Aquí vencemos al hambre

Mientras allá racionan los cereales
Aquí vencemos al hambre
Luis Alberto Matos


“¿Cómo es posible que Estados Unidos se haya convertido en una nación adicta a las deudas, empujada hasta y más allá de la bancarrota?”
Dee Hon


Crisis de alimentos a nivel mundial, incluyendo países desarrollados como Estados Unidos, Inglaterra y Alemania. ¡Finalmente llegó! Nó la crisis, porque, para quien acuciosamente analizara cifras y hechos, esto no es ninguna novedad. Lo que finalmente llegó no fué la hambruna, sino la noticia.

¡Cómo serán sus proporciones que hasta lo publican los medios privados venezolanos y los portales de internet en inglés!. Y ahora que llegó la información, casi que oigo a Alberto Nolia preguntar “¿Matarán al mensajero?” porque esa ha sido siempre la reacción cuando las cosas no les salen como vaticinan, especialmente en asuntos económicos.

Y es que el todopoderoso dólar no pudo evitar que los cereales, allá, donde las cifras inflacionarias siempre rondaron el 3%, cuesten hoy hasta 46% más que hace apenas 2 años. Pésima distribución y peor uso son seguramente las principales causa del alza, incluyendo su insistencia en convencernos a todos sobre supuestas ventajas de utilizar al maíz como energético de automóviles.

Ante la invasión de temerosos consumidores que vacían las estanterías, la todopoderosa distribuidora Wal-Mart limita el máximo de arroz por persona, Costco Wholesale pone cuotas a sus clientes mayoristas y varios detallistas hacen lo mismo con sus compradores habituales. ¿Cartillas de racionamiento en las tierras del Tío Sam? ¡Fin de mundo!

Aún huele a azufre

Pero el fenómeno no es una exclusividad norteamericana. En Alemania, Inglaterra y otros sitios ya se presentan situaciones similares. Y hasta el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas ¡finalmente! parece darse cuenta de la existencia de una crisis alimentaria. Y, quizás por vivir en esa jaula dorada, supone que con 755 millones de dólares yá se solucionó el problema.

Sus pésimos asesores le aseguran que esta crisis puede afectar a 100 millones de personas. Debo suponer que sus calculadoras tienen severas limitaciones de capacidad y no aceptan un número superior. Porque sólo en Africa hay bastante más. Y no les menciono Latinoamérica porque tendría que llevarles un mapa para mostrarles donde queda.

Malthus está vivo

Pensar que todo esto lo anticipó Thomas Robert Malthus, hace ya 200 años. Y que los defensores del liberalismo y del progreso vía industrialización masiva siempre criticaron (y hasta ridiculizaron) su famosa profecía de las carencias alimentarias en el porvenir. Ahora como que si es válido su argumento del crecimiento geométrico de la población versus el aritmético de los alimentos.

La Sociedad de Conservación de la Vida Natural y el Centro Internacional de Información Científica de la Tierra publicaron un ‘Indice de Biocapacidad’ del planeta donde alertan que el consumo por persona necesita de 2,2 hectáreas al año, pero el promedio de hectáreas disponibles es apenas 1,8.

No alcanzan para todos, aunque algunos países se las arreglan para mejorar sus cifras: Estados Unidos tiene 4,7 hectáreas por habitante, pero consume el equivalente a 9,5 (el doble de lo que le correspondería, según sus espacios, y cinco veces el promedio mundial). España posee 1,7 y se come 5,3. Japón con sólo 0,7 dispone de 4,3 por cada habitante.

¿A quiénes se lo quitan? Perdón ¿A quiénes se lo compran? A Gabón que tiene 19,2 pero sólo consume 1,4. A Bolivia que posee 15 hectáres por persona pero solo se come 1,4; a Brasil y a muchas otras naciones donde su índice es inferior 2,2 y su población sobrevive con un mínimo nivel nutricional.

Peor que inflación

De inmediato surge el culpable: la inflación. Como si en lugar de ser un índice, fuera un factor. Como si en vez de ser una consecuencia, fuera una causa. Supongo que, contra la fiebre, ellos aconsejan cambiar el termómetro.

La inflación es una caída del poder adquisitivo de una moneda, atribuible a muy diversas circunstancias, que van desde el exceso de demanda ante ofertas rígidas, hasta la elevación indirecta de costos por elevación de insumos intermedios.
Y sólo cuando señala dígitos elevados puede originar realmente problemas adicionales. Incluso hay quien señala que, si es manejable y en cifras bajas controlables, la inflación hasta bien pudiera ser un estímulo.

“No voy a decir que la inflación no sea una patología que es mejor controlar. Pero de ninguna manera puede ser la prioridad. El hambre, el desempleo y la marginalidad son patologías peores” nos apunta muy acertadamente el economista Víctor Morón.
Acciones en marcha.

Para retirar más circulante del mercado, estimular el ahorro, optimizar el manejo de la cartera de pasivos de la República, realizar recompras de deuda, mejorar el perfil de vencimiento y financiar el pago de capital de instrumentos de deuda, el Ministerio del Poder Popular para las Finanzas ofreció, a los inversionistas venezolanos, incluyendo el público en general, un paquete de Bonos Soberanos Internacionales que sin duda ayudarán a controlar inflación.

En paralelo, el Presidente Chávez anunció un 30% de incremento a los precios y subsidios para los productores primarios de maíz y sorgo, mientras creaba, en conjunto con los gobiernos de Cuba, Bolivia y Nicaragua, un fondo para la implementación de programas de cooperación en materia de seguridad y soberanía alimentaria.

Pero hay que deslastrarse progresivamente del dólar, como instrumento principal de transacciones financieras. Me atrevo a insistir: la OPEP debe ofertar según una cesta de monedas y en nuestra Patria Grande debemos buscar una moneda común; ¡Chávez propuso el Sucre!
jaquematos@cantv.net

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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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