Polonia: el espía que vino del frío
El historiador Slawomir Cenckiewicz, coautor del libro La Policía Secreta y Lech Walesa , asegura en esta entrevista que hay pruebas concretas de que el ex líder de Solidaridad e ícono de las luchas contra la opresión soviética colaboró con la policía de la era comunista y trató de ocultarlo décadas más tarde cuando fue presidente de su país
Los rumores simplemente no desaparecen. Una y otra vez, figuras legendarias del pasado polaco han sido acusadas de colaborar con la policía secreta comunista. El lunes, el último de una larga lista de éxitos editoriales llegó a las librerías polacas: un tomo de 780 páginas que demuestra supuestamente que el líder sindical de Solidaridad y ex presidente polaco Lech Walesa fue informante secreto de la policía entre 1970 y 1976.
Las denuncias no son nuevas. En 2000, Walesa ganó el primero de varios juicios contra gente que lo acusaba de haber sido espía. Pero [Slawomir Cenckiewicz y Piotr Gontarczyk] los autores de La Policía Secreta y Lech Walesa , que trabajan como historiadores del Instituto Nacional para la Memoria (INM) vinculado al gobierno, dicen que han descubierto nuevas evidencias contundentes de que Walesa colaboró con funcionarios comunistas bajo el seudónimo de "Bolek".
Una cantidad de voces en apoyo a Walesa se ha alzado en defensa del ex presidente, incluidos ex agentes de la policía secreta, que dicen que se falsificaban archivos como cosa de rutina. Una vicedirectora de la INM, Maria Dmochowksa, dijo públicamente que el libro es parte de una caza de brujas y que no debió haberse publicado bajo el nombre del instituto.
Y más aun: el líder del INM, Janusz Kurtyka, ha sido acusado por su cercanía al presidente polaco Lech Kaczynski y su hermano gemelo, ex primer ministro, Jaroslaw Kaczynski. Los Kaczynski han entusiasmado a muchos en Polonia persiguiendo agresivamente a ex mandamases del partido comunista y han estado enfrentados por mucho tiempo con Walesa.
Slawomir Cenckiewicz, uno de los coautores del libro, habla en esta entrevista de las evidencias presentadas en el libro y de la controversia que provocó.
-Su libro El servicio de seguridad y Lech Walesa ha generado un intenso debate. En ese libro, usted y su coautor Piotr Gontarczyk sostienen que el héroe del movimiento por la reforma en Polonia colaboró con la policía secreta en la década de 1970.
¿Tienen pruebas?
-Aportamos evidencias claras en nuestro libro, incluyendo tarjetas de registro, anotaciones, notas de la policía secreta e informes del así llamado informante "Bolek". Hay pruebas positivas de que Lech Walesa estuvo registrado en los archivos de la policía secreta bajo ese seudónimo entre 1970 y 1976.
-Walesa lo ha negado enfáticamente, y dice que el archivo Bolek es una falsificación. ¿Cómo puede estar seguro de que la policía secreta no fabricó los documentos para dañar la imagen del ex líder sindical?
-Conocemos los métodos de la policía secreta y la manera en que se manejaban el archivo y el registro. Eso es lo que lo confirma. También hemos encontrado evidencias del archivo de Bolek citado en otros archivos.
-Esos también pudieron ser falsificados.
-Estos archivos aún tenían los sellos originales y se podría demostrar que no fueron abiertos desde la década de 1970. No es posible que hubiera manipulación.
-Suponiendo que Walesa hubiera sido Bolek, como ustedes sostienen, ¿cuánto daño hizo?
-Contamos el destino de gente denunciada por Bolek. Hemos encontrado siete historias. El resto fueron destruidas o robadas de los archivos. Pero está claro que Bolek denunció a más de 20 personas que fueron luego intimidadas o sufrieron opresión.
-Según una reciente encuesta, más del 40 por ciento de los polacos cree que Walesa pudo haber sido un informante de la policía secreta. Pero una mayoría dice aún que eso no resta importancia a sus logros. ¿Tendríamos que reevaluar el legado del legendario líder sindical?
-Nosotros somos historiadores y, por encima de todo, queremos escribir acerca de lo que fue. Nuestro libro no se refiere a legados. Tampoco fue nuestro objetivo destruir una leyenda. Consideramos que Walesa es un símbolo nacional. Encabezó Solidaridad y sigue siendo un ícono. Pero también trabajó con la policía secreta bajo el seudónimo Bolek. La verdad no es siempre simplemente blanco o negro.
-En 1976, la policía secreta decidió dejó de trabajar con el informante Bolek porque no cooperaba lo suficiente. Pero Walesa resultó ser un peligro inmenso para todo el sistema comunista en la década de 1980. Encabezó el sindicato Solidaridad y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1983. ¿No le hubiera sido fácil para la policía secreta difundir su archivo y avergonzar a Walesa frente a sus partidarios en el extranjero?
-La policía secreta intentó hacerlo en la década de 1980, pero no funcionó.
-¿Por qué no, si la evidencia es tan clara como usted sostiene?
-Walesa era un héroe nacional, un verdadero ícono. La amplia mayoría de los polacos no creía una palabra de lo que dijeran las autoridades. Tomaban todo lo que decían los medios oficiales respecto de Walesa como una manipulación de las autoridades comunistas.
-La otra afirmación importante en su libro es que Walesa intentó eliminar el archivo cuando fue presidente de Polonia a comienzos de la década de 1990.
-Para mí ése es el capítulo más triste. Fue el primer jefe de estado elegido libremente desde la Segunda Guerra Mundial, pero usó su función para eliminar archivos de la policía secreta que lo incriminaban.
-Walesa ha negado esto rotundamente. ¿Qué pruebas tiene de que lo hizo o, al menos, de que haya ordenado que se hiciera?
-Algunos de los documentos tienen su firma, una fecha y la nota "He tomado prestado este archivo". Otros tienen la firma de algunos de sus colaboradores más estrechos, por ejemplo el ex ministro del Interior, Andrzej Miclzanowski, pidiendo los documentos en su nombre. Walesa avaló el pedido. Luego resultó que algunos de los archivos fueron devueltos incompletos. El nuevo servicio secreto poscomunista tomó nota de ello.
-Los polacos discuten desde hace mucho acerca de cómo debe recordarse la caída del comunismo. La gente que rodea a los mellizos Kaczynski sostiene que el país perdió la oportunidad de enfrentar su pasado dominado por la policía secreta y eso ha llevado a que viejas redes fueran restablecidas en la nueva Polonia. ¿Le preocupa que su libro se utilice políticamente, como parte de este debate?
-No participamos de tales discusiones, rechazamos las conversaciones con políticos y hacemos todo lo posible para mantenernos fuera del debate político.
Por Jan Puhl
Por su parte, la página "Cubasincadenas.com", a quien nadie podría señalar de chavista, recoge esta información sobre tales acusaciones:
Lech Walesa perdió hoy la paciencia después de las constantes acusaciones sobre su presunto pasado como agente comunista, algo de lo que el Premio Nobel ya no quiere hablar más, como dejó claro en la radio pública con una frase lapidaria: “Ésta es quizá mi última entrevista; ahora, iros al diablo”.
Walesa explotó ante los micrófonos de la emisora, donde una vez más negó que en los setenta colaborase con los servicios secretos del comunismo (SB), como afirman los historiadores Slawomir Cenckiewicz y Piotr Gontarczyk, autores del libro “Walesa y el SB”.
Desde que se publicó este libro, el ex presidente polaco protagoniza una especie de peregrinación por los medios de comunicación con el objetivo de desmentir su pasado como “Bolek”, el pseudónimo que, según estos historiadores, usaba Lech Walesa en sus relaciones con la policía comunista.
“Ya no voy a responder más a estas preguntas, me voy a dedicar a otros asuntos, tengo asuntos más interesantes y más bonitos, así que ya no habrá más respuestas a esto”, dijo irritado el Premio Nobel de la Paz y líder del histórico sindicato Solidaridad. “Haced lo que queráis, si queréis creer que fui agente secreto, pues lo fui y punto”, ironizo Walesa, quien, según el libro, entre 1979 y 1972 cobró suculentas cantidades por sus informaciones sobre las actividades de sus compañeros del astillero de Gdansk. Mientras, los autores del libro ven como su trabajo va camino de convertirse en un “best seller” en Polonia, donde los 4.000 primeros ejemplares se agotaron a las pocas horas de salir a la venta.
Cancillería recibe aclaratoria: Embajada de la República de Polonia desmiente que Venezuela haya impedido ingreso de Lech Walesa
Por: MPPRE/EFE/VTV -Ora
Fecha de publicación: 02/11/08
02 de noviembre de 2008 / La Embajada de la República de Polonia en Venezuela, envió el día de hoy al Viceministerio para Europa del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, la aclaratoria donde se desmiente que el ex Presidente de Polonia, el señor Lech Walesa, haya sido declarado como persona no grata por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, y que su entrada fuera prohibida al país.
El Embajador de la Republica de Polonia en Caracas, Krzysztof Jacek Hinz, destacó en el documento lo siguiente:
"La Embajada de la Republica de Polonia desmiente que el ex Presidente de Polonia, Premio Nobel de la Paz, el señor Lech Walesa, haya sido declarado como persona no grata por el Gobierno de la Republica Bolivariana de Venezuela, y que haya sido prohibida su entrada a Venezuela".
La aclaratoria desvirtúa contundentemente los titulares de la prensa privada venezolana que como ha sido costumbre, rebotaron sin confirmar las afirmaciones de los organizadores de un foro sobre democracia en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Europeos crean incidentes y malentendidos en Venezuela:
Walesa fue invitado a exponer sus experiencias en un foro promovido por la Federación de Centros de Universitarios de la UCV, controlada por opositores al presidente Hugo Chávez.
Entre otros invitados, figuran el ex presidente de la República Checa Vaclav Havel, el ex primer ministro de Bulgaria Philip Dimitrov, el ex ministro de relaciones exteriores de Eslovaquia Eduard Kukan y el ex ministro del Interior checo Jan Ruml.
Dimitrov, Kukan y Ruml se vieron implicados ayer en un incidente cuando pretendieron ingresar en la sede central de la policía de seguridad del Estado (Disip), en Caracas, sin previa autorización, por lo que les fue negada la entrada.
Los abogados que les acompañaron indicaron, según medios locales, que finalmente solicitaron el permiso y que el próximo miércoles podrá efectuarse la visita, cuya finalidad es entrevistar a un grupo de participantes en el golpe de Estado de 2002 contra Chávez, y que se encuentran a la espera de juicio.
Los comisarios Henry Vivas, Lázaro Forero, Iván Simonovis y ocho agentes están acusados por la Fiscalía de tener responsabilidad en la muerte de ocho de las 19 víctimas que se registraron el 11 de abril de 2002, durante los disturbios que precedieron al golpe.
La visita de los ex funcionarios de Europa del Este coincide con la aparición en algunos medios de avisos publicitarios, aparentemente anónimos, elogiando la figura del fallecido Papa polaco Juan Pablo II y pidiendo su intercesión para "evitar" que Venezuela se convierta al comunismo, según fórmulas al uso entre seguidores de la iglesia Católica.
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