La unidad nos hará formidables
Arnulfo Poyer Márquez
El titular pertenece a Bolívar, solicitándole a Mariño hacer una sola la causa de la independencia de Venezuela, con una frontera más respetable que la corona española tuviese a qué atenerse; las palabras son de un momento (por cierto, diciembre de 1813) en que la reacción popular desfavorable había hecho llaga contra la República (Segunda) recién instaurada.
Dos objetivos que entonces lucían encontrados (libertad política de España y libertad social de las castas inferiores), no porque lo desearan, sino porque el uno era representación de un pasado cruel, del látigo de los hacendados criollos, del que el otro bando había jurado liberarse también, hicieron finalmente camino común para poder sacudirse el enemigo político de ambos, el obsoleto pero muy poderoso imperio español.
Por su lado, la unidad la prosiguió peleando Bolívar durante la post-guerra, esta vez contra los suyos propios, ahora dueños sin trabas, que le validaron el execre político hasta que lo despidieron de este planeta. Quienes le ganaron la pelea tenían ya sus matrices en donde el Libertador sobraba por todas partes.
Por ese entonces crecía el gusto liberal, opuesto al conservador que ya “devenía” como dueño, de familias escudadas. El surrealismo de aquellos trágicos días post-independentistas, cada gran hacienda con pretensiones de país, estirpes de generales megalómanos que se sentían ser dueños de los amaneceres en sus hatos, no era sino efecto desestabilizador que provocaba una economía UNIDA allende el Caribe, en los Estados Unidos, por lo menos para los efectos de comercio exterior, y socavaba en su través, los puntos más desconectados por donde podían vulnerar, las escuálidas monedas de los pequeños países que salían de las sangrientas guerras emancipadoras, y cuyas desmayadas economías estaban desasistidas, sin señales de fortaleza, los norteños sembraron prolíficos lacayos de la peor ralea para saber penetrarlos, mientras internamente se “expandían” los conocimientos de liberalismo, federalismo, tal y tal …ismo, para ilustrar su evolución, el dólar ya corría sueltito como valor de referencia a los pesitos latinos. Para los parcelados territorios desde ya iba a ser necesario el poder “tutelar” de la economía del norte, por más Europa que admiraran.
No hay que caerse a mentiras, no es nuevo lo que se persigue, y tampoco nueva la resistencia. La distancia entre lo de hoy con lo del tiempo atrás, es EL FINAL DE LOS DÍAS. La clave por siglos ha sido victoria para quien la posea: UNIDAD. Y la clave para eliminar al enemigo con el menor gasto de energía posible, es proporcionar LA DIVISIÓN en él, o sea, eliminarle su unidad.
La justicia popular ha entrado unida en los rieles de un viejo ferrocarril electoral, eso hay que asomarlo, trasmutarlo. El que la competencia marque la evolución es un virus que hace inaceptable nuestro físico mestizo delante del espejo; hemos creído proteger a nuestros hijos con nombres exógenos al idioma, para terminar con los demás niños del barrio viviendo las mismas lamentaciones. Es por ello que esta democracia ha elegido NO SER MÁS una constante de parches, sino camino definitivo que lee el bienestar de sus hijos, de allí una Constitución de pauta, de allí el PSUV.
Cuando natura trae a una criatura, es para sembrar más fuente de gratitud y esperanza entre los suyos, no competencia; el amor embarga todo en derredor. Sobra la competencia en los predios del amor. El presente del planeta se juega un espacio en este ya finito panorama para partir desde ahí. Pero es el final de UN panorama; no se acaba el mundo, es el fin de UN mundo. HAY que acabarlo, es la inminencia de los días. Es la batalla final de Espartaco, Caballo Loco o Bolívar contra la traición, vivir el objetivo se ha hecho viaje y el obstáculo queda disuelto con solo comprometerlo, como en efecto, por el conocimiento que está divulgándose, engrandeciéndose ¡Proletarios del mundo, uníos! ha sido sólo una de sus máximas, pero han sido los propios errores imperiales, sus propias matrices -mortales carrozas que arrastran al patíbulo por igual a sus hijos yuppies banqueros como a países enteros, esclavos unos y otros-, matrices que han marcado su derrota vergonzosa y apurado el trago de la nuestra acción: la voracidad asesina por los espacios energéticos, el hueco de ozono, el terror a su inminente bancarrota, el cisma decadente de su justicia hipócrita, doctrinada de un cristianismo kitch, el rabo de hambre que remolca, la sed por la amazonia, el racismo, el sinnúmero de razones que han emplazado al ¡basta! actuar en esta madrugada mezclando en su hora los obreros que empiezan, con los echados de la noche.
Es definitivo este momento. Estamos sobre la cresta de la ola. Es la Libertad que asume su rol secuestrado por el egoísmo y el capricho; pregona que es TODO el mundo el que te pertenece, que asumir esa pertenencia es luchar, asumir redención, tal como lo pregonan los niños con el poder de sus abrazos sin palabras. Visto hacia adentro, es todo un país el que es nuestro, una administración que vaya con la regla subyacente de gratitud y esperanza, un presente fervoroso por la justicia a cada huella, en cada huella, un futuro que se labre en la mirada, no en las vísceras, el agua del que fluye sabiduría, alimento tan necesario como el viento que siempre trae amistad: Ese es el país que nos espera, nuestro hacer de compromiso. Como dicen los indios yaquis, es la montaña la que te llama y viene a ti, no fuiste tú quien quiso visitarla. Hora de escalar al mundo desde otra arista, la del respeto, y brotará la desconocida Libertad, la del Amor sin condiciones.
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Saludos desde el Caribe, Zenia en:
ResponderBorrarhttp://imaginados.blogia.com
Interesante seguimiento a un tema. Antecedentes históricos para la unidad de hoy.
Todo lo que se haga en Venezuela en tal sentido, interesa al mundo: es un aporte.
Saludos desde el Caribe, Zenia en:
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Interesante seguimiento a un tema. Antecedentes históricos para la unidad de hoy.
Todo lo que se haga en Venezuela en tal sentido, interesa al mundo: es un aporte.