Las oportunidades y el oportunismo
Por: Ricardo Abud
Sin duda alguna Venezuela es una semblanza de un futuro muy prometedor, aunque muchas personas no lo consideren de esa forma, producto de una circunstancia muy peculiar, la de sus propios intereses y recuperar un poder totalmente desvanecido en el olvido político.
Las oportunidades de las que hace un tiempo a esta fecha gozan muchos venezolanos son evidentes, en materia educativa, salud (con altibajos), vivienda, empleo y otras áreas que le permiten poco a poco ir mejorando su nivel de vida.
Las políticas en materia social que ha implementado el Gobierno Revolucionario tienden con el paso del tiempo a estabilizarse y mejorar en la calidad de servicios que prestan, obviamente la readaptación de organismos institucionales se hace necesario para de esta forma, ir hacia el tránsito de la excelencia.
Desarrollar planes para vencer el burocratismo y la depuración de las instituciones es materia del alto Gobierno, propiciar las reestructuraciones que permitan adecentar la administración pública es prioritario, para desde ahí facilitar el trabajo unitario y mancomunado de los sectores de nuestra población organizados en sus estructuras de base. (Muy frágiles)
Implementar los controles en esas organizaciones que permitan garantizar la transparencia en la ejecución de recursos es vital.
La Revolución Bolivariana dentro de sus grandes debilidades en materia organizacional es que adolece de una plataforma ideológica lo cual no permite administrar la organización de las masas populares, bajo un diseño unitario que oriente y sectorice las defensas de la lucha política, no cuenta con un partido político doctrinario que racionalice el sentir de una militancia ávida de inquietudes y extremadamente urgida de directrices que solo pueden ser canalizadas con el discurso del presidente Chávez.
Para nadie es un secreto que la mayor parte de la militancia del MBR, es producto del oportunismo político de muchos de sus miembros, advenedizos de los dos partidos mayoritarios que una vez regentaron nuestro acontecer político, hoy día rememorar el viejo dicho de:
“Si ves salir una persona bien vestida a las diez de la mañana debe ser COPEYANO, si ves a un grupo de amigos no muy bien vestidos jugando dominó, seguro son ADECOS”.
El oportunismo político hoy nos lleva a concluir que: “si ves a una persona a las diez de la mañana bien vestida y al grupo de amigos jugando dominó, seguro son del MBR”. No hay diferencia alguna.
El no saber aprovechar las oportunidades por la “dirigencia” de nuestro país, nos permite entender que: no realizar el trabajo político de calle, en los barrios y en otros sectores de la sociedad, nos conduce a formas de organización muy parecidas a la de los dos partidos mayoritarios de la Cuarta República, con todos sus vicios y aberraciones pragmáticas de oportunismo insaciable.
Estos advenedizos se adueñan de las estructuras primarias de organización, cargando sobre sus espaldas un “chavismo radical” que solo ellos pueden entender, un lenguaje soez, y un accionar contrario a los valores éticos y morales que deben regir la conducta revolucionaria.
Se apropian de los planes y programas que diseña el Gobierno Nacional, son aquellos que al no ver cumplidos sus designios salen de manera estrepitosa a crear el “caos revolucionario”, son aquellos que le ofrecen a estos dirigentes de papel sacar a las bases a la calle, después de recibir las debidas prebendas (estos dirigentes caen en el chantaje producto del divorcio total que los mantiene alejados de las bases populares y se rinden ante el oportunismo heredado).
Dirigentes y oportunistas comprometen de manera vil y empeñan la palabra gubernamental en procura del beneficio político. Engañan al pueblo.
Sin embargo, el trabajo desplegado por el presidente Chávez rompe ese cerco político de engaños y direcciona las matrices a seguir, por las cuales ese pueblo continúa apoyando a su Presidente. El pueblo cree en Chávez, es un dogma, es la razón.
La lucha por los diez millones se dificulta, se ganara con amplio margen, pero no cercano a esa cifra. Hay muchas decepciones y deserciones.
Dependerá de las medias que se tomen el próximo año recuperar y captar nuevos afectos, los cambios deberán producirse, sin radicalización del proyecto político, ya que se concertaría y centralizaría mucho poder y podría perderse el equilibrio político. Aprovechar las oportunidades y marginar el oportunismo es tarea de todos.
No volverán
chamosaurio@gmail.com
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