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12 junio 2006

El Poder de Discernir

El Poder de Discernir
Ricardo Abud


La naturaleza histórica del desarrollo político de las sociedades se basa en el poder de discernimiento de las diferentes contradicciones internas que confluyen y conforman la discusión del proyecto político a seguir en espacios y tiempos determinados.

El poder de discernir es sinónimo de libertad de conciencia del individuo en concordancia con necesidades cualitativas y cuantitativas muy específicas que se originan en el desarrollo del conocimiento y se transforman en contribución individual para el bien común de la sociedad.

El pensamiento originario de la revolución bolivariana orienta sus raíces ideológicas hacia la libertad de conciencia como premisa social de desarrollo. La participación constante de la población en el diseño y estructura del modelo ideológico de nuestra revolución así lo determina.

Es evidente, contrario a lo que piense una oposición muy venida a menos que las libertades estén cercenadas en nuestro país o secuestradas por el régimen. La libertad de conciencia es incuestionable en los actuales momentos del desarrollo político venezolano, la principal contradicción es creer que el discernir y disentir cuestiona nuestros derechos inalienables de vivir en libertad.

El poder de discernir políticamente esta íntimamente condicionado a la búsqueda de fuentes doctrinarias que nos permitan crear un nuevo modelo ideológico, el poder de disentir es antagónicamente opuesto al carácter socialista del nuevo paradigma político de nuestra revolución como lo es la ruta a transitar hacia el socialismo del Siglo XXI, de ahí la irremediable postura de la oposición, contraria al bien común o de la mayoría del pueblo venezolano.

Sobre la base de esta contradicción se ataca de manera brutal y constante el avance político de la democracia participativa, contribuyendo con un proceso de desintegración de las estructuras institucionales que aunado a un grupo de disfrazados políticos de proba ineficiencia e ineptitud carcomen y terminan por minar la labor del ejecutivo nacional en procura de satisfacer las necesidades básicas de la población, el disentir se trasforma en un proceso desestabilizador, y se articula como matriz de manipulación en el pensamiento opositor.

Para ello la industria mediática de manera sistemática condiciona sus ataques a través de diseño finamente organizado y los unifica en un solo pensamiento de opinión, (Inseguridad, CNE, Política Internacional etc….) y los mueve de acuerdo a sus necesidades de explotar su miseria y las visibles debilidades del gobierno.

Esta paranoia distorsiona la esencia misma en su capacidad de discernir a los medios después de abogarse el liderazgo en la oposición y los arrastra a la difusión de un mensaje incoherente que no termina de calar e inevitablemente los conduce a alejarse de la realidad.

Contrario a ello el pueblo a través de la palabra comienza a discernir y a disentir sobre la labor de los medios e invariablemente de manera autodidacta y su forma de percibir y absorber los problemas se recrea en el pensamiento universal, generando ideas que al hacerlas concientes se traducen en contribuciones en la estructura ideológica de nuestra revolución.

El poder de discernir bajo premisas del pensamiento crítico constructivo, comienza a incorporarse en el desarrollo del nuevo hombre, necesario para las trasformaciones políticas, sociales, económicas y culturales que reclama nuestro país.

La lectura ocupa un papel fundamental en este proceso, debemos fomentarla y embriagarnos de libros como fuente del enriquecimiento de nuestra capacidad de dirimir.

Es hora de crear y profundizar el carácter libre del pensamiento humano, vivir en libertad de conciencia en pro del desarrollo común de nuestros intereses plasmados en la Constitución.

Hacia la búsqueda del hombre libre en conciencia y pensamiento.

No Volverán.



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