En el día Internacional de la Mujer homenaje a Doña Josefa Palacios patriota inmortal.
Por:Mario Forti
6 de Marzo 2007
Fue una de las tres hermanas menores de María de la Concepción Palacios, madre del Libertador. Cuando Josefa tenía 9 años nació su sobrino Simón y desde entonces lo cuidaría con especial cariño y atención devota, y aún mucho más cuando su hermana mayor a los 26 años muere de tuberculósis, y Simoncito queda bajo su custodia.
Josefa es una mujer extraordinaria y desgraciadamente poco conocida. Fue la segunda madre de nuestro Padre de la Patria hasta que él parte hacia España para estudiar allá. Josefa se casa con José Félix Ribas a quien nuestro Municipio le rinde homenaje por su gallardía, valor y corajes de guerrero y forjador de libertades. Su esposa no lo fue menos. Después de la Batalla de La Victoria en la que se inmortaliza el esposo de Josefa Palacios aquel memorable 12 de Febrero, las hordas sanguinarias de Boves claman venganza y se dirigen hacia Caracas con ansias de destruirlo todo. Bolívar organiza la evacuación de la ciudad. Sus hermanas parten hacia Curazao desde La Guaira, pero Josefa, su tía querida, con un carácter indoblegable y una personalidad guerrera decide quedarse en Caracas y enfrentar al enemigo. Nada puede hacer su glorioso sobrino por sacarla de las garras asesinas de Boves, vencido por su esposo en La Victoria, y que morirá en Urica poco tiempo después.
Caída la II República, en 1814, Bolívar se exilia en Cartagena, y José Félix Ribas deambulando por la zona del oriente del país, perdida y masacrada su topa, es atrapado por los realistas el 11 de Diciembre. Lo torturan, y lo matan, y le cortan la cabeza, y la fritan para que soporte el viaje a Caracas donde finalmente es llevada a la plaza mayor.
Josefa Palacios caminó erguida ese día nefasto y en un silencio indescriptible, soportando gritos e insultos de los que celebraban el gobierno español, la tiranía imperialista de la corona, llegó al sitio donde mostraban la cabeza de su amor. Vestida de luto, cubierto su rostro de velo negro, se juntó a los que rezaban por el héroe de La Victoria, su amado esposo, a quien exponían como un trofeo de guerra.
Luego de ese calvario se encerró en su cuarto a guardar luto como era la costumbre. Pero Josefa Palacios habría de imponerse un encierro voluntario de por vida. Prefirió enterrarse viva que soportar la presencia de los tiranos. Siete años después, en 1821, su sobrino el Libertador pidió a Pablo Morillo, general realista, después del famoso Armisticio, que intercediera por su tía para que abandonara el claustro caraqueño. La esposa del héroe de La Victoria, la segunda madre del forjador de naciones libres, le contestó: “Diga Usted a su General, que Josefa Palacios no abandonará este lugar, mientras que su Patria sea esclava; no lo abandonará sino cuando se anuncie que Venezuela es libre y eso sucederá cuando el General se vaya del país” refiriéndose a Pablo Morillo.
El 24 de Junio de ese año la Batalla de Carabobo sellaría la Independencia, y al mes siguiente en la Batalla del Lago de Maracaibo celebrando los 38 años del sobrino Venezuela conquistaba su libertad. ¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!
Mario Forti.
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