
III
La construcción del socialismo en la URSS es objeto de críticas enconadas por reaccionarios, revisionistas de diverso pelaje y en forma especial por los discípulos de Trotski. Todos ellos centran sus rabiosos ataques en la persona de Stalin, elegido Secretario General del Partido Comunista bolchevique en vida y presencia de Lenin. No es difícil conocer el arduo camino seguido por los comunistas soviéticos en la edificación del socialismo, y arrojar por la borda todas las mentiras y falsificaciones que, sobre este tema, propalan el imperialismo internacional y todos los anticomunistas. Del conocimiento y estudio de la copiosa literatura seria, escrita sobre esta cuestión, se desprende que los anticomunistas falsifican burdamente la verdadera historia de la URSS, desde la Gran Revolución de Octubre hasta su desaparición por obra del revisionismo contrarrevolucionario.
Después del fallecimiento de Lenin, revisionistas de distinto matiz se lanzaron al ataque frontal contra el Partido bolchevique y su programa de edificación del socialismo. Trotski, Zinoviev, Kamenev, Bujarin, Tomski y otros revisionistas cerraron filas y se lanzaron contra el núcleo dirigente del Partido bolchevique encabezado por Stalin. Se produjo una situación extremadamente grave en el seno del Partido y del gobierno, poniendo en peligro las conquistas logradas por la Gran Revolución de Octubre.La lucha intestina que surgió por la actividad del grupo de estos renegados les pudo abrir el camino para tomar el poder del Partido y del Estado, aprovechando la muerte de Lenin. Pero se equivocaron cruelmente porque los auténticos bolcheviques se reagruparon rápidamente y les dieron una merecida respuesta.
Casi inmediatamente después de la muerte de Lenin apareció el libro de Trotski “Las enseñanzas de Octubre” que falsifica burdamente el leninismo, presentándolo como un “trotskismo rearmado”. Le tocó a Stalin hacer añicos este libelo con la publicación el año de 1924 de sus obras “Los Fundamentos del Leninismo”, “¿Trotskismo o Leninismo?”, La Revolución de Octubre y la Táctica de los Comunistas Rusos” y otros. Después de pulverizar las absurdas tesis sobre “la revolución permanente” y la “imposibilidad de construir el socialismo en un solo país”, Stalin señaló tres particularidades del trotskismo.
“Primera .- El trotskismo es la teoría de la revolución permanente (interrumpida). Y ¿qué es la revolución permanente, tal como la entiende Trotski? Es la revolución haciendo caso omiso de los campesinos pobres como fuerza revolucionaria. La “revolución permanente” de Trotski es, como dice Lenin, “saltar” por encima del movimiento campesino, “jugar a la toma del “Poder”.
Segunda.- El trotskismo es la desconfianza, hacia la cohesión monolítica del Partido, hacia su hostilidad a los elementos oportunistas. El trotskismo en materia de organización es la teoría de la convivencia de los revolucionarios y los oportunistas, de sus grupos y grupitos en el seno de un mismo partido”.
Tercera. El trotskismo es la desconfianza en los jefes del bolchevismo, un intento de desacreditarlos, de difamarlos. No conozco ni una tendencia en el Partido que pueda compararse con el trotskismo en cuanto a la difamación de los líderes del leninismo o de las instituciones centrales del Partido”. (8)
Otra particularidad de la teoría de la “revolución permanente” de Trotsky, señalada por Stalin, es la negación de la victoria de la revolución proletaria en un solo país, sin el apoyo estatal directo del proletariado europeo, es decir, “mientras el proletariado europeo no conquiste el Poder”. La historia se encargó de poner en ridículo esta especulación de Trotsky con el triunfo de la construcción del socialismo en la URSS y su victoria de trascendencia universal en la Segunda Guerra Mundial. Pero para lograr esos triunfos el Partido de Lenin y Stalin tuvo que infringir una derrota demoledora a la oposición de trotskistas, bujarinistas y demás revisionistas, oportunistas de derecha y de “izquierda” que llegaron a ocupar cargos claves en la dirección del Partido y del Estado. Trotsky estuvo al frente del Ejército Rojo hasta 1925, Zinoviev ocupaba la jefatura del Partido en Leningrado y estaba a la cabeza de la delegación soviética en la Internacional Comunista, Kamenev era Presidente del Buró Político del Comité Central del Partido, Rikov era Presidente del Consejo de Comisarios de la URSS, Tomski dirigía los sindicatos soviéticos y Bujarin era director de Pravda. A estos hay que agregar todos los que metieron, estos líderes de la Oposición, en los medios de prensa y otras instituciones del Estado, poniendo en peligro la existencia misma de la dictadura del proletariado nacida en la Revolución de Octubre.
En situación tan grave, los revolucionarios profesionales, bolcheviques experimentados, con Stalin a la cabeza , dieron una respuesta contundente a esos advenedizos, emigrados que no hicieron ningún aporte en la difícil tarea de organizar el Partido de la clase obrera y dirigir sus luchas durante los largos años de opresión de la monarquía zarista.Fue después de la derrota ideológica y política del trotskismo que los bolcheviques tuvieron que enfrentar la seria amenaza de una desviación de derecha encabezada por Bujarin, teórico de la integración pacifica de la burguesía y el capitalismo en el socialismo y la extinción de la lucha de clases. Partiendo de una errónea y capituladora interpretación de la Nueva Política Económica (NEP), sacó a luz su teoría del “equilibrio de los dos sistemas”, y lanzó su consigna de ¡enriqueceos!, en una “etapa de integración pacífica del socialismo y el capitalismo”. Si acaso esas gentes triunfaban en su lucha contra la dirección del Partido de Lenin, hubiera sido imposible la construcción del socialismo en la URSS.
IV
Con la derrota de la oposición trotskista bujarinista, la edificación del socialismo quedó a salvo de enemigos internos en el seno del Partido y del Estado.El año de 1929, la XVI Conferencia del Partido Comunista (b) de la URSS aprobó el Primer Plan Quinquenal, después de rechazar todas las proposiciones capituladoras.Las grandes tareas que se fijó este Plan se cumplieron en cuatro(4) años. Fue creada la industria pesada, especialmente la construcción de maquinaria sobre la base de una técnica moderna. Haciendo el balance de este plan Stalin dijo:
“El balance del Plan quinquenal ha echado por tierra la tesis de los socialdemócratas de que es imposible construir el socialismo en un solo país. Los resultados del Plan quinquenal han demostrado que es absolutamente posible construir en un solo país la sociedad socialista pues los cimientos económicos de semejante sociedad ya están echados en la URSS”. (9)
Desde entonces, los Planes quinquenales stalinianos se pudieron realizar gracias a la aplicación de una auténtica línea de masas, que desmiente categóricamente la vieja cantaleta del “burocratismo” atribuido a la dictadura el proletariado en la URSS. , especialmente en la etapa staliniana.Fue la movilización de millones de obreros y campesinos la que permitió el cumplimiento adelantado de esos Planes, como dijo Stalin: “La realidad de nuestro programa vivo son los hombres vivos, somos todos nosotros, nuestra voluntad de trabajo, nuestra predisposición para trabajar de forma nueva. Nuestra decisión de ejecutar el plan”. (10)
En efecto, la realización del Plan quinquenal en cuatro años hubiera sido imposible sin una movilización de masas en todo el país con un alto ritmo de desarrollo, especialmente en la industria. El año de 1931, tercer año del Primer Plan quinquenal se construyeron mil (1,000) nuevas empresas y se invirtieron en la industria y la agricultura 17 mil millones de rublos. Comenzó la fabricación en serie de tractores y automóviles. A fines de 1932, el 60% de las explotaciones campesinas correspondían a los koljoses. Al finalizar el Plan se instalaron 2400 empresas, con ramas industriales de gran importancia. Cabe señalar que todo esto ocurría en la URSS mientras la crisis económica hacía estragos en la economía capitalista mundial hundiéndola en la depresión, en tal grado que el año de 1937 solo produjo el 95% del nivel alcanzado en 1929.
Igual que el primer Plan quinquenal, el segundo se cumplió en 4 años. En el primer Plan quinquenal la URSS superó a Francia en el volumen de producción industrial y en el segundo Plan sobrepasó a Inglaterra y Alemania. Es oportuno recordar que el XVI Congreso del PC(b) de la Unión Soviética ha pasado a la historia como “el Congreso de la ofensiva desplegada del socialismo en todo el frente, de la liquidación de los Kulaks, como clase y la realización de la colectivización total”. El año de 1930 pudo constatarse que la producción cerealista de los Koljoses (cooperativas agrarias) daba al Estado más de la mitad de toda la producción de trigo para el mercado. El sector colectivizado de la agricultura abarcaba ya más del 50% de las explotaciones campesinas con más de 36 millones de hectáreas, y el campesinado koljosiano se convirtió en un verdadero puntal del Poder Soviético.
Es necesario recalcar la enorme importancia de los cambios que tuvieron lugar durante los dos primeros Planes quinquenales. La Unión Soviética se convirtió en un poderoso Estado socialista, hizo de la vieja Rusia de mujiks una gran potencia industrializada, que resolvió la tarea histórica más difícil de una revolución proletaria: la colectivización de la agricultura, llevando a millones de campesinos voluntariamente a la senda de la colectivización en granjas colectivas o koljoses. Sin la liquidación de los kulaks como la clase explotadora más numerosa, no hubiera sido posible el triunfo del socialismo ni la consolidación del Poder soviético. Desde el cumplimiento del Primer Plan quinquenal quedó construida una industria pesada moderna, de primera clase, junto a una agricultura colectiva altamente mecanizada. Se puso fin a las crisis y a los paros que son inevitables en el sistema capitalista, y terminaron todas las formas de explotación del hombre por el hombre.
VI
En la construcción victoriosa de la edificación del socialismo en la URSS tuvo una importancia decisiva la derrota ideológica del trotskismo y del oportunismo de derecha, dos tendencias antileninista extremadamente peligrosas. Fue la lucha contra estas dos tendencias oportunistas, que los bolcheviques dirigidos por Stalin defendieron con firmeza y desarrollaron el marxismo leninismo. El triunfo de los planes quinquenales hubiera sido imposible sin este desarrollo creador y sin la aplicación de una auténtica línea de masas. Esta es una verdad incontrovertible que solo los reaccionarios,trotskistas y revisionistas de todo pelaje pretenden negar.El Partido bolchevique sabia que los Estados imperialistas , aprovechando el atraso de la URSS., podían atacarla Por eso la industrialización , comenzando por la industria pesada , debía levantarse con la mayor rapidez. Es oportuno recordar la sabia advertencia que en febrero de 1938 hizo Stalin, sobre el peligro de guerra:
“En realidad sería ridículo y hasta estúpido cerrar los ojos frente al hecho del cerco capitalista, y pensar que nuestros enemigos del exterior, por ejemplo los fascistas, no traten de atacar a la URSS, si les cuadra la ocasión”.(11)
Insistiendo en este peligro dijo:
“Hay que mantener a todo nuestro pueblo en estado de preparación para la movilización frente al peligro de un agresión militar, para que ningún “acontecimiento fortuito”, ninguna maniobra de nuestros enemigos exteriores pueda cogernos desprevenidos”.(12)
Ahora, cuando ha pasado más de medio siglo desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, nadie puede dudar que la responsabilidad por esta guerra y la de 1914, recae sobre el imperialismo internacional en su conjunto. Sin embargo, es un hecho que la segunda contienda fue encendida por los tres países imperialistas más agresivos: Alemania, Italia y el Japón, que sellaron una alianza a la que se plegaron otros países donde se implantaron regímenes fascistas, como la España franquista. Pero ambos bandos imperialista tenían planes para acabar con la Unión Soviética. Esta es la razón por la cual Francia e Inglaterra fueron entregando uno tras otro los países de la Europa central y oriental a la voracidad y el belicismo, especialmente de la Alemania nazi.Resulta indiscutible que la colaboración de las potencias occidentales con la Unión Soviética , hubiera podido poner freno a los planes de dominación mundial del nazi fascismo, pero los apaciguadores franco británicos , con la esperanza de ver destruido al Estado socialista soviético, prefirieron estimular la agresividad nazi orientándola hacia el Este. De nada sirvieron los esfuerzos soviéticos por mantener la paz a base de un tratado con Francia e Ingletrra.Estas potencias imperialistas se negaron a firmar una alianza político militar con la URRS, con la esperanza de que Hitler se decidiera a lanzar todo su poderío militar contra el país de los Soviets , aprovechando el aislamiento en que se encontraba. Es en esta situación extremadamente peligrosa, en que se encontraba la primera dictadura del proletariado, que el gobierno soviético aceptó la propuesta que le hizo llegar el gobierno alemán para la suscripción de un tratado de no agresión. Refiriéndose a este tratado, Stalin dijo lo siguiente:
“Pueden preguntarnos: ¿como ha podido ocurrir que el Gobierno Soviético se haya avenido a concertar un pacto de no agresión con gente tan felona y monstruosa como Hitler y Ribbentrop? ... Un pacto de no agresión es un tratado de paz entre dos paìses.Tal pacto, precisamente, nos propuso Alemania en 1939. Yo creo que ningún país pacífico puede rechazar una tratado de paz con una potencia vecina, incluso cuando esa potencia esta encabezada por unos monstruosos y caníbales como Hitler y Ribbentrop.Pero naturalmente, bajo una sola condición: cuando ese tratado de paz no atente ni directa ni indirectamente contra la integridad territorial, la soberanía y el honor del país pacìfico.Como es sabido, el pacto de no agresión entre Alemania y la URSS ha sido, precisamente un pacto de esta clase”.(13)
Los capituladores y apaciguadores franco británicos que suscribieron el vergonzoso tratado de Munich no consiguieron sus propósitos; los agresores hitlerianos decidieron acabar primero con Polonia y Francia, y después conquistar el control económico y militar de toda Europa. Mientras tanto la URSS ganó aproximadamente dos años que los aprovechó a fondo en su preparación económico y militar para rechazar y derrotar a la agresión nazi, que la consideró inevitable desde un principio. Esta es una verdad que solo revisionistas y enemigos declarados de la Unión Soviética de Lenin y Stalin se atreven a negar. Al respecto el General del Ejercito Rojo, Serguei Shtemenko dice:
“¿Disponía nuestro país de la posibilidad potencial de combatir contra un enemigo fuerte? Sí la tenía. ¿Quién, excepto nuestros enemigos, puede negar que al comienzo de la década del 40 la Unión Soviética, de un país económicamente atrasado, se había transformado en una verdadera y poderosa potencia socialista?”. (14)
El mismo General dice: “¿se admitía por nosotros la propia posibilidad de que Alemania atacase en 1941 y se hacía algo práctico para rechazar este ataque? ¡Sí se admitía! ¡Sí se hacía!
“La víspera misma de la guerra, bajo un secreto rigurosísimo, se comenzó a concentrar tropas complementarias en las regiones militares fronterizas. De la profundidad del país se trasladaron al oeste cinco ejércitos”. (15)
Es cierto que Stalin se opuso a una declaración pública de movilización general de las Fuerzas Armadas. Tal declaración hubiera equivalido a una declaratoria de guerra a la Alemania nazi y la URSS hubiera aparecido ante la opinión pública mundial, como una potencia agresora, favoreciendo de este modo los planes de guerra de Hitler. Sin embargo los preparativos soviéticos para rechazar una posible agresión de Alemania fueron intensos. Por eso, la supuesta negligencia de Stalin ante el peligro de la guerra que se avecinaba, es una burda mentira inventada por Nikita Jruschov y repetida por todos sus discípulos y seguidores. Es cierto que el 15 de mayo de l941 Timoshenko, Comisario del pueblo y Zuckov, jefe del Estado mayor propusieron atacar primero a los alemanes, como respuesta a la concentración del Ejército alemán en la frontera, proposición que Stalin rechazó. Lo que se calla es que los años 60, delante del historiador militar, Anfilov, Zuckov dijo: “Ahora yo considero que era mejor que él (Stalin) no hubiera estado de acuerdo con nosotros en esa época; sino se hubiera producido una catástrofe mucho más grave que la que nuestro ejército sufrió en Kharkov en mayo de 1942”.
El triunfo de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial fue el triunfo del sistema socialista y de la sólida alianza obrero campesina; fue el triunfo de la política marxista leninista que hizo de un país atrasado una gran potencia socialista con una poderosa y moderna industria y una agricultura colectivizada altamente mecanizada, que le dieron capacidad para aniquilar a cualquier agresor. Sin embargo, esta fuerza y vitalidad era menospreciada por los hitlerianos, que se guiaron por su propia propaganda reaccionaria anticomunista y todo lo que escribía Trotsky. No cabe duda de que la fuerza monolítica de la URSS fue creada por el rol de dirección y organización del Partido Comunista bolchevique, bajo la dirección de Stalin, Jefe Supremo de todas las Fuerzas Armadas soviéticas durante toda la guerra y en quien el pueblo soviético tenía fe absoluta.
VI
La victoria histórica de la Unión Soviética en la Segunda Guerra mundial hubiera sido imposible si la oposición trotskista bujarinista triunfaba en su lucha contra los marxistas leninistas en el seno del Partido. Lenin insistió en que “sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”. Además dijo que “solo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia”.Es un hecho comprobado por la historia del movimiento comunista internacional que “la apostasía en la teoría lleva inevitablemente a la traición en política”. Tanto el trotskismo como el bujarinismo, apostasías en terìa marxista leninista, degeneraron en traición en política .Los celebres procesos de Moscú de 1936 - 1938 revelaron hasta que punto estos jefes del oportunismo de izquierda y derecha, degeneraron poniéndose al servicio de la Alemania nazi y del Japón militarista.Quedò probado que Trotsky tenía estrechas vinculaciones con Alemania, potencia nazi que le daba apoyo económico. El trotskista Krestinski respondiendo al interrogatorio a que lo sometió Wishinski declaro que:
“Después de consultar con Trotsky... contesté afirmativamente al general Seeckt, y nuestra información comenzó a asumir un carácter más sistemático, no ya esporádico, como antes lo había sido. Seguimos recibiendo dinero. Empezando en 1923 hasta 1930 recibimos anualmente 265,000 marcos alemanes en oro...aproximadamente dos millones de marcos oro en total.” (16)
Bujarin rehabilitado por el revisionismo igual que a Trotsky declaró:
“En la práctica mi plataforma programa, en lo relativo a la economía sostenía lo siguiente : el capitalismo de Estado, el mujik acomodado, administrador de sus propios bienes, la reducción de los Koljos, las concesiones extranjeras, el abandono del monopolio del comercio exterior y ,como resultado la restauración del capitalismo en el país”.(17)
Bujarin reconoció el rol jugado por Stalin en la edificación victoriosa del socialismo y se refirió “al destino contrarrevolucionario de Trotsky”. Esta fue su declaración:
“Pero no se puede proceder como lo hace Feuchtwanger, principalmente en lo relativo a Trotski-, cuando lo coloca en el mismo plano que Stalin. En este punto sus planteamientos son totalmente erróneos, puesto que, en realidad, todo el país está detrás de Stalin. El es la esperanza del mundo, es el creador. Napoleón dijo en una ocasión: el destino es la política. El destino de Trotsky es la política contrarrevolucionaria”.(18)
Refiriéndose al rol nefasto de Trotsky en la conspiración contra la URSS, Bujarin dijo:
“Pero se ha producido la derrota interior de las fuerzas contrarrevolucionarias, y hay que ser Trotsky para no rendirse. Mi deber es demostrar aquí que, en el paralelogramo de fuerzas que ha trazado la táctica contrarrevolucionaria, Trotsky ha sido el primer motor del movimiento. Y sus más violentas manifestaciones – el terrorismo, el espionaje el desmembramiento de la URSS, el sabotaje- provenían ante todo de esta fuente”. (19)
Todos los intentos de presentar los procesos de Moscú de los años 1936- 1938, como una farsa , no tienen pies ni cabeza, son pura especulación vacía desmentida por los hechos y las opiniones de personalidades sin ninguna simpatía por el comunismo ni interés de falsear todo lo que presenciaron, en esos procesos . Al respecto tiene particular importancia todo lo escrito por el Embajador de EE. UU ., Joseph Davies en su conocida obra “Misión en Moscú”. Refiriéndose a la agresión interna y la “Quinta columna” nazifascista en la URSS, escribió lo siguiente:
“Pasando por Chicago, camino hacia mi hogar, a principios del mes de junio, fui solicitado por mi antigua Universidad para hablar en el Club Universitario en combinación con las sociedades de Wisconsin. Era justamente tres días después de que Hitler había invadido Rusia. Alguien en la reunión preguntó: ¿Qué hay sobre las quintas columnas en Rusia? Inmediatamente respondí. No existen, sus miembros fueron fusilados”.(20)
Esta opinión es valiosa por la persona de quién viene y porque asistió a los debates, la presentación de pruebas, las declaraciones, y además pudo hacer la confrontación correspondiente porque las actas de los juicios se publicaron textualmente en su integridad. Escritores de la talla de Martin Andersen Nexo, Miguel Zochtchenko y Boris Pasternak presentes en los juicios, pidieron que se aplique la pena capital a los encartados. Las grandes movilizaciones de masas a lo largo y ancho de toda la URSS exigían lo mismo. A esto hay que agregar el pronunciamiento de la Asociación Jurídica Internacional de la que formaban parte Harold Laski, laboralista británico y el Ministro de la República española, Álvarez del Vayo . En documento de gran valor histórico dicen, refiriéndose a las sentencias pronunciadas contra los acusados:
“Afirmamos categóricamente que han sido condenados de manera absolutamente legal. Se ha demostrado plenamente que había un vínculo entre ellos y la GESTAPO. Se merecen la pena capital”.
Como puede verse, estos falsos “viejos bolcheviques”, capitaneados por Trotsky eran agentes de la GESTAPO y preparaban la derrota de la Unión Soviética en la guerra que Hitler y sus secuaces preparaban, para exterminar a los “subhombres” que habitaban un territorio que no les correspondía y debía pasar a manos a la “raza superior”, necesitada de un “espacio vital”. Resulta evidente, por eso, que defender a esos falsos bolcheviques es defender a la GESTAPO, renegar de la dictadura del proletariado y la construcción del socialismo. No hay que extrañarse, por eso, que la restauración del capitalismo en la URSS se haya hecho condenando y calumniando a Stalin al mismo tiempo que se rehabilitaba tanto a Bujarin como a Trotsky y los demás gestapistas, considerados como “viejos bolchevique” por todos los reaccionarios y anticomunistas.
VII
Los revisionistas, los trotskistas y todos los anticomunistas evitan hablar del XX Congreso del PCUS y hasta tienen la desvergüenza de atribuir a Stalin el colapso de la URSS. Pero es imposible negar que ese Congreso fue un brusco viraje a la derecha en la historia, tanto del PCUS como del Movimiento comunista internacional. Fue una verdadera revancha de la oposición trotskista bujarinista, un desquite de la social democracia kautsquiana. Todas sus tesis constituyen una auténtica desviación oportunista de derecha, reformista burguesa. Para disfrazarla, Jruschov y pandilla, inventaron la teoría del “culto a la personalidad”, calumniando a Stalin y atribuyéndole toda clase de errores cometidos a causa del culto a su persona. Esta farsa no resiste ni el más ligero análisis.
La gesta histórica de la construcción del socialismo en la Unión Soviética no se hizo cometiendo errores. Solo los herederos y defensores de Trotsky y Bujarin, agentes de la GESTAPO, pueden hacer tal afirmación. Los Planes quinquenales stalinianos convirtieron un inmenso y atrasado país, en una verdadera potencia socialista. Si Lenin simboliza la Gran Revolución de Octubre y la Dictadura del proletariado, Stalin representa la construcción del socialismo en la URSS, la gran victoria de la URSS en la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de Campo socialista. Los herederos de la oposición trotskista bujarinista han inventado los “errores de Stalin” haciendo un listado de disparates y mentiras groseras, como la de no haber preparado a la URSS para repeler la agresión hitleriana, haber reprimido a leales comunistas y cometido crímenes; haber permitido y estimulado el culto a su personalidad, haber debilitado a las Fuerzas Armadas soviéticas con la eliminación de altos Jefes militares como Tukachevki, etc, etc.
Lo cierto es que el XX Congreso del PCUS no hubiera podido aprobar y aplicar su línea general ni su programa oportunista típicamente social demócrata, sin denigrar a Stalin y renegar de todo el pasado de la URSS. Esto les sirvió de premisa para justificar sus “históricas tesis” sobre el surgimiento en el mundo de “nuevas condiciones históricas” y una “nueva correlación de fuerzas”, afirmando que estos cambios hacían posible una “coexistencia pacífica” entre los dos sistemas, desterrando para siempre las guerras; además preemitirían utilizar los parlamentos burguesas para ganar una mayoría y acceder al Poder sin necesidad de la violencia revolucionaria. Con estas tesis y otras aprobadas en sus siguientes Congresos, el PCUS sistematizó su revisionismo, resumido por los comunistas chinos en “las tres pacíficas y los dos todos”: coexistencia pacífica, emulación pacífica y vía pacífica, Partido de todo el pueblo y Estado de todo el pueblo. Las consecuencias de este revisionismo fueron sumamente graves, no solo para la Unión Soviética sino también para todo el Campo socialista y el Movimiento comunista internacional. En efecto, en la Unión Soviética comenzó la restauración del capitalismo y en el Movimiento comunista internacional se impuso el revisionismo, con poquísimas excepciones.
Las denominadas “tesis de importancia histórica universal” del XX Congreso del PCUS, constituyen una negación total de las tesis que Stalin expuso en su informe sobre la “Desviación socialdemócrata en nuestro partido”, presentado el 1 de noviembre del 1926 a la XV Conferencia del P.C.(b), cuyo texto es el siguiente:
“Mientras la posibilidad del triunfo del socialismo en un solo país significa la posibilidad de solucionar las contradicciones interiores, plenamente superables para un solo país ( nos referimos claro está a nuestro país), la posibilidad del triunfo definitivo del socialismo significa la posibilidad de solucionar las contradicciones exteriores entre el país del socialismo y los países del capitalismo , contradicciones superables solo MEDIANTE LA REVOLUCION PROLETARIA EN VARIOS PAISES.Quien confunde estas dos series de contradicciones, es un confucionista rematado o un oportunista impenitente”. (21)
No se puede dudar que Jruschov y su pandilla resultaron confucionistas rematados pero también oportunistas impenitentes. Su política internacional fue de colaboración con el imperialismo con el pretexto de una “coexistencia pacifica” falsificada, una”vía pacífica” que renunció y dio espaldas a las revoluciones proletarias en el mundo, un”Partido de todo el pueblo” que castró el carácter de clase de los Partidos comunistas y un “Estado de todo el pueblo” que fue la renuncia y abandono de la dictadura del proletariado. Toda esta línea general de renuncia vergonzosa al marxismo leninismo y de capitulación ante el imperialismo no podía menos que conducir a la desaparición de la Unión y a la degeneración total del Movimiento comunista internacional, convirtiéndolo en movimiento oportunista social demócrata que también levantó la bandera del antistalinismo y el anticomunismo, inventando una serie teorías disparadas sobre el futuro socialismo en el mundo, como el socialismo cooperativista donde los trabajadores son “propietarios directos” de los medios de producción y otros “socialismos”.
Se habla de un Estado neocapitalista, refiriéndose a la Unión Soviética de Lenin y Stalin, olvidando el carácter de clase de todo Estado. El Estado soviético, era una dictadura del proletariado y como tal representaba y defendía los intereses de la clase obera y de todos los trabajadores de la ciudad y el campo. Consiguientemente no podía enfrentarse a la clase obrera con la compra de su fuerza de trabajo No existía el mercado de libre de trabajo, como en el capitalismo, donde los “obreros libres” venden su fuerza de trabajo a los dueños de los instrumentos y medios de producción. En el socialismo estos instrumentos y medios de producción tienen carácter social, pertenecen a todo la sociedad, a todos los trabajadores. Esto quiere decir que estos no pueden vender a ellos mismos su fuerza de trabajo. Por eso en el socialismo el salario no tiene el mismo carácter que en el sistema capitalista, como pretende los partidarios del socialismo cooperativista de propietarios directos de los medios de producción.
EN EL SOCIALISMO LOS PRODUCTORES DIRECTOS NO ESTAN DIVORCIADOS DE LOS MEDIOS DE PRODUCCIÓN. De aquí se desprende que ni los obreros (trabajadores) ni los medios de producción tienen carácter de mercancías. No puede haber capitalismo sin capital, y este “solo surge allí donde el poseedor de medios de producción y de vida encuentra en el mercado el OBRERO LIBRE como vendedor de su fuerza de trabajo.” (22)
Esto quiere decir que considerar al Estado Soviético desde su nacimiento como capitalista o neocapitalista solo porque pagaba salarios a los obreros, es una verdadera aberración. En el socialismo el salario está condicionado por la ley de la distribución con arreglo al trabajo, porque subsisten la producción mercantil y el dinero; el salario sirve como medida de trabajo y como medida de consumo, por eso su magnitud depende la cantidad y calidad laboral de cada trabajador.
Cuando desaparecen tanto el mercado de los medios de producción como el mercado de la fuerza de trabajo, ambos pierden su condición de mercancías y se convierten en propiedad social. Esto es lo que ocurrió en la Unión Soviética de Lenin y Stalin, y por eso surgieron sus conocidos “`sábados comunistas” como “brotes de lo nuevo”. A esto se agregaron “los equipos de trabajo de choque”,” la “emulación socialista”, el “stajanovismo”, movimiento dirigidos a aumentar la producción. Todas estas iniciativas movilizaron masas de millones de trabajadores y permitieron el cumplimento anticipado de los Planes quinquenales.
Los revisionistas y trotskistas ocultan las verdaderas causas de la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, su desaparición y desmembramiento como Estado, porque en medio de esta gran catástrofe están ellos como autores, junto a sus amos de los paìses capitalistas. Después del tristemente célebre XX Congreso, su vuelco al reformismo y abandono del marxismo leninismo se manifestó, fuera de las “tres pacíficas y los dos todos”, en su negación de la lucha de clases en el socialismo, en el abandono del internacionalismo proletario y en la introducción de los incentivos materiales como elemento de corrupción de la clase obrera. La “emulación pacífica” que permitiría a la URSS adelantar a los paìses capitalistas en 1970, resultò una simple farsa.
VIII
El que examina objetivamente el difícil pero triunfante camino seguido por el PC(b) después de la muerte de Lenin, tiene que aceptar y hacer suyas las palabras de J. Dimitrov en su discurso del 19 de diciembre de 1948:
“TODA LA EXPERIENCIA DEL MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL CONFIRMA QUE UN VERDADERO MARXISTA ES UN VERDADERO LENINISTA, Y UN VERDADERO LENINISTA NO PUEDE NO SER UN VERDADERO STALINISTA”.
Por eso, tanto anticomunistas de todo pelaje, revisionistas, trotskistas , anarquistas y liberales burgueses asustadizos, tienen como denominador común el antistalinismo y la leyenda negra inventada por Hitler,que la repiten y la divulgan como cosa cierta. , acumulando mentiras y falsificaciones de todo género contra Stalin y la construcción del socialismo en la Unión Soviética; mentiras y falsificaciones que, quiérase o no, están dirigidas también contra Lenin Lo extraño es que lo hagan desde un paìs como Cuba que se reclama socialista.
Después de la desaparición de la Unión Soviética se hace más necesario que nunca estudiar honestamente el camino que los comunistas bolcheviques tuvieron que recorrer y los enemigos que tuvieron que vencer en la edificación del socialismo. Esto requiere arrojar al tacho de basura las mentiras, distorsiones y teorías contrarias al marxismo leninismo de los renegados revisionistas y trotskistas, cuya falsedad ha sido demostrada por la misma práctica revolucionaria en la triunfante construcción del socialismo y la derrota del fascismo en la Segunda Guerra mundial. Fiel a las enseñanzas de Lenin, Stalin las aplicó creadoramente después de aplastar política e ideológicamente a todas las corrientes que se oponían a la edificación del socialismo en la URSS, obteniendo una victoria histórica en el país más extenso y rodeado de enemigo. La experiencia de los últimos años ha demostrado que todos los que se niegan a tener en cuenta este brillante ejemplo, fracasan en la edificación del socialista si ya se encuentran en el Poder. Hay que tener presente lo ocurrido con la Yugoslavia de Tito y la República Popular China cuyo “socialismo de mercado”, puede ser todo menos socialismo.
No debería olvidarse que los enemigos de la clase obrera hacen todos los esfuerzos a su alcance para demostrar, utilizando sus mentiras, que el socialismo es totalitarismo, falta de democracia como en la URSS de los tiempos de Stalin. De aquí desprenden como conclusión que, con el capitalismo, hemos llegado al fin de la historia; sistema que se descompone porque los pobres se hacen más pobre y aumenta su cantidad, mientras el número de ricos disminuye pero aumentan sus riquezas. El capitalismo, por su propia naturaleza no puede erradicar la pobreza, la desocupación, la criminalidad, la prostituciòn y otros flagelos, como la guerra por el reparto del mundo.
Es necesario señalar, una y otra vez, que el común denominador de todos los anticomunistas es la repetición insistente de la “Leyenda Negra” sobre los millones de inocentes fusilados por Stalin, inventada por Hitler y divulgada por su amigo personal, William Hearst dueño de una multimillonaria cadena publicitaria de prensa, televisión y otros medios. Repiten esta leyenda, como si las últimas investigaciones realizadas por órdenes del traidor (premio Nóbel) Gorvachov, no la hubieran desbaratado por haberse comprobado que en el famoso “Gulash” había menos presos que en los penales de EE. UU., y que los 20, o más millones de fusilados según el anticomunista Conquest, son producto de su imaginación enferma y su odio rabioso a la Unión Soviética de Stalin.Hay que tener presente que en una situación casi de guerra civil permanente, a causa del terrorismo desatado por la contrarrevolución muy bien pagada, fomentada y dirigida por el imperialismo internacional, el Poder Soviético debía defenderse y supo hacerlo aplastando ejemplarmente todo intento contrarrevolucionario. Por eso, los ataques contra Stalin son ataques contra el triunfo y prestigio de la construcción del socialismo en la URSS, y contra el Movimiento comunista internacional y el marxismo leninismo.
La defensa de la memoria de Stalin, hoy como nunca, es una cuestión de principios de enorme importancia porque el anticomunismo ha centrado sus ataques contra el gran sucesor de Lenin. Todos los reaccionarios y sus sirvientes tienen presente que él dirigió durante 30 años no solo al P.C.(b) y al Estado de la Unión Soviética, sino también a todo el Movimiento comunista internacional. Stalin tiene el mérito imborrable de haber convertido a la URSS en una gran potencia socialista que aplastó la maquinaria de guerra más poderosa de los países capitalistas, salvando al mundo de la amenaza del fascismo. Todos los que hablan y escriben mentiras sobre un “dominio del terror y graves violaciones de la legalidad socialista”, durante el tiempo que duró su jefatura del Estado y el Partido, denigran y falsifican la imborrable experiencia de la dictadura del proletariado en el primer país socialista.
El tiempo transcurrido desde el XX Congreso del PCUS y del “Discurso secreto” del contrarrevolucionario Nikita Jruschov, ha demostrado que el antistalinismo de los viejos Partidos comunistas, es también la capitulación total ante el chantaje nuclear del imperialismo, con graves consecuencias en la línea política del Movimiento comunista internacional, por su abandono de una militante y combativa lucha por la paz mundial denunciando enérgicamente la política de agresión y guerra del imperialismo , que utilizó a los revisionistas soviéticos para destruir a la Unión Soviética y el Campo socialista.
Violando groseramente la doctrina leninista sobre la relación entre la masa, la clase, el Partido y los dirigentes, el revisionismo jruschoviano, inventó su teoría del “culto a la personalidad”. Falsificando la historia pretendió demostrar que Stalin estimuló el “culto” a su persona. Son muchos los hechos que desbaratan esta calumnia. Lo importante, sin embargo es tener presente el siguiente pensamiento de Lenin:
“Ninguna clase en la historia ha podido subir al Poder a menos que destacara a sus jefes políticos, a sus representantes avanzados, capaces de organizar movimientos y dirigirlos”. (23)
Intrigantes, mediocres y revisionistas, como Nikita Jruschov y sus sucesores, solo podían conducir a la debacle de la Unión Soviètica y a la destrucción del Movimiento comunista internacional.
Lenin también dijo:
“Es una tarea difícil y de larga duración formar a jefes del Partido, experimentados y de alto prestigio. Pero sin ello, la dictadura del proletariado y la voluntad única de este no son mas que frases vacías”.(24)
A esta “voluntad única” de la dictadura del proletariado alcanzada en la Unión Soviética durante la jefatura de Stalin, el revisionismo jruschovista le denomina “culto a la personalidad”, oponiéndose a todas las enseñanzas de Lenin. Sin embargo, si se trata de la detestable práctica de adular a los dirigentes, Stalin la rechazò en repetidas ocasiones hasta el punto de disponer que fuera incinerada la biografía de “El niño Stalin” en la que el autor presentaba una mentirosa y aduladora niñez del dirigente soviético, que cuando escuchaba alabanzas solía decir “hieren los oídos”. Su peor detractor, Jruschov, fue uno de sus adulones más rastreros.Ahora se sabe que se arrodilló a los pies de Stalin pidiéndole clemencia para su hijo Leonid, acusado de traición a la patria en los difíciles años de la Segunda Guerra Mundial.
Preocupa a todo revolucionario auténtico la campaña antistalinista de los revisionistas y trotskistas cubanos. No creemos que el P.C.C. esté de acuerdo con esa infamia contrarrevolucionaria. Sin embargo, quiérase o no su silencio la ayuda y estimula. Si las cosas siguen así, el socialismo no tiene porvenir en la patria del apóstol José Marti. Hay que tener presente una verdad irrefutable: en la actualidad el anticomunismo tiene un nombre: antistalinismo, y su objetivo es oponerse a la revolución proletaria y a la dictadura del proletariado, al socialismo y al comunismo, en el mundo entero.
NOTAS
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V.Lenin. La Enfermedad Infantil del comunismo. Ed L.E . pg. 33-34
V.Lenin LA Rev. Proletaria y el rengado K Ed Prog pg 22
V. Lenin. Acerca de los Sindicatos. ED. Suramericana pg.342
C. Marx F. Engels . El Manifiesto Comunista Ed. Cenit pg 81
V. Lenin . Obras Escogidas Ed. Progreso pg- 783
V. Lenin Obras Escogidas Ed. Progreso pg 783
J. Stalin Obras Ed. Leng Ext. T. 6 pgs. 306 307
J. Stalin Cuestiones del Leninismo. Ed. Leng Ex, Pekín pg.636
A.M, Pankratova ,- Historia de la URSS..Ed. P. U pg 441
A.M. Pankratova . Id. Id. Pg. 492
A.Pankratova Id Id pg. 456
A. Pankratova Id. Id. 479
S. Shtemenko. El Estado Mayor Central. Ed. Progreso pgs.23-24
S.Sktemenco. Id Id Pág. 27
M.Sayers y .Kahn . La Gran Conspiración.`Ed Pgs.. pg.63 64
Brouè . Los Procesos de Moscú.- Ed Anagrama pg. 186
Brouè Id. Id. Pg- 190
Brouè Id Id Pág.- 191
Joseph Davies. Misión en Moscú. Ed. Tor . Pág. 187
J.Stalin. Obras T. VIII Pág. 280
C. Marx. El Capital. Fondo de Cultura Económica. Pág. 123
Lenin. Las tareas urgentes de nuestro movimiento. Obras T. IV
Lenin. Carta a los comunistas alemanes. Obras. T. XXXI
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