Carta abierta a los poderosos

Carta abierta a los poderosos
Gerardo Rosales


En estos últimos meses el pueblo venezolano está viviendo o, a lo menos presenciando, uno de los momentos más importantes para demostrar nuestro desarrollo y alto nivel de nuestras discusiones, diálogos y actitudes políticas.

Como estudiante de la Universidad Católica Andrés Bello, he caminado con los estudiantes de mi institución en cinco de las marchas que han organizado desde el mes de Junio hasta ahora.

Desde que el Sr. Presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías está gobernando, siempre ha contado con mi voto y con mi apoyo incondicional, como lo ha hecho mi familia y millones de venezolanos.

Cada vez que puedo, escribo artículos en apoyo de este proceso revolucionario, he escrito artículos para mis compañeros religiosos y religiosas, los he escrito en contra del imperialismo de Bush y, en ocasiones apoyando al movimiento estudiantil de oposición donde se les debe apoyar, pero también para criticarlos.

Hoy me dirijo, en especial, a los poderosos. Y, ustedes se preguntaran: ¿A quiénes llamas poderosos? Llamo poderosos, nada más y nada menos a los que lo son: Cardenales, Obispos, religiosas y religiosos; curas y monjas; dirigentes estudiantiles, Señor presidente, señores ministros, alcaldes y gobernadores; Señores de la asamblea nacional, consejo nacional electoral y tribunal de la justicia, directores de instituciones gubernamentales y públicas de mi país. Si continúo la lista habrá más cacique que indio, y con indio me refiero al pueblo humilde y sencillo, y a nuestras tribus, por supuesto.

Para que nuestro diálogo político sea realmente horizontal y transparente, quisiera recordarles algunas cositas a los que llamo aquí poderosos:


I.- A nuestros pastores, Cardenales y Obispos, representantes de Dios: En la gran mayoría de los escritos que ustedes dirigen al pueblo venezolano, da la impresión que se dirigen a otro pueblo y a otra época. Permítaseme dibujarles lo dicho de la siguiente forma: Nuestros pastores se parecen a los aficionados del béisbol en un estadio, que tienen claro cuál equipo anota carreras y va ganando y cuál equipo va perdiendo. Pero los aficionados que ven el juego no conocen las técnicas usadas por cada uno de los equipos en ese juego específico, simplemente porque no están jugando. Les invito, sus excelencias, a usar su poder inteligentemente para jugar en “este gran estadio” y, si ustedes lo desean, con el equipo contrario, que evidentemente es necesario para que haya juego. Sólo un detalle, sus excelencias, todos los equipos tratan de respetar las reglas del juego y tienen un gran interés de gustar a sus aficionados, que tienen sus ojos puestos en el equipo y el juego. Una pregunta ¿Saben ustedes para qué equipo juegan y quienes son sus aficionados? La respuesta no sería: ¿Por el Reino de Dios y sus amados, Lo pobres y marginados?

II.- Al Señor Presidente: Empiezo por usted, mi estimado y respetado Señor presidente Hugo Chávez: Sólo un gran consejo, no se olvide que el poder enferma y, cuando lo tomamos, no lo queremos soltar. Pero no solo eso, sino que también nos nubla la vista y no nos deja ver. Cuando hay excesivo poder no hay humildad. Señor presidente, yo espero no arrepentirme de todas la veces que le he apoyado con mi voto anteriormente y las veces que vendrán. También le recomiendo leer la parte de los gobernantes y directores de instituciones públicas. Hasta ahora usted sigue contando con mi apoyo, pero creo que todos necesitamos reflexionar…. Porque del apuro queda el cansancio y las ganas de no continuar.

III.- A los Señores Gobernantes: No se olviden de aquellos que le confiaron sus vidas, porque eso hemos hecho todas las veces que hemos votado por ustedes: “confiar nuestras vidas tanto en lo social como personal en sus manos”. Yo espero que cada vez que cae un aguacero, ahora que estamos en tiempos de fuertes lluvias, a menos recen. Porque: ¿Saben ustedes cuántas familias viven en casas o ranchos que, con dos palos de agua más se les caerán encima? ¿Esto les deja dormir tranquilos, respetables personalidades del gobierno?

IV.- A las Instituciones Armadas: Admirables y respetables militares, policías, Disip, Cicpc, etc, yo espero que en sus comandos y en sus patrullas a menos les de tiempo de leer la prensa. ¿Tienen ustedes idea de cuántas personas mueren a diario y los fines de semana en el país? ¿Sabían ustedes que dentro de sus mismas instituciones hay miserables lacras que roban, matracan, secuestran, violan y no cumplen sus funciones como sus investiduras les confiere? ¿Pueden ustedes decir que respetan sus juramentos éticos, sus dignidades y el cumplimiento de su deber? Señores, necesitamos un nuevo oficial, soldado, policía, etc con verdadera conciencia de servicio, necesitamos instituciones armadas con hombres de honor, que para mí son un uno por ciento los que hay ahí.

V.- A los Estudiantes: Compañeros estudiantes, la verdad que muchas veces me avergüenzo de la cantidad de errores que cometemos, y no por ignorantes, sino por insensibles, irreverentes ante nuestra gente, falta de capacidad crítica y ganas de trabajar. Amigos estudiantes de medicina, ingeniería, sociología, psicología, derecho, etc., sabían ustedes cuánta necesidad hay de ustedes en nuestros barrios, en nuestros hospitales, en nuestras cárceles, en nuestras oficinas públicas….

V.- Al pueblo sencillo: Mi respetado pueblo, la pobreza y sencillez no es sinónimo de irrespeto a las autoridades, a las normas de convivencia, a las tradiciones que fortalecen nuestros valores. Amado pueblo, es hora de demostrarles a las respetables, dignas y excelentísimas autoridades eclesiales, militares, policiales y gubernamentales lo que significa ser un ciudadano comprometido.

Estoy absolutamente de acuerdo en la Ideologización de los ciudadanos venezolanos, en la propagación de la Fe, en la defensa de los valores. Pero se hace necesario que paralelamente a ello se trabaje duro contra algunas cositas: La violencia, el vandalismo, la miseria y la pobreza, la violación de los derechos humanos universales,… ¡Son tantos detalles!

La ideologización, la concientización y la Fe sin Obras, mis hermanos, son palabras huecas, vacías de realidad. El diálogo político será entre iguales cuando la realidad se empiece a llenar con los efectos de nuestro arduo y honesto trabajo productivo.

Finalmente, les invito a todos, sin exclusión, a ser Santos. Sí, a ser Santos. Ello significa que sean capaces de reconocer el sufrimiento, la necesidad y el dolor de nuestros hermanos para responder con nuestro trabajo. Ese trabajo que la Sociedad y/o Dios nos ha encomendado, hagámoslo bien y para todos. Les dejo con un párrafo de la oración del P. Pedro Arrupe (Lo escribió en Italia, en 1976):

“¡Sean Santos! El Santo encuentra mil formas, aun revolucionarias, para llegar a tiempo allá donde la necesidad es urgente; el Santo es audaz, ingenioso y moderno; el Santo no espera a que vengan de lo alto las disposiciones y las innovaciones; el Santo supera los obstáculos y, si es necesario, quema las viejas estructuras superándolas… Pero siempre con el amor de Dios y en absoluta fidelidad a la Iglesia (jerárquica y pueblo de Dios) a quienes servimos humildemente, porque les amamos apasionadamente”.

Seminarista Jesuita

Parroquia de la Epifanía “UCV”

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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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