El golpismo recorre América Latina... y el Caribe

El golpismo recorre América Latina... y el Caribe
Marbelys Mavárez •
Aporrea

La situación de América Latina luce enrarecida. De ello no hay duda. Porque más allá de las buenas intenciones de proyectos y planes que se gestan en el marco de este contexto geopolítico, existen permanentes e incansables intentos para frenar los tan anhelados resultados de esas ideas, materializadas en el ALBA, la Misión Milagro, el Banco del Sur, el gasoducto del Sur, Telesur, la Comunidad de Naciones del Sur, entre otros procesos.

El ataque del cual es objeto hoy Bolivia no es un hecho aislado. Es una práctica golpista que se intenta en los países que asumen políticas contrarias a las más desenfrenadas praxis opresoras. En Bolivia no sólo se plantea caminos que desconocen toda institucionalidad. Se propone un referendo ilegal, auspiciado y vigilado por instancias que no tienen las competencias (los prefectos -en nuestro caso gobernadores- de 4 regiones del oriente de ese país) para aprobar estatutos económicos, lo cual no es más que un certero desconocimiento el orden democrático. ¡Esas no son las reglas del juego¡

Los sectores pudientes de ese país, y más específicamente, quienes se encuentran en el oriente de Bolivia, representan menos del 10% de la población de esa región. Pero tienen en su manos grandes extensiones de tierras. ¿El problema? Es un asunto de inequidad, de injusticia, de propiedad de unos pocos en detrimento de muchos. Y el riesgo, para ellos, está contenido en la nueva Carta Magna que propone una redistribución de las tierras. ¿La consecuencia? Estos microscópicos pero letales sectores perderían su hegemonía, su poder, pues.

Lo que buscan es muy claro. Se trata de una estrategia separatista en el amplio y estricto sentido de la expresión. Dichos sectores pretenden manejar y administrar todos los recursos naturales de su región, incluso los petroleros. Y por ello pagarían una pequeña porción de impuestos al Fisco. Se trata de enarbolar una nueva jurisdicción, administración, con propias leyes. Un Estado dentro del Estado. ¿Qué es esto? Creo -aunque realmente estoy casi segura- que este tipo de acciones se ejecutaron en la otrora PDVSA. Experiencias al respecto sobran.

Por ejemplo, el golpe de abril de 2003 se dio desconociendo toda institucionalidad respaldada por el pueblo. Se obvió la decisión del soberano. Se puso de lado no sólo el pensamiento y decisiones de millones de personas que en nuestro país votaron reiteradamente por Chávez... Se desconoció la Constitución y todo el andamiaje legal existente en el país. Por cierto, recuerdo que ya antes se habían dado visos importantes del intento flagrante de golpe cuando Súmate (al golpe, desde luego) en su afán por sacar a Chávez del juego forjó las firmas para lograr el referendo revocatorio, que resultó aprobatorio o reafirmatorio de la gestión del Presidente venezolano.

Hoy día también preocupa lo que dicen entrelíneas las informaciones de Colombia y Ecuador. A Uribe no le queda más que jugar una pieza en el ajedrez que impida que continue la ola de noticias en torno a su primo y sus más de 50 denuncias por estar vinculado a paramilitares y el narcotráfico. Pero esta carta es peligrosa: pienso que no dudará en jugarse una cortina de humo, un conflicto con Ecuador que le permita preservar su imagen ante el país. Y su permanencia en Colombia. Así son los colombianos del pedigrí de Uribe: recurren a toda artimaña para presevar sus cuotas de poder y salir ilesos.

Me preocupa la noticia según la cual voceros del Gobierno de Colombia denuncian que Ecuador ha estado o está incursionando en territorio colombiano. Y que, por lo tanto, ha violado su soberanía. Es un juego nefasto. Una ruleta rusa. Fueron los militares colombianos los que asesinaron a un ciudadano ecuatoriano en tierras ecuatorianas. Esto ha sido demostrado en todas las instancias.... ¡Por Dios¡ El único aliciente es que Rafael Correa es un hombre que combina inteligencia con estrategia. Y por lo visto, tampoco le tiembla el pulso para tomar las decisiones que debe asumir.

Mientras eso ocurre en países cercanos tanto territorialmente como en términos políticos, en el Caribe, Haití, se encuentra cruelmente azotado por una hambruna y exclusión históricas. Diez personas murieron cuando se realizaban manifestaciones debidas al desproporcionado aumento en el índice de los precios. Pero a este país no sólo lo castiga la inflación. Haití está siendo vapuleado por la escasez de alimentos que recorre como sombra a muchos países del mundo. Y ambas condiciones son las mejores excusas -como ya ha ocurrido anteriormente- para que países como Estados Unidos vuelvan a tener inherencia sobre ellos imponiendo, una vez más, la yatrogenia o terapias de shock. Yo no dudo que lo intenten. Ahora, no sé si lo logren.

En Argentina ya la oligarquía sacó sus garras, demostrando lo que es capaz de hacer. Se lanzaron un paro. Es decir, los propietarios, los dueños, los burgueses, esos que no paran sus máquinas de hacer dinero, se pararon. Algo inconcebible en otras latitudes y contextos. Pero lo hicieron para demostrar que si el Gobierno no escucha sus chantajes son capaces, en el mejor estilo de Hercules, de acabar con todo, aunque eso implique su propia muerte. Así funcionan ellos.

Lo peor de todo es que esa cultura golpista, en los escenarios ya citados, cuenta con el rotundo apoyo de medios de difusión masivos, de grupos de poder como la iglesia, latifundistas y otras élites. Y lo cierto es que estos países van a imponer su espíritu democrático y soberano. Eso está claro en Evo Morales, Rafael Correa, Cristina de Kichner. Y Haití, el primer país de estas tierras que se independizó, ya no aguanta más opresión.

Periodista. Trabajadora Social. Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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