Los sapos se alebrestan
Arnulfo Poyer Márquez
Estuve en un portaviones norteamericano; era tan grande que para recorrerlo de punta a punta se tardaban tres días en moto.
El Conde del Guácharo
Si una oposición espera que haya un pronunciamiento “serio” sobre el pobre argumento de las computadoras de Raúl Reyes, no podemos suponer serios pronunciamientos acerca de ningún paso nuestro por parte de esos extranjeros (para mi mal llamado apátridas). Cualquier paso dado por el imperio en su vigilancia al país, que no para Chávez solamente, es lo que dizque excusa su proceder para “defendernos del tirano”, no para ir contra nuestro país, argumentan ellos.
No hay paso, pero ni uno que gire a favor de esta república. Ni ahora ni en el pasado. Aquella inteligencia de bajar el retrato de Bolívar del salón donde se juramentó Carmona, habla por si sola de la sumisa inteligencia de esos vende-madre. Desde el principio abogaron por el dólar libre y hoy, castigados, a regañadientes mueven sus transacciones con la nueva divisa, criticándola en todo, desde que es papel servilleta hasta en los colores de los billetes, preferirían a Popeye el marino o el pato Donald, a quienes conocen con pelos y señales, que a Guacaipuro o el Negro Primero. Y de la fauna resaltada, mejor ni hablemos, como falta de respeto a la república, a la nación, el estado, a su orgullo nacional, qué vergüenza expresan, que un bicho chuspón entre en sus carteras. Eso no es ni siquiera oposición, son turistas de Disneylandia come-algodones de azúcar, que de ambiente saben cuando encienden el aire acondicionado, o de sesgo en algún programa ambientalista, lo otro es monte y culebra.
Pisan el suelo venezolano con el mismo rubor que les da entonar el himno nacional. No hay UN SOLO acto opositor donde entonen nuestro himno ¡guáyatela! No vaya ser que nos confundan con los tierrúos chavistas. Por estas y otras innumerables razones denominan a la nueva Ley de Inteligencia y Contra-inteligencia, “ley de sapos”. Si enfocamos bien, como lo han expresado más de una vez, no querrían una escisión del país, estos son más “demócratas”, más originales, les encantaría que el país estuviese dividido sin zonificar geográficamente un lado de otro, sino que unos se movieran con el “dóllar” mientras otros lo hacen con el papel servilleta de animalitos, tal cual cobran en el Sambil los alquileres a los inquilinos, en dóllares, aunque se muevan con el público diariamente en bolívares, y no son los únicos dolláricos.
Si afinamos el lente, observamos que el fulano “sapeo” es lo que a cada instante muestran en sus procederes. Los rotativos titulan para puro llenar el bulto de recaudos en contra de este proceso, minan con sus manifestaciones calumniosas, vociferan en todos los micrófonos para ser escuchados por sus paisanos los gringos pentagoneros, sus reales jefes. Son tan santos y araújos como los de al lado ¿inteligencia? el Mossad israelí, eso sí es policía de inteligencia, que mantiene a raya a todos los árabes. ¿Admiradores de primera línea? los gobiernos paracos colombianos.
Los denominados opositores, muestran al mundo a una vecina cubana (Bobolongo RCTV), que se gueja del robo de materiales de construcción por los propios filo-castristas –que de paso habría de agradecerle a esos contrarrevolucionarios la especie, para castigar a esos facinerosos- así como hablan de los balseros que se han fugado a los Estados Unidos, pero no hablan de los millones de desplazados y migrados forzosos que abandonan a Colombia vía Ecuador o Venezuela. Asimismo, los denominados opositores Culpan de narcotraficantes a nuestro gobierno, personeros que juntos y revueltos no soportan un antidoping, un territorio donde no se escapa ni el gato.
Si es el gobierno gringo, se auto-liquidan un par de torres rascacielos para invadir lo que se les antoje, cuidan a terroristas como Posada Carriles, poseen empresas, mercenarios terroristas, exportan terrorismo a las fuerzas armadas lacayas, poseen bases terroristas, cárceles terroristas, satélites espías, asesinan por sicariato a innumerables luchadores sociales al año, vía directa o indirecta, financian campañas de sabotaje y a punta de un terrorismo mediático mantienen “asesinada” la conciencia de elegir libremente a sus conciudadanos, y se dan el tupé de tildar y apuntar de terroristas a quienes no siguen sus medidas. Y esa es la noción de libertad que pretenden defender los oposicionistas (edulcorado el término porque sinceramente no sé qué vaina es esa), que de venezolanos tienen la cédula solamente. Pareciera que aquí no hay guerra de ideas, sino para ellos que somos nosotros los que estamos invadiendo a sus EEUU.
Y si hablamos de una misión, Barrio Adentro por ejemplo, yo no sé de qué tanto se quejan pues los pacientes de la poderosa misión no son mercado para ellos. El sistema de salud ha elevado a los más necesitados a la atención de primera, “esa es mucha cama para esa gente” dijo un médico que vio las camas de la Clínica Popular de El Espinal (Margarita), camas que se mueven a control remoto.
Y si, oportunisísima esa ley, pues aquí hay una sola Venezuela codiciadísima hasta por los zamuros. Que tiene fallas el proceso, pues vaya que sí, pero de ahí a calificar ley de sapos lo que va en procura de defender la integridad física de la nación, confundiendo a esta intención de democracia participativa con invasores de sus parcelas, sin jamás tocar un cabello de lo que nos arremete y arremete a diario, sino más bien poniéndose de su lado, es obvio que hay que activar campantes tal cual su descaro, una política que proteja nuestro pueblo de cuartas y quintas columnas entre otras cosas, dada las falaces intenciones de “pata de gallina” de esa oposición para con sus mandantes.
Además, ¿será que prefieren las listas rojas de los delincuentes cada fin de semana puesto que no tienen ahora un soporte que le dé poder al vecino contra los flagelos que intrusan sus comunidades? Y dígame, ¿ahora con el añadido de los paracos insertos cual guabinas en ellos?
Hiede a pantano el lado sifrino opositor, así lo dice cada titular de esos extranjeros venecos.
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