Martín Guedez responde a Jorge Meir

Martín Guedez responde a Jorge Meir

...es singularmente notable una de las medidas decretadas por la Comuna, que Marx subraya: la abolición de todos los gastos de representación, de todos los privilegios pecuniarios de los funcionarios, la reducción de los sueldos de todos los funcionarios del Estado hasta el nivel del «salario de un obrero». Allí es donde se expresa de un modo más evidente el viraje de la democracia burguesa hacia la democracia de las clases oprimidas, del Estado como «fuerza especial» de represión de una determinada clase hacia la represión de los obreros y los campesinos. ¡Y es precisamente en este punto tan evidente —tal vez el más importante, en lo que se refiere a la cuestión del Estado— en el que las enseñanzas de Marx han sido más relegadas al olvido! En los comentarios de popularización —cuya cantidad es innumerable— no se habla de esto. «Es uso» guardar silencio acerca de esto, como si se tratase de una «ingenuidad» pasada de moda, algo así como cuando los cristianos, después de convertirse el cristianismo en religión del Estado, se «olvidaron» de las «ingenuidades» del cristianismo primitivo y de su espíritu democrático-revolucionario [Lenin, El Estado y la Revolución, 1917:II, 3[...].

Querido hermano, Jorge:

He comenzado mi respuesta a tus palabras que me abruman al condecerme virtudes que acaso esperen sólo por el famoso cañonazo de los "cincuenta mil pesos" de Victoriano Huerta para que se me caigan, con esta cita de Lenin que quizás, sólo quizás, contribuya a que despejes la idea que tienes acerca de muchos de estos "comunistas" a quienes les atribuyes -creo- la fuerza que sólo tienen en su mimetismo grotesco para vivir de la "revolución".. Ciertamente hasta hoy quizás no han llegado a mi precio, tampoco creo que lleguen, pero en todo caso... abruma y me compromete más el que me atribuyas unos valores por los que he luchado toda mi vida con la terquedad del alcohólico que decide no tomar, venciéndome cada día a mí mismo.

Como yo lo veo, un socialista o comunista es alguien que se niega a sí mismo toda forma de señorío sobre otros hombres a los que considera radicalmente sus hermanos. Es alguien que desprecia con toda su alma la explotación del hombre por el hombre y que encuentra su felicidad en ser uno más entre ese pueblo del que es irrenunciablemente parte. Gente que debido a sus "servicios" a la Revolución pasan de desempleados solemnes a propietarios de empresas y que en ellas aplican los mismos principios que el más clásico de los capitalistas son simplemente un fraude. Un fraude, hermano, como lo son los "cristianos" que en nombre de aquel que nunca tuvo "donde recostar la cabeza" y dio la vida por amor a los más pobres y exluídos "Y nadie ama más que quien da la vida por sus hermanos", han levantado emporios de poder y violencia, cruzadas y genocidios. Un fraude grosero que no representan la esencia de la utopía y el pensamiento. Estos -como aquellos cristianos- se dan golpes de pecho, se "visten" de cristianos, se rodean de una parafernalia de consignas y gestos pero jamás se acercarán siquiera a la esencia del pensamiento.

Estamos en el centro mismo de una gran batalla -tan grande que luego de miles de años, desde que apareció la primera división del trabajo y la apropiación de los excedentes- siempre hemos sido vencidos. Siempre ha podido más "el vil egoísmo que otra vez triunfó" que el amor, la generosidad y el desprendimiento. No hemos podido a lo largo de toda la historia humana hacer que el mandamiento del amor -"amarás a tu prójimo como a tí mismo"- haya prevalecido, un interminable desfile de hipócritas, cínicos y oportunistas le han ganado esa guerra a la humanidad entera, se la ganaron a Cristo, se la ganaron a Simón Bolívar y quizás -muy probablemente- nos la ganen a nosotros y con más razón dadas nuestras menguadas fuerzas y luces. ¡Esa -creo- es la verdad! ¿Será nuestra naturaleza?, ¿será que nuestra voluntad está herida y es incapaz de semejantes retos?, no lo se...no lo se a ciencia cierta, Jorge, sí se algo... fueron mucho más grandes los Cristos y los Bolívar que la manada de perros oportunistas que llevaron a uno a la cruz y al otro a San Pedro Alejandrino.

Sin falsas ilusiones, con los pies sobre la tierra, sigamos caminando hermano, que la muerte nos encuentre caminando y con las manos agrietadas de tanto apretar los sueños. Que cuando nos llegue la hora y nos desnuden para el entierro nadie vea un callo en nuestra barriga de tanto habernos arrastrado y sí un par de rosaditos en la espalda, a la altura de los homoplatos, signo de que estuvimos toda la vida pujando porque nos salieran alas. No podemos dejar el campo libre a la impostura. El comunismo no es aquel capitalismo de Estado y dictadura del partido que bandidos como algunos de estos instalaron. El comunismo está plasmado con fuerza irresistible en el Capítulo 4 del libro de Hechos de los Apóstoles. Léelo -o reléelo- y verás la absoluta libertad, la justicia y el amor que exige el verdadero comunismo. Por una comunidad como la allí relatada, inspirada en las enseñanzas de Jesucristo, es que es nuestra lucha. Estos que te espantan no son sino la mala hierba. Mira cuanto vamos haciendo, mira el trigo bueno por poquito que sea, sembrémoslo... cuidémoslo y combatamos la mentira desde estos espacios. Cristo, Bolívar y Marx -que se horrizó que lo tomarán como una doctrina o un dogma y que sólo reivindicó su análisis del capitalismo- nos lo agradecerán desde donde estén. Sembremos amor en nombre de Cristo; Patria en nombre de Bolívar e igualdad y justicia en nombre de Marx y despojemos con nuestra honestidad radical a los farsantes de sus caretas. Nunca olvidemos que los ideales de Bolívar y Marx no podrían sostenerse sino sobre el amor de Cristo.

Creo que esta batalla la está librando el Comandante, la está librando el pueblo, la estamos librando muchos. No hay nada decidido todo está por realizarse. La Revolución que encabeza Chávez merece nuestro esfuerzo y nuestro sacrificio. No podemos dejar sólo al Comandante, no podemos -salvo encerrarnos como ostras estériles- dejar sólo a un pueblo que tanta fe tiene, que tanto sueña y espera. Desde lo más profundo del corazón...

¡PATRIA Y SOCIALISMO... O MUERTE!
¡VENCEREMOS!

Un abrazo

Martín
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About Ricardo Abud (Chamosaurio)

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