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27 octubre 2008
Europa comienza el debate sobre el Cáucaso
Europa comienza el debate sobre el Cáucaso
Por: Dmitri Kósirev
RIA Novosti.
¿La Conferencia Internacional sobre el Cáucaso que comenzó el día 15 de octubre en Ginebra fue un éxito o fracaso?
La discusión sobre este asunto es tan o más interesante que la celebración misma del encuentro, o mejor dicho de su primera parte, ya que sus participantes convinieron celebrar una segunda fase el próximo 18 de noviembre.
Como era de esperar, al concluir esa primera parte del evento, cada una de las partes involucradas en el conflicto, Georgia, Rusia, y Osetia del Sur y Abjasia, declararon por separado sobre su victoria y resaltaron el fracaso de su oponente.
"Fue gran logro de la política exterior rusa" dijo el presidente de la comisión de defensa del parlamento de Rusia Víctor Zavarzin.
Los representantes de Abjasia y Osetia del Sur también explicaron sus razones para estar satisfechos.
"Estamos inconformes con el formato de la reunión y por esa razón, la conferencia no se pudo realizar. Sin nosotros (Abjsia y Osetia del Sur) no tiene sentido comenzar los debates. Sin Abjasia en la región del Cáucaso no se puede solucionar nada y sin Osetia del Sur tampoco", declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Abjasia, Serguei Shamba, en las puertas del Palacio de las Naciones, según la prensa rusa.
No vale la pena resaltar, y tampoco debe causar asombro, que la parte georgiana también declaró haber obtenido un triunfo en la primera ronda de Ginebra.
El gran interrogante es saber quién fue el responsable de la ruptura de la reunión, y si en realidad el evento fue objeto de un boicot.
En los medios de prensa circula una declaración del presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, según la cual, los representantes de Rusia se negaron a participar en las consultas sobre la seguridad en el Cáucaso, y con ello, impidieron la celebración del encuentro.
"Se puede afirmar que la reunión la interrumpió la parte georgiana" afirmó a su vez Zavarzin.
Más o menos la misma situación se produjo en la sesión (prácticamente simultánea a la conferencia) del Tribunal Internacional de la ONU al anunciar su sentencia a una demanda hecha por Georgia contra Rusia en relación al Cáucaso.
El veredicto del Tribunal instó tanto a Moscu como a Tbilisi adoptar medidas para defender los derechos de la población de Osetia del Sur y Abjasia y las regiones aledañas en el territorio de Georgia.
Al respecto, la viceministra de justicia de Georgia,Tina Burdzhaliani declaró que el veredicto del Tribunal es era precisamente lo que esperaba Georgia, y Moscú, tampoco expresó objeciones al documento, a todas vistas muy impreciso adoptado por los magistrados.
Al respecto, la prensa rusa destacó que siete de los quince jueces del Tribunal estuvieron de acuerdo con el planteamiento ruso de que el Tribunal de la ONU no tenía jurisdicción en ese asunto.
En general, se produjo el cuadro que todos esperaban, cuando cada una de las partes quiere proclamar su victoria, más que todo de cara a sus electores, y cuando ninguno de los implicados, en esta fase inicial, considera que es necesario pactar compromisos y con ello, demostrar debilidad.
Al margen de estas consideraciones, vale la pena analizar a quién y para qué es importante convocar un debate internacional sobre la situación en Abjasia y Osetia del Sur previsto en el plan Medvédev-Sarkozy, tras la operación militar de imposición de la paz emprendida por Rusia, en respuesta a la agresión militar de Georgia contra Osetia del Sur.
La importancia del encuentro de Ginebra radica en que fue concebido precisamente como conferencia internacional.
Las conferencias internacionales muy raras veces adoptan resoluciones, su objetivo es que todas las partes implicadas puedan expresar libremente sus puntos de vista y nada mas.
En este caso, después de semejante discusión, se pudo esperar que la conferencia sobre el Cáucaso adoptara determinadas conclusiones sobre la situación humanitaria en la zona del conflicto georgiano-suroseta y georgiano-abjaso.
Pero esas conclusiones se pueden adoptar de manera independiente por la Unión Europea (UE), Rusia, Georgia o cualquier otro país, a partir de las conclusiones adoptadas durante los debates de la conferencia.
Es evidente que la parte rusa tenía y tiene un profundo interés en que todos los hechos relacionados con la crisis en el Cáucaso sean expuestos en la tribuna de las discusiones.
Esto pudo producirse en cualquier formato dentro del desarrollo de la conferencia, únicamente bajo la condición de que interviniera Abjasia y Osetia del Sur.
Pero como esto no ocurrió, no es de extrañar que la delegación rusa se negara a participar en la reunión plenaria con la parte georgiana en ausencia de los representantes de Osetia del Sur y Abjasia.
Aunque, siempre es posible encontrar variantes alternativas. Los mediadores de la ONU, la UE y la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) propusieron que los representantes de Osetia del Sur y Abjasia se incorporaran posteriormente durante las discusiones de dos grupos de trabajo dedicados a asuntos de seguridad y los refugiados.
También se pensó la posibilidad de un encuentro informal entre la delegación rusa, representantes de Abjasia y Osetia del Sur, delegados de la UE y la representación de Estados Unidos y sin Georgia, pero al final esa variante fue descartada por Abjasia, y se convino que en la próxima reunión de la conferencia se buscará otra opción óptima.
Dejando a parte los aspectos técnicos de este asunto. Es conveniente valorar los objetivos que persigue Rusia en la conferencia de Ginebra sobre el Cáucaso.
Entre las metas clave, el reconocimiento de Abjasia y Osetia del Sur en calidad de participantes de pleno derecho en las negociaciones, y también la posibilidad de denunciar a Georgia es responsable de actos de genocidio y que debe responder por sus actos.
Para la parte rusa, el formato de que esto se produzca no tiene ninguna importancia, y todo esto puede ocurrir en una sala, en dos o tres salas, con la presencia de la delegación georgiana o sin ellos.
Precedentes, de este tipo se pueden citar los que quiera, por ejemplo las primeras conversaciones en Camp David entre israelitas y palestinos o la diplomacia de mediación del ex secretario de estado norteamericano Henry Kissinger para concluir la guerra de Vietnam.
El objetivo más importante que Rusia busca en la conferencia de Ginebra se llama "la seguridad de Europa".
Moscú quiere participar con Europa en una discusión seria sobre lo que hay que hacer para que no se vuelva a repetir lo que ocurrió en Tsjinvali, la capital suroseta en la noche del 7 al 8 de agosto.
Moscu quiere que no se repita la situación cuando Rusia tuvo que enviar sus tropas para salvar la población de Osetia del Sur en la madrugada del 8 de agosto.
Rusia también aspira que Europa y EEUU (cuando pase la convulsión de los comicios presidenciales) reflexionen seriamente en los mecanismos para evitar y solucionar crisis similares.
Porque en el caso de Georgia, los mecanismos de prevención no funcionaron del todo, a pesar de que los diplomáticos estadounidenses prometieron que "contendrían a Saakashvili".
La regulación del reciente conflicto en el Cáucaso se produjo sencillamente por una feliz casualidad, gracias a que la UE estaba bajo la presidencia del jefe de estado francés, Nicolas Sarkozy.
Sin la iniciativa y mediación del presidente galo, durante los días de la guerra entre Rusia y Georgia, la mayoría de los líderes europeos estuvieron a la expectativa, y otros cuantos, se fueron en misión de vigilancia a Tbilisi, una ciudad que los rusos nunca pretendieron ocupar.
Para esto, es necesario que los hechos sean discutidos, y que se ponga en marcha el debate.
Incluso la reciente disputa ocurrida en Ginebra tiene su razón, explicar a los europeos y estadounidenses que ocurren situaciones cuando la mecánica de seguridad europea prácticamente no funciona.
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