Por: Ricardo Abud
La situación de la tercera edad en nuestro país es una de las más alarmantes y preocupantes que se pueden observar.
Los jubilados, aquellos que dedicaron sus vidas al trabajo y al servicio, hoy viven en condiciones indignas, con pensiones que son una burla y bonos sociales que no alcanzan para nada.Bajo el mandato de Chávez, se eliminó la bonificación que brindaba un respiro a estos ciudadanos; y aunque Maduro la revitalizó, lo hizo de tal manera que el salario mínimo se ha mantenido congelado durante años. Para el gobierno, estos miles de jubilados son invisibles, relegados a un rincón de la sociedad donde su sufrimiento es ignorado. Es desgarrador ver a nuestros ancianos, vendiendo cualquier cosa para poder subsistir. Aquellos que entregaron todo por la patria ahora se ven obligados a mendigar para poder vivir.
Además, el estado de abandono en los hospitales es una clara manifestación de la desidia que reina en el sistema de salud. Los centros que deberían ser refugios para sanar los males que trae la edad son, en cambio, escenarios de una crisis que se agrava día a día. ¿Qué les queda a nuestros mayores? ¿Acaso no merecen un trato digno después de haber contribuido tanto? Ver video de profesor vendiendo cualquier cosa para subsistir y llegan su ex estudiantes: https://vm.tiktok.com/ZMhfUtmY9/
Es fácil para el gobierno desviar la atención, culpando a las sanciones externas de esta crisis, pero no ha sido el detonante de la crisis. Sin embargo, esto es una falacia que no resiste el más mínimo análisis. La verdadera causa de esta tragedia es la corrupción desenfrenada, la indolencia y la impericia de quienes han estado al mando. No hay ni rastro de socialismo ni revolución social; solo hay desidia y abandono.
Mientras nuestros ancianos luchan por sobrevivir, los que ocupan el poder se pasean en lujos, como si sus vidas valieran más que las de aquellos que les dieron todo por el país. La hipocresía de un régimen que se dice protector de los pobres se hace evidente en cada esquina de la realidad que viven nuestros mayores.
Para mejorar la situación de los jubilados en el país, se podrían implementar varias medidas concretas:
1. Aumento de Pensiones: Reajustar las pensiones de jubilación para que reflejen el costo de vida actual y sean suficientes para cubrir las necesidades básicas.
2. Bonos Sociales Reales: Establecer bonos sociales que sean realmente significativos y accesibles, que complementen las pensiones y ayuden a cubrir gastos esenciales como alimentación, medicamentos y servicios básicos.
3. Centros de Atención Integral: Crear centros de atención para jubilados que ofrezcan servicios médicos, psicológicos y de rehabilitación, garantizando el acceso a atención de calidad.
4. Programas de Capacitación: Implementar programas de capacitación para que los jubilados puedan desarrollar habilidades y realizar actividades productivas si así lo desean, generando ingresos adicionales.
5. Descuentos en Servicios: Ofrecer descuentos en servicios públicos, transporte y productos básicos para jubilados, facilitando su acceso a bienes y servicios esenciales.
6. Protección contra el Abuso: Establecer leyes y mecanismos que protejan a los jubilados de abusos y fraudes, garantizando su dignidad y seguridad.
7. Incentivos a Empresas: Crear incentivos fiscales para empresas que contraten a jubilados, fomentando su inclusión en el mercado laboral y promoviendo una cultura de respeto hacia su experiencia.
8. Participación en Decisiones: Incluir a representantes de la tercera edad en la toma de decisiones políticas y sociales que les afecten, asegurando que sus voces sean escuchadas.
9. Campañas de Concienciación: Realizar campañas para sensibilizar a la población sobre la importancia del respeto y la dignidad hacia los jubilados, promoviendo el valor de su contribución a la sociedad.
10. Auditorías de Fondos: Llevar a cabo auditorías transparentes sobre el manejo de los fondos de pensiones y seguros sociales, garantizando que los recursos sean utilizados adecuadamente.
Estas medidas, si se implementan de manera efectiva, pueden contribuir significativamente a mejorar la calidad de vida de los jubilados y reconocer su valiosa contribución a la sociedad.
Es hora de abrir los ojos y reconocer que esta situación no puede continuar. La dignidad de nuestros ancianos debe ser una prioridad, y es momento de exigir un cambio radical en el enfoque que se tiene hacia ellos y hacia el futuro de nuestro país.
No hay nada más excluyente que ser pobre.
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